Por: Martha Beatriz Roque Cabello
Durante los huracanes se producen numerosos daños, y la mayoría de las personas se centran en observar e incluso comentar lo que sucedió durante el evento, sin embargo lo que hay que reparar después que llega la calma es generalmente más estrepitoso.
Esto es comparable con el ciclón que azotó el Consejo de Ministros en Cuba y que aún tiene rachas que se dejan sentir. El Noticiero Nacional de Televisión, anoche (4 de marzo de 2009) informó “sin querer informar”, la sustitución de Fernando Remírez de Estenoz, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Durante una reunión de Raúl Castro con el presidente de Honduras, se mostraron los asistentes y para sorpresa de todos, Jorge Martí Martínez, fue referido como ocupante de este flamante cargo. Lo que no se sabe es para donde cayó su antecesor, si para arriba, para abajo o para los costados.
Aunque a los que se oponen al gobierno no les guste reconocerlo, hay que decir que el trabajo de Remírez de Estenoz frente a este Departamento había sido exitoso, baste referirse al desfile de Presidentes de diferentes países y personalidades de gobiernos extranjeros que han pasado por la Isla desde que comenzó el año.
Estos “demócratas” que se plegaron al gobierno cubano en sus exigencias de no reunirse con la oposición y que quizás pensaron que llevaban algo en la valija porque sus funcionarios de niveles inferiores tuvieron conversaciones con Felipe Pérez Roque y Remírez de Estenoz, y otros de los Ministros sustituidos, tendrán que hacer borrón y cuenta nueva, virar la jaba al revés, sacudirla y asimilar que se les quedó vacía. Es la práctica de la dictadura que detenta el poder en Cuba, ¡burlarse de todos!
Pero también están ahí los que practican “el diálogo conciliatorio” con el gobierno, que no han podido ni observar la inconstitucionalidad en que cayó Raúl Castro al violar lo establecido en febrero de 2008, al no nombrar un Consejo de Ministros y que ahora después de haber explicado en el mes de diciembre –próximo pasado- que haría los cambios paulatinamente, se aparece con este “toque al degüello”. Estos amantes de las conversaciones con sordos, que pongan sus barbas en remojo.
Hay que asimilar -con un poco de sales digestivas- la Reflexión “Los Cambios Sanos en el Consejo de Ministros”, del “compañero Fidel”; porque el párrafo que dice: “La mayoría de los que fueron reemplazados nunca los propuse yo. Casi sin excepción llegaron a sus cargos propuestos por otros compañeros de la dirección del Partido o del Estado. No me dediqué nunca a ese oficio”, les permite conocer a los que han estado por años siguiendo la política cubana, con que desfachatez se dicen las mentiras por parte de la dirección del país. Sin lugar a dudas Fidel Castro sigue siendo el máximo conductor de este desastre que se dice llamar “Revolución”. Él escogió, -según sus propias palabras- hasta los peloteros que participan en el Clásico de las Grandes Ligas.
Tiene que estar presente en el recuerdo de muchos, la entrada de Roberto Robaina al Minrex como ministro de Relaciones Exteriores, el cual tuvo que ser llevado de la mano allí, personalmente por el propio “Comandante en Jefe”, porque ni los trabajadores del Ministerio entendían como se iba a elevar a ese cargo una persona que no supiera algo de diplomacia.
También, el 27 de mayo de 1999, salió en la prensa la Nota Oficial de designación de Felipe Pérez Roque como ministro de Relaciones Exteriores que apuntaba: “Tomando en cuenta la complejidad actual… el Comandante en Jefe… ha propuesto a la dirección del Partido y al Consejo de Estado, la designación del compañero Felipe Pérez Roque… está familiarizado como pocos con las ideas y el pensamiento de Fidel”.
Claro está, ninguno protestó, y para que no haya la menor duda de ello, se muestran las cartas de renuncia de ambos (Felipe Pérez Roque y Carlos Lage) en la prensa, con un mea culpa. Si hubieran siquiera discrepado, no se sabría su paradero. Y después de relacionarlos con el enemigo externo, no se puede descartar que en un futuro estén sujetos a un proceso penal.
Cuando ambos fueron elegidos para miembros de la Asamblea Nacional del Poder Popular, se mostraron sendas biografías - por los correspondientes municipios en que fueron propuestos candidatos- en las que se resaltaba el trabajo que habían realizado, la fidelidad ante todo al Partido, del que ambos eran militantes y su valor personal. Pero “la miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno”; esta afirmación del Primer Secretario del Partido Comunista, desde su lecho de enfermo, puede hacer pensar a los más jóvenes en la cúpula, que ya son pocos, que no tienen futuro, pues no participaron en la lucha, antes de 1959. Lo que es muy lógico, porque muchos de ellos no habían nacido.
No se sabe si los aires huracanados llegarán a otras personas del “aparato”, relacionadas con los caídos, como por ejemplo Jaime Crombet Hernández Vaquero, que es el suegro de Felipe Pérez Roque. Tampoco hay la suficiente transparencia en lo planteado oficialmente, para conocer si los que se “liberaron” de sus cargos fueron machos cabríos sacrificados por el sumo sacerdote, por los pecados de pensamiento cometidos en el seno del gobierno, por haber encontrado hendiduras que implican desacuerdos y atentan contra la solidez del sistema. De todas formas habrá que estar atentos, pues sin anuncios se podrán seguir esperando más daños colaterales.
