Cuba actualidad, La Víbora, La Habana, (PD) El Estado cubano elabora un presupuesto anual, que "supuestamente" es discutido en las Asambleas del Poder Popular de los diferentes niveles, pero nadie conoce la distribución del dinero de los contribuyentes, ya que aunque el régimen niega que se cobren impuestos, todo en el país está gravado, independientemente de que la tributación más alta que paga el cubano es su propia libertad.
Solo para citar algunos ejemplos, se podría hacer referencia al hecho de que cuando los trabajadores no reciben un salario digno, ya están contribuyendo a incrementar la bolsa de la dictadura. La diferencia en la doble moneda y los altos precios en las tiendas de divisa, también son un complemento de esta extracción jugosa del esfuerzo de los ciudadanos promedios, que viven sin otra alternativa del miserable sueldo estatal.
Recientemente, la televisión de la provincia Granma ofreció una intervención del coronel José Ernesto Betancourt Labastida, jefe del Departamento de Reducción de Riesgo de la Defensa Civil Nacional, que en ese momento se encontraba al frente del Grupo Estatal que intervenía en la provincia por la situación del cólera. Él explicó que habían empleado en recursos más de 6 millones de pesos, destinados a instituciones médicas, a compras de tanques para agua, para subsidiar por el Estado los precios de los pasajes por ómnibus que sustituyeron a los trenes, a los equipos que envió el Instituto de Recursos Hidráulicos, a materiales de construcción para las letrinas, y otros.
Esto puede considerarse algo excepcional, porque ni siquiera a los miembros de las llamadas circunscripciones, a nivel de barrio se les pasa balance de la utilización de los recursos.
Las llamadas Asambleas de Rendición de Cuentas, que se efectúan durante los períodos electorales; y de las cuales se puede decir que tienen cansados a todos los vecinos de la localidad, porque no resuelven nada de lo que se plantea, no informan del uso de los recursos, ni siquiera aquellos pocos que pueden ser entregados a los delegados de las diferentes zonas. Allí, si es que se da una respuesta, siempre será la misma: "No hay recursos".
Entonces cabría preguntarse: ¿En qué se utilizan los presupuestos, que se supone que sean las cantidades de dinero calculadas para hacer frente a los gastos generales de la comunidad y del país en general, y que además tienen respaldo en efectivo en el Banco?
Si volviéramos a la situación de la provincia Granma, entre los renglones específicos para los que se utilizó la ampliación del presupuesto durante la epidemia del cólera, está la construcción de letrinas. A nivel provincial se deben construir alrededor de 3 000 de ellas. Después de más de 53 años de involución en el país, no se piensa aún en beneficiar a las personas con servicios sanitarios, sino con este tipo de lugar destinado en las casas para verter las inmundicias y expeler los excrementos, propios de falta de higiene y desarrollo.
Pero habría que añadir, que de esa cantidad, que implica que muchas personas defecan a la intemperie, solo construirían 374 priorizadas, con la dificultad que para cumplir con este plan tal y como está concebido, debían hacer 50 diarias, lo que se imposibilita por la falta de recursos, incluyendo los humanos.
Esto es una muestra de que los planes se hacen por cumplir una meta, pero no con la conciencia de que serán cumplidos. Lo mismo pasa con el Presupuesto Estatal.
No obstante, han declarado que no se podrán construir las letrinas por iniciativa propia, sino que hay que pedir permiso de construcción para fiscalizar la situación que tengan, lejos de los pozos y a cierta distancia de la vivienda. Como siempre, el "Padre" Estado, fiscalizando todo para no permitir que las necesidades se suplan y que las personas encuentren algún bienestar.
