Pedro Argüelles Morán,
preso de conciencia del Grupo de los 75, prisión de provincial de Canaleta, Ciego de Ávila
NO.180-DICIEMBRE 2008
La canción “Cuba va”, algo así como un símbolo de la Nueva Trova cubana, en su texto dice que: “Por amor se está hasta matando”. Y yo pienso que se puede matar por desperdicio, por odio, por rencor, por venganza y también por demencia y por fanatismo, pero nunca se puede matar por amor, porque por amor sí se puede perdonar, se puede olvidar cualquier agravio, se puede uno dejar matar por salvar lo que ama, o se puede dejar morir, por no ser amado.
Por amor a la Patria uno puede inmolarse, por amor se puede hacer cualquier sacrificio, pero por amor no se puede matar, porque la vida es lo más sagrado que existe, y por lo tanto es inviolable. Y no hay nada más importante que la vida de un ser humano y ésta no debe ser tronchada por nada ni por nadie y hacerlo sería el más grave de los delitos; y por tanto no hay ideología, doctrina, religión, ni sentimientos humanos que sean más importantes que la vida de un solo ser humano.
Sólo la voluntad de amar es capaz de generar la vida y nunca de eliminarla, matar es sinónimo de destruir, y nuestro Apóstol de la Independencia, José Martí, lo definió magistralmente: “Los hombres van en dos bandos: los que aman y construyen y los que odian y destruyen”.
Y ya nosotros los del Grupo de los 75, cumplimos 69 meses de haber sido secuestrados por la policía política castrista, para encarcelarnos como rehenes del régimen totalitario comunista.
La canción “Cuba va”, algo así como un símbolo de la Nueva Trova cubana, en su texto dice que: “Por amor se está hasta matando”. Y yo pienso que se puede matar por desperdicio, por odio, por rencor, por venganza y también por demencia y por fanatismo, pero nunca se puede matar por amor, porque por amor sí se puede perdonar, se puede olvidar cualquier agravio, se puede uno dejar matar por salvar lo que ama, o se puede dejar morir, por no ser amado.
Por amor a la Patria uno puede inmolarse, por amor se puede hacer cualquier sacrificio, pero por amor no se puede matar, porque la vida es lo más sagrado que existe, y por lo tanto es inviolable. Y no hay nada más importante que la vida de un ser humano y ésta no debe ser tronchada por nada ni por nadie y hacerlo sería el más grave de los delitos; y por tanto no hay ideología, doctrina, religión, ni sentimientos humanos que sean más importantes que la vida de un solo ser humano.
Sólo la voluntad de amar es capaz de generar la vida y nunca de eliminarla, matar es sinónimo de destruir, y nuestro Apóstol de la Independencia, José Martí, lo definió magistralmente: “Los hombres van en dos bandos: los que aman y construyen y los que odian y destruyen”.
Y ya nosotros los del Grupo de los 75, cumplimos 69 meses de haber sido secuestrados por la policía política castrista, para encarcelarnos como rehenes del régimen totalitario comunista.