Documento Nº 109- de la Mesa de Trabajo de Martha Beatriz Roque
MAYO 2008
Juan Carlos Herrera Acosta (75) desde la prisión provincial de Holguín.
Desde hace mucho tiempo conozco de los esfuerzos de personas de buena voluntad, del mundo democrático y de diferentes países europeos vienen haciendo para lograr mi liberación y la de otros hermanos míos. Agradezco infinitamente este gesto humanitario, especialmente al parlamentario francés que me apadrina, y que ha tomado como suyo mi dolor, al señor Lorenzo Muller y a todas las organizaciones no gubernamentales que expresan su solidaridad para conmigo.
Como dijera un amigo y colega el alma de un periodista nunca está encarcelada, y no debe ser encerrada. Así lo recibí en una postal desde Nueva York.
Aún bajo esta espada de Damocles que sufro, lucho desde las rejas por una Cuba plural, respetuosa, que ingrese nuevamente a la mesa de las naciones democráticas, donde le está reservada la silla que hace 50 años está vacía.
Hoy cumplo una injusta e inhumana prisión y una extensa condena y reitero ante el mundo, que a pesar de todas las torturas físicas psicológicas a que me han sometido, no han podido doblegarme. Sobrevivo en condiciones que ni las bestias salvajes asimilan, bajo un régimen tiránico que engaña aún a algunos ilusos. El único derecho que poseo es el de morir lentamente bajo las botas del castrismo y su policía política asesina. Creo que mis días están contados, pero Dios sabe que sigo fiel a mis ideales. Si me tocara quedar, pasaría a engrosar la larga lista de fieles cubanos amantes de la libertad y la democracia, que han perecido asesinados dentro de los centros reclusorios más degradantes de la era moderna, en Cuba; y que nada tienen que envidiarle a los campos de exterminio Nazis o a los gulags estalinistas.
Muchas personas de nobles sentimientos le imploran a la tiranía que no me dejen morir encerrado. En muchos lugares y rincones del mundo, se encienden velas, se ora y lanzan plegarias para que cese el dolor en mi cuerpo, tras cuatro paredes y un acero cuadriculado. La respuesta por parte de la dictadura ha sido el recrudecimiento del dolor y las restricciones como método de venganza y ajuste de cuentas
Soy, y somos hombres pacíficos, no somos terroristas ni espías, para los que el gobernante cubano reclama tratos humanos, que sí los reciben. Para el régimen de La Habana, vale más un terrorista internacional, que un amante de la democracia al estilo Gandhi y Luther King.
Reitero mi agradecimiento a todas las personas que sintieron en sus pechos la irreparable pérdida de mi única hija, el pasado 12 de marzo, en un trágico accidente de tránsito. De este inmenso dolor nunca me repondré y resulta contrastante observar la crueldad mostrada por el gobierno cubano frente al sufrimiento de decenas de hogares, que tienen tras la rejas, a un hijo prisionero político o de conciencia.
La actitud cruel, mostrada por la dictadura y su claro mensaje a la Unión Europea y a todas las naciones democráticas del mundo, de que no cambiará el estado de cosas en Cuba y que por el contrario la represión crecerá frente al creciente descontento popular.
Vivo momentos amargos como el de darle sepultura a la única semilla que sembré. He llorado, pero a la vez ha crecido mucho más mi espíritu libertario y en ese aspecto me siento mucho más fortalecido, porque sé que la Patria nos contempla orgullosa.
Gracias por compartir el dolor, gracias por defender mi causa y mostrarme su apoyo, y al decir de Luther King, yo también he tenido un sueño, lo hago saber al parlamentario francés, a todos los que desde cualquier confín del planeta me apoyan y al exilio patriótico cubano, con la firmeza de que continúo y continuaré de pie frente al terror, con la frente bien en alto.
Deseo que este mensaje le sea entregado a esta personalidad de Francia en sus propias manos y que sea transmitido también al mundo.
Juan Carlos Herrera Acosta (75) desde la prisión provincial de Holguín.
Desde hace mucho tiempo conozco de los esfuerzos de personas de buena voluntad, del mundo democrático y de diferentes países europeos vienen haciendo para lograr mi liberación y la de otros hermanos míos. Agradezco infinitamente este gesto humanitario, especialmente al parlamentario francés que me apadrina, y que ha tomado como suyo mi dolor, al señor Lorenzo Muller y a todas las organizaciones no gubernamentales que expresan su solidaridad para conmigo.
Como dijera un amigo y colega el alma de un periodista nunca está encarcelada, y no debe ser encerrada. Así lo recibí en una postal desde Nueva York.
Aún bajo esta espada de Damocles que sufro, lucho desde las rejas por una Cuba plural, respetuosa, que ingrese nuevamente a la mesa de las naciones democráticas, donde le está reservada la silla que hace 50 años está vacía.
Hoy cumplo una injusta e inhumana prisión y una extensa condena y reitero ante el mundo, que a pesar de todas las torturas físicas psicológicas a que me han sometido, no han podido doblegarme. Sobrevivo en condiciones que ni las bestias salvajes asimilan, bajo un régimen tiránico que engaña aún a algunos ilusos. El único derecho que poseo es el de morir lentamente bajo las botas del castrismo y su policía política asesina. Creo que mis días están contados, pero Dios sabe que sigo fiel a mis ideales. Si me tocara quedar, pasaría a engrosar la larga lista de fieles cubanos amantes de la libertad y la democracia, que han perecido asesinados dentro de los centros reclusorios más degradantes de la era moderna, en Cuba; y que nada tienen que envidiarle a los campos de exterminio Nazis o a los gulags estalinistas.
Muchas personas de nobles sentimientos le imploran a la tiranía que no me dejen morir encerrado. En muchos lugares y rincones del mundo, se encienden velas, se ora y lanzan plegarias para que cese el dolor en mi cuerpo, tras cuatro paredes y un acero cuadriculado. La respuesta por parte de la dictadura ha sido el recrudecimiento del dolor y las restricciones como método de venganza y ajuste de cuentas
Soy, y somos hombres pacíficos, no somos terroristas ni espías, para los que el gobernante cubano reclama tratos humanos, que sí los reciben. Para el régimen de La Habana, vale más un terrorista internacional, que un amante de la democracia al estilo Gandhi y Luther King.
Reitero mi agradecimiento a todas las personas que sintieron en sus pechos la irreparable pérdida de mi única hija, el pasado 12 de marzo, en un trágico accidente de tránsito. De este inmenso dolor nunca me repondré y resulta contrastante observar la crueldad mostrada por el gobierno cubano frente al sufrimiento de decenas de hogares, que tienen tras la rejas, a un hijo prisionero político o de conciencia.
La actitud cruel, mostrada por la dictadura y su claro mensaje a la Unión Europea y a todas las naciones democráticas del mundo, de que no cambiará el estado de cosas en Cuba y que por el contrario la represión crecerá frente al creciente descontento popular.
Vivo momentos amargos como el de darle sepultura a la única semilla que sembré. He llorado, pero a la vez ha crecido mucho más mi espíritu libertario y en ese aspecto me siento mucho más fortalecido, porque sé que la Patria nos contempla orgullosa.
Gracias por compartir el dolor, gracias por defender mi causa y mostrarme su apoyo, y al decir de Luther King, yo también he tenido un sueño, lo hago saber al parlamentario francés, a todos los que desde cualquier confín del planeta me apoyan y al exilio patriótico cubano, con la firmeza de que continúo y continuaré de pie frente al terror, con la frente bien en alto.
Deseo que este mensaje le sea entregado a esta personalidad de Francia en sus propias manos y que sea transmitido también al mundo.