Por: Martha Beatriz Roque Cabello
Se supone -desde el punto de vista teórico- que el Estado debe mantener funciones económicas que le permitan mejorar la eficiencia, la distribución de los recursos financieros, realizar una política macroeconómica que tienda a dar estabilidad, y llevar a cabo las transacciones comerciales internacionales, con los efectos de utilidad deseados. Sin embargo esta hipótesis es desoída por el gobierno cubano, el cual a través de sus fallos e intervenciones desacertadas genera despilfarro y una redistribución negativa de la renta, lo que ha hecho durante años que la economía de la isla sea ineficiente, sin contar con el hecho de que no existe un Sistema Económico, las cosas se resuelven en el momento en que suceden, en la jerga popular se diría: “donde se cae el burro le dan los palos”.
Existe expectativa por el discurso de Raúl Castro del próximo 26 de julio, donde se supone que anuncie algunos remedios que ya se comienzan a tomar, relacionados en primer lugar con el más de un millón de “trabajadores” que sobran en el país. También hay especulaciones sobre la presencia de Fidel Castro en este acto en Santa Clara, ya que a medida que se acerca la fecha, se incrementa el “estado militar” en el municipio cabecera de la provincia de Villa Clara, ganadora de la sede del Aniversario del Asalto al Cuartel Moncada.
La semana que terminó ha sido caracterizada por la presencia –cuatro veces- en la Televisión Cubana del ex presidente Fidel Castro, aún primer secretario del Partido Comunista de Cuba, que según la Constitución de la República “es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado”. Sus intervenciones se pueden calificar como las de “un ave negra del infortunio”, todo lo que dijo estuvo relacionado con calamidades, desgracias, y tragedias, que según él asegura llegarán en breve para el mundo, debido a la guerra que iniciará Estados Unidos de América contra Irán o Corea del Norte y a los problemas del medio ambiente.
Todo su arsenal de palabras estuvo dirigido hacia el exterior, según él mismo plantea, nueve reflexiones –desde el 1ro. de junio- sobre el mismo tema: el inminente peligro de una guerra. En ningún momento el máximo dirigente del Partido que “organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”, se refirió a la situación interna, a los graves problemas económicos, sociales y políticos por los que atraviesa el país, eso no es importante para el Estado cubano.
De su verbosidad excesiva se puede leer un mensaje al sufrido pueblo: “No se preocupen por la comida, por la casa, por el transporte, por el trabajo, por el dinero, por las libertades, por el futuro; eso es nada con el peligro que tiene el mundo de desaparecer”.
El cubano promedio que no tiene forma de conocer lo que sucede en el planeta y las realidades que se viven, se traga toda esa intención de posibilidad de guerra nuclear y relaja sobre los asuntos personales que no se resuelven, que son muchos. La orientación es clara, hay que prepararse para encarar esa realidad. Tal es el extremo, que los hijos de los Embajadores han sido traídos de vuelta.
Muchos no entenderán a que se refiere el “Máximo Líder”, en una de sus últimas “Reflexiones” cuando plantea que: …”como hicimos nosotros en octubre de 1962, en que optamos por desaparecer antes que plegar nuestras banderas”. Dos generaciones de cubanos desconocen que la dirigencia del país propuso a Moscú en aquella ocasión asestar el primer golpe a los “yanquis”, con los misiles balísticos que tenían los soviéticos aquí, sin esperar que los “americanos” tomaran la iniciativa. Sin dudas hubiera sido una catástrofe para la humanidad, pero nuestra linda isla estuviera desaparecida.
Esta decisión se tomó sin consultar al pueblo que incluso desconocía que habían armas nucleares y tropas extranjeras en el país; y ahora se plantea: “como hicimos nosotros”, sin especificar este pronombre personal a quiénes contiene, o si por ficción -que el uso autoriza- ha aplicado el plural, diciendo nosotros, en vez de yo.
Son varias las lecturas que se hacen de la aparición de Fidel Castro en la televisión, entre ellas lo coincidencia con el día que fueron sacados del país los primeros presos del Grupo de los 75, algo así como recordando que eran sus prisioneros y que él fue quien autorizó que salieran. También está pendiente el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, imposible de pensar que en las condiciones de salud en las que se veía -de vez en cuando- al Comandante en Jefe, hubiera podido ser reelegido, ahora es otra cosa.
De todas formas, nada beneficioso para la depauperada economía se ha sacado de estas comparecencias, solamente algo parecido a una historia infantil, muy gustada de los niños: “Cuidado Caperucita, que viene el lobo”; pero en este caso no hay dulces para la abuelita, porque son muy difíciles de encontrar en moneda nacional y en divisa son muy caros. Características peculiares de la doble moneda.
Los años pasan y los cubanos están sentados en la misma bola de fuego, ignorados sus problemas por un gobierno que llegó al poder como el héroe de la justicia social.
Ciudad de La Habana, 19 de julio de 2010.