De la Mesa de Trabajo de Martha Beatriz Roque No.83
Pedro Argüelles Morán, Grupo (75) Prisión de Canaleta, Ciego de Ávila
Liberación incondicional
Las Damas de Apoyo son mujeres que asumieron la noble y digna solidaridad para con la justa causa de las Damas de Blanco, que piden la liberación de nosotros, sus familiares, injustas y arbitrariamente secuestrados, como rehenes del régimen totalitario castrista y somos prisioneros de conciencia del Grupo de los 75.
Esas ejemplares hermanas han sufrido actos de repudio, tanto físicos como verbales; han sido insultadas, ofendidas, amenazadas y han enfrentado esos riesgos y sacrificios por nuestra liberación, aunque no son familiares nuestros. Incluso esas Damas de Apoyo están haciendo por nuestra liberación lo que algunos de nuestros familiares más cercanos no han sido capaces de hacer y por lo tanto merecen todo nuestro respeto, admiración, respaldo y eterno agradecimiento, porque con su solidaria actuación también están luchando pacíficamente por el respeto a los derechos y libertades inherentes a la dignidad de la persona humana, y por alcanzar la tan anhelada y sufrida transición democrática en la mayo de las Antillas.
Pero ahora, el régimen totalitario castrista teme que la solidaridad con las Damas de Blanco siga aumentando con las Damas de Apoyo y “autoriza” el desfile de las Damas de Blanco pero sin las Damas de Apoyo, algo que en mi criterio es inadmisible y no debe aceptarse por no ser ético ni digno y sería negar la solidaridad para con nuestra liberación.
Si mi liberación depende de que las Damas de Apoyo no desfilen junto a las Damas de Blanco, no quiero la liberación a ese precio, pues eso sería igual que si la policía política me condicionara la liberación a que me retractase o renunciara a mi disidencia y eso ni muerto lo acepto. Prefiero podrirme en vida en las ergástulas comunistas cubanas, antes que dejar de ser un luchador civilista a favor de la verdad, la libertad, la justicia y el amor y por una nueva Cuba, donde imperen “el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”, como paradigmáticamente nos exhorta nuestro Apóstol de la independencia José Martí.
Ciego de Ávila, 20 de mayo de 2010.