Por: Martha Beatriz Roque Cabello
La corrupción que ha engendrado el sistema, se acentúa cada vez que el gobierno le da una vuelta a la rosca y reprime más cualquier posibilidad de actividad económica individual.
Aunque la dictadura se precia de que existen leyes, y que un objetivo fundamental es la institucionalidad, no se cumple con lo legislado a las instancias correspondientes, porque el ejemplo de la dirección del país es malo, y por consiguiente no hay quien controle el cumplimiento de lo establecido, pero tampoco existe el deseo de hacerlo. El organismo que más se destaca por esta violación es la propia Fiscalía General de la República y en particular su figura principal Juan Escalona Reguera, quien comete el delito de prevaricación en múltiples ocasiones, sin que se tome en cuenta.
La Administración Central del Estado tiene regulado que en 60 días hábiles, cualquier organismo que haya recibido una queja, debe responderla, pero esto se torna en mero burocratismo y una gran falta de sensibilidad con las víctimas, que aún piensan que con gestiones a altos niveles estatales, resolverán sus viejos y anquilosados problemas. Aunque parezca increíble, después de 50 años de tantas mentiras, aún hay quien dice: “Fidel seguro, no sabe de eso”. Quizás sea una forma de auto consuelo, pero sobre todo personas de la misma generación que el ex presidente, son dadas a estas expresiones, aunque estén mal vestidas y no se hayan podido bañar con jabón por largos espacios de tiempo.
Si haciendo uso de lo que está establecido, usted escribe al Consejo de Estado, recibirá una escueta carta de contestación que le remite su correspondencia “para ser respondida”, a la propia entidad motivo de la denuncia.
En todo este ambiente de desidia y corrupción, existen sectores más cuestionados que otros, por ejemplo el de la vivienda, como es natural por la muy difícil situación habitacional que existe en el país. Aquí se destaca el incumplimiento de las disposiciones de los Tribunales, en el orden penal y civil; también la falsificación de documentos para la obtención de permutas y otras legalizaciones de viviendas. El desvío de materiales que se asignaron por diferentes situaciones, entre ellas las afectaciones ciclónicas.
Hay cubanos con problemas de viviendas acumulados por decenas de años y sin ninguna respuesta por parte de las Direcciones Provinciales de Vivienda o el propio Instituto Nacional, sin tener instancia alguna para proceder con una reclamación o una queja. Lo que convierte al cubano en un ser indefenso, sin ninguna protección jurídica, atado de pie y mano totalmente.
Las necesidades sociales acuciantes se quedan sin resolver, porque no existe la voluntad para ello, el gobierno en algunos casos acepta lo innegable, pero acompañado de la justificación y como es natural la culpa de otros. Ahí estará siempre “el bloqueo” para servir de basurero de todo lo mal hecho por parte de un sistema totalmente agotado.
Dentro de este contexto, está la salud pública, que recientemente tuvo una explosión que obligó a la gerontocracia a dar información oficial a la población: la muerte de 26 enfermos del Hospital Psiquiátrico de La Habana.
Aunque fue totalmente ambigua la redacción de lo notificado por Salud Pública, explicando que los hechos además de a las temperaturas de 3.6 grados centígrados, se culpa a factores de riesgo propios de los pacientes con enfermedades psiquiátricas. Pero no se explica cuáles son estos factores, como por ejemplo la mala alimentación, la falta de abrigos, la escasez de ropa conveniente para cobijarse durante el sueño y la poca atención de los ingresados.
Como siempre la culpa recaerá en alguien, que no se sabrá nunca, porque el gobierno acostumbra a decir que se investigará, que se tomarán medidas, etc., etc., pero no hay segundas partes de algo tan tétrico, por aquello de que “recordar es volver a vivir”.
Sin embargo si es cierto que los principales responsables de estos hechos, serán sometidos a los Tribunales correspondientes, deben comenzar por defenestrar al Ministro de Salud Pública y después solicitar la renuncia del resto del gobierno que es incapaz de llevar a cabo su tan manipulada política de justicia social. Han tenido 50 años para resolver los problemas del país y lo que han hecho, sencillamente, es incrementarlos, logrando destruir una nación que estaba en pleno ascenso, y lo que es peor, la ha dividido.
Este suceso del Hospital Psiquiátrico de La Habana, se hizo público por la repercusión que tuvo en la población de Ciudad de La Habana, sin embargo hay otros en el resto del país, algunos de ellos confirmados por opositores, como 4 fallecidos en el Asilo de Ancianos de Santa Clara, que no se ha divulgado y se puede asegurar que no se dará la noticia, ya que esto traería como consecuencias un fulminante desprestigio internacional a la ya marchita salud pública del país.
Ciudad de La Habana, 18 de enero de 2010.