No.54 Normando Hernández González, (75) desde el Hospital Nacional de Reclusos en el Combinado del Este.
Fidel más dictador que Batista.
El descaro de los que mandan en Cuba alcanza su divinidad en aquella frase que dice: ”Soy partidario de las dictaduras en el único caso que yo sea el dictador.”
Para que lo anterior no se quede en una simple afirmación lo demostraré con dos hechos históricos.
Primero: El líder de la llamada “Revolución Cubana”, Fidel Castro Ruz, considerando que el gobierno de Fulgencio Batista y Zaldívar, era tiránico; en 1953 organizó, entrenó, movilizó hombres y armas, vistió con el uniforme del ejército a ciento veinte jóvenes y aprovechándose del comienzo de unos carnavales asaltó, de forma simultánea, el cuartel de Bayamo y la principal fortaleza militar del interior del país, en aquel entonces: el cuartel Moncada; con el objetivo de armar al pueblo y derrocar al régimen de Batista.
En dicha acción perdieron la vida 70 cubanos sin contar los que fueron asesinados por los militares de la dictadura en los días posteriores al asalto.
Por el fratricidio del 26 de julio de 1953 fueron apresados y sancionados 30 asaltantes a penas que oscilaron entre 7 meses y 15 años de reclusión, condena esta última, impuesta solo a Fidel Castro por haber sido el “autor, jefe máximo, de un delito consumado contra los poderes del Estado”.
Doscientos setenta y siete años y dos meses es la suma de la sanción impuesta a los 30 asaltantes enjuiciados, quienes solo cumplieron 21 meses y 15 días pues el dictador decidió amnistiarlos y el 15 de mayo de 1955, todos fueron puestos en libertad.
Segundo: Con Fidel Castro en el poder, desde el 1ro. de enero del 1959 y pasado cuarenta y nueve años, siete meses y veintiún días del asalto a los cuarteles de Bayamo y Moncada, el gobierno castrista es una cacería de brujas, apresó y condenó, en juicios sumarísimos, sin ninguna garantía jurídica, a 75 porque disienten y/o se oponen, de forma pacífica, a la política gubernamental.
A ninguno de los apresados y sancionados en marzo –abril de 2003- se le ocupó armas, ni fueron culpables de espionaje, ni de incitar a la violencia, ni se les probó ningún delito. Fueron condenados a penas que oscilan entre 6 y 28 años de privación de libertad por expresar sus opiniones; por organizarse en sindicatos y partidos políticos pacíficos; por ejercer el periodismo independiente; por defender, promover o cultivar de forma cívica los derechos humanos, internacionalmente reconocidos.
Mil cuatrocientos cincuenta y cuatro años es la suma de la sanción impuesta a los 75 disidentes, de los cuales solo 22 -con la salud quebrantada- han sido puestos en libertad gracias a las críticas y presiones internacionales ejercidas contra el gobierno de la isla, por encarcelar a personas pacíficas, indefensas e inocentes.
Han pasado ochenta y cuatro meses y 53 disidentes continúan en prisión en condiciones inhumanas que han acarreado a muchos, su destrucción física y síquica de forma parcial e irreversible, incluso, Miguel Valdés Tamayo –que Dios lo tenga en la gloria- murió al poquito tiempo de estar en libertad, bajo licencia extra penal, pues padecía de crecimiento en el corazón y los maltratos recibidos en la cárcel aceleraron su enfermedad. Además, como caso más reciente tenemos el prisionero de conciencia y mártir Orlando Zapata Tamayo, que lo asesinaron lentamente desde su detención en el año 2003, por exigir se respetaran los derechos de todos los presos políticos y todos los presos cubanos, él se vio obligado a hacer una huelga de hambre y después de 86 días lo dejaron morir sin la debida asistencia médica.
Como pueden apreciar estos hechos, históricamente, son recientes y muy fáciles de comprobar, por lo que los invito a que se animen e investiguen la Historia de Cuba y podrán seguir dándose cuenta que el dictador Fulgencio Batista, era solo un niñito de teta, al lado de los que, hace 50 años, mandan en Cuba.
