La usuaria Olga Pérez García, residente del Reparto Trébol, en el mismo Consejo, plantea una violación de sus derechos como usuaria, al comprar un desodorante que estaba reenvasado, lo que descubrió al adquirir 2 marcas diferentes (Rexona y Deporte) y detectar que tenían el mismo olor.
Fue a reclamar al dependiente de la tienda, el que primeramente no quiso devolverle el dinero, pero a tanta insistencia de la consumidora, se lo devolvió.
Estos son productos confeccionados en fábricas caseras clandestinas –que se conocen como merolicos- que utilizan materia prima original y la reenvasan en lo que consigan, sin importar la marca. Finalmente los venden en las tiendas de divisas, en complicidad con los empleados. La población consumidora se ve afectada, en particular aquella que tiene pocos recursos monetarios para poder adquirir estos productos de primera necesidad.
En la primera foto, arriba, una vista del interior de la tienda. La mayoría de los productos son hechos en Cuba. En la segunda foto – Abajo, se puede apreciar como las personas adquieren los productos desde lejos, sin tener acceso al mostrador.
La calle 1ra. entre A y C, en la localidad García, Consejo de Calabazar, se encuentra –al igual que la mayoría en la zona- prácticamente destruida, pero con la particularidad que está llena de aguas albañales, con el correspondiente mal olor.. Los vecinos del lugar no cuentan con aceras, por lo que al salir de sus casas, tienen que ensuciarse los pies con estas aguas fétidas.
En iguales condiciones está la calle Soto entre Santa Amalia y A, en la misma localidad.
La delegada del Poder Popular, nombrada Caridad Torres Puertas, ha recibido numerosas quejas de la población local, y ha respondido que lo ha informado al nivel correspondiente del Gobierno y no tiene contestación alguna. Esta situación se ha extendido por más de 5 años.