Martes, 27 de Noviembre de 2012 02:58
Cuba actualidad, La Habana, (PD) Referirse a la historia es contar los acontecimientos del pasado relativos al hombre y a las sociedades humanas, y percatarse de que el propio desarrollo de estos hechos y también los mortales, han cambiado a través del tiempo.
Existen algunos personajes que han pasado por el camino de la vida y han quedado inscritos por sus "hazañas", que otros han querido imitar. El pensamiento económico, político y social del ex presidente de Cuba, está formado de partes de cada uno de estos "héroes"; es como armar un Frankestein, el famoso protagonista de la novela de Mary W. Shelley, sobre el cual el cine ha hecho varias versiones.
En su libro "La Prisión Fecunda", Mario Mencía hace referencia a una carta que le dirigió Fidel Castro a su hermana Lidia, el 23 de marzo de 1954, en la que dice textualmente: "...era necesario ser duro, inflexible, severo; pecar por exceso, jamás por defecto... Eran necesarios unos meses de terror...En Cuba hacen falta muchos Robespierre".
En esta cita, el dictador se refiere a Maximiliano Robespierre (1758-1794) que implantó "El Terror" en Francia llevando a la guillotina miles de personas, muchas de ellas obreros y campesinos. Robespierre consideraba que la República debía defenderse de forma contundente (palabrita muy usada por el régimen) y rápida, arrebatando a sus enemigos la iniciativa. Actuando según el procedimiento habitual, procedió a eliminar la oposición.
El periodista y político José Pardo Llada, quien fuera amigo de Fidel Castro, declaró que una de las figuras más admiradas por éste fue el dictador Benito Mussolini (1883-1945), de quien copió –entre otras cosas- casi textualmente la frase: "Con la Revolución todo, sin la Revolución nada". El Duce -como se conocía a Mussolini- implantó sus poderes dictatoriales desde 1923 hasta 1945, y promovió el fascismo en su país.
El nombre de guerra que adoptó el ex presidente fue Alejandro; también así se reinscribió, con este segundo patronímico, ya siendo adulto, demostrando su admiración por Alejando Magno (356-323 AC), símbolo del conquistador. Este personaje histórico, Alejandro III, Rey de Macedonia, fue famoso por sus "proezas" y lo convirtieron en un mito para algunos, para otros en casi una figura divina. Era –en síntesis- un tirano megalómano que destruyó la estabilidad creada por los persas.
Una frase que se utilizó para hacer propaganda al discurso de defensa de Fidel Castro, en el juicio por el asalto al Cuartel Moncada fue: "Condenadme no importa, la Historia me absolverá", tomada del tristemente célebre Adolfo Hitler (1889-1945), conocido como el Führer. La ideología de Hitler, que fue la causa del estallido de la Segunda Guerra Mundial y el desarrollo del Holocausto, se basaba en toda una serie de puntos de tipo visionarios de carácter innegociable de eliminación de los judíos, la consecución de un espacio vital para garantizar el futuro de Alemania, la raza como explicación de la historia del mundo y la lucha eterna como ley básica de la existencia humana.
El estudio y la mezcla de la formación y actuación de estos tristemente célebres gobernantes, ayudó al dictador caribeño a armar un andamiaje que le permitió obtener el poder absoluto en el país. Sin lugar a dudas puede sobreponerse cada uno de ellos sobre el pensamiento filosófico del anciano ex presidente y se sacará una clara idea de cómo se ha llegado al estado de destrucción que tiene el país.