La economista cubana Martha Beatriz Roque Cabello es fundadora del Instituto de Economistas Independientes de Cuba y líder de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil. Martha Beatríz Roque fue arrestada por segunda vez durante la más reciente ola represiva desatada por el régimen castrista en marzo del 2003 y fue la única mujer condenada a 20 años de prisión y confinada a la Prisión de Mujeres “Manto Negro” en La Habana, en una celda aislada de máxima seguridad. Después de meses sin recibir asistencia médica para sus problemas de salud incluyendo mareos, parálisis en el lado izquierdo del cuerpo, dolores en el pecho, desorientación, vómitos, diarrea, y sangramientos por la nariz y gracias a la presión internacional, fue finalmente transferida al Hospital Militar Carlos J. Finlay en La Habana en agosto del 2003, donde le diagnosticaron diabetes, y otros problemas. Finalmente fue liberada mediante un alta médica el 22 de julio de 2004 . Actualmente vive en su domicilio con "Licencia extrapenal por motivos de salud", pero sobre ella continúa vigente la condena de 20 años de prisión.Este Blog ha sido creado para publicar toda la información, artículos, denuncias y reflexiones que a riesgo de su propia vida siguen saliendo desde su mesa de trabajo en La Habana- Cuba.
Solo para citar algunos ejemplos, se podría hacer referencia al hecho de que cuando los trabajadores no reciben un salario digno, ya están contribuyendo a incrementar la bolsa de la dictadura. La diferencia en la doble moneda y los altos precios en las tiendas de divisa, también son un complemento de esta extracción jugosa del esfuerzo de los ciudadanos promedios, que viven sin otra alternativa del miserable sueldo estatal.
Recientemente, la televisión de la provincia Granma ofreció una intervención del coronel José Ernesto Betancourt Labastida, jefe del Departamento de Reducción de Riesgo de la Defensa Civil Nacional, que en ese momento se encontraba al frente del Grupo Estatal que intervenía en la provincia por la situación del cólera. Él explicó que habían empleado en recursos más de 6 millones de pesos, destinados a instituciones médicas, a compras de tanques para agua, para subsidiar por el Estado los precios de los pasajes por ómnibus que sustituyeron a los trenes, a los equipos que envió el Instituto de Recursos Hidráulicos, a materiales de construcción para las letrinas, y otros.
Esto puede considerarse algo excepcional, porque ni siquiera a los miembros de las llamadas circunscripciones, a nivel de barrio se les pasa balance de la utilización de los recursos.
Las llamadas Asambleas de Rendición de Cuentas, que se efectúan durante los períodos electorales; y de las cuales se puede decir que tienen cansados a todos los vecinos de la localidad, porque no resuelven nada de lo que se plantea, no informan del uso de los recursos, ni siquiera aquellos pocos que pueden ser entregados a los delegados de las diferentes zonas. Allí, si es que se da una respuesta, siempre será la misma: "No hay recursos".
Entonces cabría preguntarse: ¿En qué se utilizan los presupuestos, que se supone que sean las cantidades de dinero calculadas para hacer frente a los gastos generales de la comunidad y del país en general, y que además tienen respaldo en efectivo en el Banco?
Si volviéramos a la situación de la provincia Granma, entre los renglones específicos para los que se utilizó la ampliación del presupuesto durante la epidemia del cólera, está la construcción de letrinas. A nivel provincial se deben construir alrededor de 3 000 de ellas. Después de más de 53 años de involución en el país, no se piensa aún en beneficiar a las personas con servicios sanitarios, sino con este tipo de lugar destinado en las casas para verter las inmundicias y expeler los excrementos, propios de falta de higiene y desarrollo.
Pero habría que añadir, que de esa cantidad, que implica que muchas personas defecan a la intemperie, solo construirían 374 priorizadas, con la dificultad que para cumplir con este plan tal y como está concebido, debían hacer 50 diarias, lo que se imposibilita por la falta de recursos, incluyendo los humanos.
Esto es una muestra de que los planes se hacen por cumplir una meta, pero no con la conciencia de que serán cumplidos. Lo mismo pasa con el Presupuesto Estatal.
No obstante, han declarado que no se podrán construir las letrinas por iniciativa propia, sino que hay que pedir permiso de construcción para fiscalizar la situación que tengan, lejos de los pozos y a cierta distancia de la vivienda. Como siempre, el "Padre" Estado, fiscalizando todo para no permitir que las necesidades se suplan y que las personas encuentren algún bienestar.