Ciudad de La Habana, 5 de marzo de 2009.
Esto es comparable con el ciclón que azotó el Consejo de Ministros en Cuba y que aún tiene rachas que se dejan sentir. El Noticiero Nacional de Televisión, anoche (4 de marzo de 2009) informó “sin querer informar”, la sustitución de Fernando Remírez de Estenoz, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Durante una reunión de Raúl Castro con el presidente de Honduras, se mostraron los asistentes y para sorpresa de todos, Jorge Martí Martínez, fue referido como ocupante de este flamante cargo. Lo que no se sabe es para donde cayó su antecesor, si para arriba, para abajo o para los costados.
Aunque a los que se oponen al gobierno no les guste reconocerlo, hay que decir que el trabajo de Remírez de Estenoz frente a este Departamento había sido exitoso, baste referirse al desfile de Presidentes de diferentes países y personalidades de gobiernos extranjeros que han pasado por la Isla desde que comenzó el año.
Estos “demócratas” que se plegaron al gobierno cubano en sus exigencias de no reunirse con la oposición y que quizás pensaron que llevaban algo en la valija porque sus funcionarios de niveles inferiores tuvieron conversaciones con Felipe Pérez Roque y Remírez de Estenoz, y otros de los Ministros sustituidos, tendrán que hacer borrón y cuenta nueva, virar la jaba al revés, sacudirla y asimilar que se les quedó vacía. Es la práctica de la dictadura que detenta el poder en Cuba, ¡burlarse de todos!
Pero también están ahí los que practican “el diálogo conciliatorio” con el gobierno, que no han podido ni observar la inconstitucionalidad en que cayó Raúl Castro al violar lo establecido en febrero de 2008, al no nombrar un Consejo de Ministros y que ahora después de haber explicado en el mes de diciembre –próximo pasado- que haría los cambios paulatinamente, se aparece con este “toque al degüello”. Estos amantes de las conversaciones con sordos, que pongan sus barbas en remojo.
Hay que asimilar -con un poco de sales digestivas- la Reflexión “Los Cambios Sanos en el Consejo de Ministros”, del “compañero Fidel”; porque el párrafo que dice: “La mayoría de los que fueron reemplazados nunca los propuse yo. Casi sin excepción llegaron a sus cargos propuestos por otros compañeros de la dirección del Partido o del Estado. No me dediqué nunca a ese oficio”, les permite conocer a los que han estado por años siguiendo la política cubana, con que desfachatez se dicen las mentiras por parte de la dirección del país. Sin lugar a dudas Fidel Castro sigue siendo el máximo conductor de este desastre que se dice llamar “Revolución”. Él escogió, -según sus propias palabras- hasta los peloteros que participan en el Clásico de las Grandes Ligas.
Tiene que estar presente en el recuerdo de muchos, la entrada de Roberto Robaina al Minrex como ministro de Relaciones Exteriores, el cual tuvo que ser llevado de la mano allí, personalmente por el propio “Comandante en Jefe”, porque ni los trabajadores del Ministerio entendían como se iba a elevar a ese cargo una persona que no supiera algo de diplomacia.
También, el 27 de mayo de 1999, salió en la prensa la Nota Oficial de designación de Felipe Pérez Roque como ministro de Relaciones Exteriores que apuntaba: “Tomando en cuenta la complejidad actual… el Comandante en Jefe… ha propuesto a la dirección del Partido y al Consejo de Estado, la designación del compañero Felipe Pérez Roque… está familiarizado como pocos con las ideas y el pensamiento de Fidel”.
Claro está, ninguno protestó, y para que no haya la menor duda de ello, se muestran las cartas de renuncia de ambos (Felipe Pérez Roque y Carlos Lage) en la prensa, con un mea culpa. Si hubieran siquiera discrepado, no se sabría su paradero. Y después de relacionarlos con el enemigo externo, no se puede descartar que en un futuro estén sujetos a un proceso penal.
Cuando ambos fueron elegidos para miembros de la Asamblea Nacional del Poder Popular, se mostraron sendas biografías - por los correspondientes municipios en que fueron propuestos candidatos- en las que se resaltaba el trabajo que habían realizado, la fidelidad ante todo al Partido, del que ambos eran militantes y su valor personal. Pero “la miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno”; esta afirmación del Primer Secretario del Partido Comunista, desde su lecho de enfermo, puede hacer pensar a los más jóvenes en la cúpula, que ya son pocos, que no tienen futuro, pues no participaron en la lucha, antes de 1959. Lo que es muy lógico, porque muchos de ellos no habían nacido.
No se sabe si los aires huracanados llegarán a otras personas del “aparato”, relacionadas con los caídos, como por ejemplo Jaime Crombet Hernández Vaquero, que es el suegro de Felipe Pérez Roque. Tampoco hay la suficiente transparencia en lo planteado oficialmente, para conocer si los que se “liberaron” de sus cargos fueron machos cabríos sacrificados por el sumo sacerdote, por los pecados de pensamiento cometidos en el seno del gobierno, por haber encontrado hendiduras que implican desacuerdos y atentan contra la solidez del sistema. De todas formas habrá que estar atentos, pues sin anuncios se podrán seguir esperando más daños colaterales.
Ciudad de La Habana, 5 de marzo de 2009.