Ciudad de La Habana, 12 de abril de 2010.
Fidel más dictador que Batista.
El descaro de los que mandan en Cuba alcanza su divinidad en aquella frase que dice: ”Soy partidario de las dictaduras en el único caso que yo sea el dictador.”
Para que lo anterior no se quede en una simple afirmación lo demostraré con dos hechos históricos.
Primero: El líder de la llamada “Revolución Cubana”, Fidel Castro Ruz, considerando que el gobierno de Fulgencio Batista y Zaldívar, era tiránico; en 1953 organizó, entrenó, movilizó hombres y armas, vistió con el uniforme del ejército a ciento veinte jóvenes y aprovechándose del comienzo de unos carnavales asaltó, de forma simultánea, el cuartel de Bayamo y la principal fortaleza militar del interior del país, en aquel entonces: el cuartel Moncada; con el objetivo de armar al pueblo y derrocar al régimen de Batista.
En dicha acción perdieron la vida 70 cubanos sin contar los que fueron asesinados por los militares de la dictadura en los días posteriores al asalto.
Por el fratricidio del 26 de julio de 1953 fueron apresados y sancionados 30 asaltantes a penas que oscilaron entre 7 meses y 15 años de reclusión, condena esta última, impuesta solo a Fidel Castro por haber sido el “autor, jefe máximo, de un delito consumado contra los poderes del Estado”.
Doscientos setenta y siete años y dos meses es la suma de la sanción impuesta a los 30 asaltantes enjuiciados, quienes solo cumplieron 21 meses y 15 días pues el dictador decidió amnistiarlos y el 15 de mayo de 1955, todos fueron puestos en libertad.
Segundo: Con Fidel Castro en el poder, desde el 1ro. de enero del 1959 y pasado cuarenta y nueve años, siete meses y veintiún días del asalto a los cuarteles de Bayamo y Moncada, el gobierno castrista es una cacería de brujas, apresó y condenó, en juicios sumarísimos, sin ninguna garantía jurídica, a 75 porque disienten y/o se oponen, de forma pacífica, a la política gubernamental.
A ninguno de los apresados y sancionados en marzo –abril de 2003- se le ocupó armas, ni fueron culpables de espionaje, ni de incitar a la violencia, ni se les probó ningún delito. Fueron condenados a penas que oscilan entre 6 y 28 años de privación de libertad por expresar sus opiniones; por organizarse en sindicatos y partidos políticos pacíficos; por ejercer el periodismo independiente; por defender, promover o cultivar de forma cívica los derechos humanos, internacionalmente reconocidos.
Mil cuatrocientos cincuenta y cuatro años es la suma de la sanción impuesta a los 75 disidentes, de los cuales solo 22 -con la salud quebrantada- han sido puestos en libertad gracias a las críticas y presiones internacionales ejercidas contra el gobierno de la isla, por encarcelar a personas pacíficas, indefensas e inocentes.
Han pasado ochenta y cuatro meses y 53 disidentes continúan en prisión en condiciones inhumanas que han acarreado a muchos, su destrucción física y síquica de forma parcial e irreversible, incluso, Miguel Valdés Tamayo –que Dios lo tenga en la gloria- murió al poquito tiempo de estar en libertad, bajo licencia extra penal, pues padecía de crecimiento en el corazón y los maltratos recibidos en la cárcel aceleraron su enfermedad. Además, como caso más reciente tenemos el prisionero de conciencia y mártir Orlando Zapata Tamayo, que lo asesinaron lentamente desde su detención en el año 2003, por exigir se respetaran los derechos de todos los presos políticos y todos los presos cubanos, él se vio obligado a hacer una huelga de hambre y después de 86 días lo dejaron morir sin la debida asistencia médica.
Como pueden apreciar estos hechos, históricamente, son recientes y muy fáciles de comprobar, por lo que los invito a que se animen e investiguen la Historia de Cuba y podrán seguir dándose cuenta que el dictador Fulgencio Batista, era solo un niñito de teta, al lado de los que, hace 50 años, mandan en Cuba.
Ciudad de La Habana, 12 de abril de 2010.