De la Mesa de Trabajo de Martha Beatriz Roque Nº. 114-
MAYO 2008
Y mientras el gobierno cubano aspira a una mejoría en las relaciones con la Unión Europea y están a punto de revisarse las sanciones impuestas a la isla, en el año 2003. Las autoridades penitenciarias en la prisión provincial Kilo 7 continúan utilizando bárbaros métodos de represión contra los prisioneros confinados en esta cárcel del centro oriental de la isla.
El siguiente testimonio expresa las violaciones a la integridad física de un preso común con trastornos mentales proclive a la autoagresión y al intento de suicidio, que fuera golpeado y torturado salvajemente por funcionarios del Ministerio del Interior en esta prisión.
Los pormenores del caso nos llegan a través del recluso opositor Yosvany Tamayo Aldana, que presenció los hechos: “El preso común Irenaldo González Betancourt, de 35 años de edad, se enfermó de los nervios, producto del stress y la violencia en que se desenvuelve el sistema carcelario. La brutal represión de la cual ha sido víctima, lo ha llevado a causarse múltiples agresiones en su cuerpo. En esta ocasión se causó una herida en el muslo derecho, y cuando fue presentando ante las autoridades militares para que le concedieran los primeros auxilios, fue golpeado salvajemente por el primer suboficial Daniel Primelles Cala, jefe de pelotón de Orden Interior y su hermano menor, quien también actúa como funcionario en este equipo de guardia. Sin escrúpulos, con la mayor crueldad, fue investido por los hermanos Primelles, quienes con las tunfas de reglamento la emprendieron a golpes haciéndoles heridas en el cráneo, en el rostro y múltiples laceraciones en todo el cuerpo.”
“Mientras el primer suboficial Daniel Primelles gritaba: “En mi guardia el que se pique, lo mato” y las tunfas machacaban el cuerpo del preso, un grupo de reclusos indignados por el cobarde crimen comenzaron a gritar: ¡Asesinos! ¡Esbirros! ¡Criminales! ¡Abajo Fidel! ¡Abajo la dictadura! ¡Vivan los derechos humanos!, lo que impidió que continuaran golpeando al loco Irenaldo, quien fue enviado al hospital gravemente lesionado”.
“El terror y la venganza criminal de los oficialistas al servicio del régimen en la Prisión Kilo 7, es obra de la impunidad, la discriminación y el orden engendrado por la política hostil del régimen imperante en Cuba. Ni la Unión Europea, ni ningún otro país del mundo puede hacerse cómplice de un gobierno estalinista, xenofóbico, criminal donde se violan los derechos humanos y las más elementales normas de las Naciones Unidas”. Concluyó el testimoniante.
Y mientras el gobierno cubano aspira a una mejoría en las relaciones con la Unión Europea y están a punto de revisarse las sanciones impuestas a la isla, en el año 2003. Las autoridades penitenciarias en la prisión provincial Kilo 7 continúan utilizando bárbaros métodos de represión contra los prisioneros confinados en esta cárcel del centro oriental de la isla.
El siguiente testimonio expresa las violaciones a la integridad física de un preso común con trastornos mentales proclive a la autoagresión y al intento de suicidio, que fuera golpeado y torturado salvajemente por funcionarios del Ministerio del Interior en esta prisión.
Los pormenores del caso nos llegan a través del recluso opositor Yosvany Tamayo Aldana, que presenció los hechos: “El preso común Irenaldo González Betancourt, de 35 años de edad, se enfermó de los nervios, producto del stress y la violencia en que se desenvuelve el sistema carcelario. La brutal represión de la cual ha sido víctima, lo ha llevado a causarse múltiples agresiones en su cuerpo. En esta ocasión se causó una herida en el muslo derecho, y cuando fue presentando ante las autoridades militares para que le concedieran los primeros auxilios, fue golpeado salvajemente por el primer suboficial Daniel Primelles Cala, jefe de pelotón de Orden Interior y su hermano menor, quien también actúa como funcionario en este equipo de guardia. Sin escrúpulos, con la mayor crueldad, fue investido por los hermanos Primelles, quienes con las tunfas de reglamento la emprendieron a golpes haciéndoles heridas en el cráneo, en el rostro y múltiples laceraciones en todo el cuerpo.”
“Mientras el primer suboficial Daniel Primelles gritaba: “En mi guardia el que se pique, lo mato” y las tunfas machacaban el cuerpo del preso, un grupo de reclusos indignados por el cobarde crimen comenzaron a gritar: ¡Asesinos! ¡Esbirros! ¡Criminales! ¡Abajo Fidel! ¡Abajo la dictadura! ¡Vivan los derechos humanos!, lo que impidió que continuaran golpeando al loco Irenaldo, quien fue enviado al hospital gravemente lesionado”.
“El terror y la venganza criminal de los oficialistas al servicio del régimen en la Prisión Kilo 7, es obra de la impunidad, la discriminación y el orden engendrado por la política hostil del régimen imperante en Cuba. Ni la Unión Europea, ni ningún otro país del mundo puede hacerse cómplice de un gobierno estalinista, xenofóbico, criminal donde se violan los derechos humanos y las más elementales normas de las Naciones Unidas”. Concluyó el testimoniante.