Por: Martha Beatriz Roque Cabello
Todo parece indicar que está de moda hablar, escribir y actuar en contra de la oposición interna, como si los disidentes fueran responsables de la estadía del gobierno en el poder. Las acusaciones varían desde simples críticas hasta serias incriminaciones, incluso se ha llegado al extremo de ignorarla, como cuando –recientemente- se hace alusión al senador de los Estados Unidos de América, por el estado de Indiana Richard Lugar, el que en su instrumentación dejó fuera de la ecuación al exilio histórico, pero para nada se menciona que tampoco tiene en cuenta la disidencia.
Sin embargo, los opositores, que no dejan de estar inmersos en su lucha pacífica día a día, siguen poniendo los presos, los detenidos arbitrariamente, el cuerpo para recibir golpes; las estancias en sus casas, bajo el ojo visor de los órganos represivos de vigilancia; los problemas con sus familiares, etc., pero para colmo ahora ponen también “el pellejo”, como se dice vulgarmente, para que otros se lo arranquen.
Es bien sabido por todos, que el régimen totalitario cubano tiene los brazos largos y la “Inteligencia” y la “Contrainteligencia” bien educada, estimulada y activa constantemente, dentro y fuera del país. Si en el sur de la Florida, hay cientos de agentes de inteligencia, como explicó recientemente un oficial de la CIA de Estados Unidos en un programa de televisión de Miami, ¿qué puede esperar la oposición interna? Las filas de las organizaciones están llenas de estos agentes, que muchas veces no son considerados ni como tal, solo cooperantes, algunos involuntarios, sometidos a chantaje por parte de la policía política, que lo controla todo en el país.
Aunque las cabezas de las organizaciones no estén vinculadas con la Seguridad del Estado, la práctica de la democracia dentro de ellas, permite que la policía política tenga gran nivel de empuje y en algunos casos logre hasta romper es proyecto desde dentro. Esto es muy fácil para ellos, la extorsión alcanza altos niveles, puede bien ser por una tarjeta blanca para salir del país, o con hacer pública sus preferencias sexuales, para el gobierno todo vale. Después sólo hay que decir a todo el mundo, que la oposición está fajada entre sí y que no se ponen de acuerdo. ¡Cría fama y acuéstate a dormir!
Por su parte algunos miembros del exilio critican que aquellos disidentes de los cuales no hay dudas –que son cada vez menos- hagan alianzas con los que tienen ciertamente fama de pertenecer o cooperar con el gobierno, pero no tienen en cuenta que cuando cualquier organización carece de esta infiltración, los ataques son prácticamente insoportables. Entonces algunos prefieren aplicar el refrán: “Más vale malo conocido que bueno por conocer”.
Además, es muy difícil que los diplomáticos acreditados en el país crean que una persona es un agente, simplemente rechazan cualquier tipo de información al respecto, venga de donde venga, ya que son muchos los casos de “disidentes de trapo” o “disidentes con coloretes” enviados por la policía política, a entorpecer el trabajo diario de estos funcionarios, diciéndoles cosas como éstas; por lo que es mejor ese tema no tocarlo en las conversaciones. Sin temor a equivocarse, cualquier verdadero opositor puede asegurar que las experiencias en ese sentido son funestas.
Pero, en la línea de la historia, hay sus momentos y “momentos”, en que se arrecia, se hace más insoportable la actividad de la contrainteligencia para con los disidentes, estamos viviendo los tiempos peores, porque aquellos que llevan muchos años en la lucha y son llamados despectivamente “ancianos”, han logrado alcanzar un nivel político que les permite trabajar sin interferencias; y esto molesta a los que por todos los medios dentro y fuera de Cuba tratan de minimizarlos o lo que es peor multiplicarlos por cero.
Si todo lo que se ha expuesto afecta a la oposición en la capital en mayor grado, los de provincias tienen muchas más dificultades, porque ni siquiera poseen una sombrilla donde guarecerse cuando la lluvia de acciones de la policía política -casi siempre acompañada de la PNR (Policía Nacional Revolucionaria) y del Partido Comunista a nivel local- los hace blanco de su hostigamiento.
Analizar el número de opositores del Grupo de los 75 que procede del interior del país, permitirá comprender que se ha extendido en los últimos años por toda la Isla el movimiento disidente y que se podría seguir incrementando, pero desafortunadamente no representa un ejemplo a seguir por la población, sólo para la sociedad civil son personas sacrificadas y con mucho coraje, pero con más necesidades acumuladas que el resto de los ciudadanos y con el peligro que significa el régimen rozándoles la piel.
Como la vida no es más que un día tras de otro, y así es como se hace la historia, no es necesario utilizar nombres para criticar a alguien, sólo dejar que los tiempos corran, que la razón se sobra.
Ciudad de La Habana, 12 de marzo de 2009.