LA HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org -Desde el pasado 20 de noviembre de 2013, cada miércoles la policía política, junto con miembros de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), toman el edificio donde vivo con el fin de impedir que se efectúe la reunión semanal de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios, a la 1pm. Este 8 de enero no fue la excepción, pero con situaciones diferentes.
Alrededor de las 11 y media de la mañana, dos comunicadoras llegaron a la casa, procedentes de Güira de Melena, y no las dejaron subir, pero les dijeron que no las iban a arrestar. Bajé para verlas. La falta de palabra es algo que caracteriza a la policía política y las apresaron y condujeron en un auto patrulla de la PNR hasta el Parque Lenin, en la periferia de la ciudad, donde las abandonaron. Pero regresaron a la reunión, ayudadas por dos jóvenes en un carretón de caballos -lleno de yerbas- que les dieron un aventón hasta Arroyo Naranjo.
Mientras tanto, parada en la esquina de Zanja y Belascoaín, fui esperando al resto de las personas que pudieron llegar, hasta el número de 12, y fuimos caminando hasta la Estación de Policía de la calle Zanja -3 cuadras- donde, en el parque que queda enfrente a la Unidad, hicimos la reunión planificada. Tuvimos algunos oficiales alrededor, pero no nos molestaron.
Finalizado el encuentro, regresamos para mi casa y en la puerta del edificio una Teniente con el uniforme verde olivo del Ministerio del Interior nos informó que solo podíamos subir Arnaldo Ramos Lauzurique y yo, que los demás tenían que retirarse para sus casas o serían detenidos.
Le pregunté que en cuál de los autos patrullas que tenían parqueadas en la calle Belascoaín se montaba cada uno, a lo que no respondió.
Todos nos quedamos en el largo portal del edificio y comenzaron a llegar miembros de la brigada de respuesta rápida que regularmente asisten a estos barbáricos espectáculos semanales. También la calle –que es muy transitada- se llenaba de curiosos que nos preguntaban qué pasaba. A los 20 minutos, mandaron a retirar las patrullas y también algunos de los oficiales de la Seguridad del Estado fueron a ocupar otros puestos en los balcones y edificios aledaños.
No sé exactamente cuánto le cuesta al gobierno mantener más de 30 efectivos en el operativo desde las 7 de la mañana hasta las 5 de la tarde, trasladar hacia lugares distantes los disidentes que arrestan, mantener parqueadas frente al edificio 3 ó 4 patrullas y otros gastos de telefonía celular, etc., que conlleva esta acción. Es imposible de calcular; pero la situación económica del país no está en condiciones de permitirse estos gastos, máxime cuando en ocasiones las ambulancias no se pueden mover por falta de combustible, que se gasta en los autos y motos que intervienen en la operación.
Estuvimos allí hasta las 5 de la tarde que es la hora en que terminan las reuniones, pero si esto se evaluara como una pelea de boxeo, el lector sería quien tendría que desempatarla, pues la Seguridad del Estado ganó al no dejarnos subir a en mi casa, pero nosotros hicimos la reunión en la boca del lobo, en el mismo parque de la Unidad de la Policía a la que pertenecen los oficiales de la PNR que estaban custodiando el edificio.
LA HABANA, 10 de enero de 2014