Por: Martha Beatriz Roque Cabello
El pasado sábado 5 de julio de 2008, el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, el periódico Granma, publicó en sus páginas centrales sendos artículos titulados: “Yo soy el niño de la foto”, “Y el periodista es Gerardo”. El primero, es una reproducción de una entrevista que hizo el espía Gerardo Hernández Nordelo (del grupo de los 5 terroristas juzgados y sentenciados, en los Estados Unidos de América) el 5 de noviembre de 1988, y que fuera publicado –según plantean- en el estelar espacio que Granma reservaba para materiales de género con amplio interés social (Presencia 4 y 5); el segundo es una recordación de este reportaje, donde se actualizan los hechos y se quiere dejar saber que “el autor” entregó el borrador de la entrevista, con su letra, corrección y firma originales, a la familia involucrada en la noticia.
La historia -en síntesis- se basa en una foto de Ernesto “Che” Guevara, en la que tiene cargado a un niño y el espía Gerardo, aquí designado como “Héroe de la República de Cuba”, le realiza una visita a Bienvenida Levy, la madre del niño que tiene en sus brazos el difunto Che. Ella explica pormenores de su relación con él y la participación de su esposo, ya muerto en aquella fecha, en la Columna 8 “Ciro Redondo”, bajo el mando del extinto “guerrillero”, de la cual era capitán médico y que posteriormente fue ascendido al grado de Comandante.
Según narra la entrevistada, el Che los visitó en varias oportunidades y en una ocasión en el año 1960, pasó largo rato con el hijo del matrimonio que tenía meses, cargado, porque a él le gustaban muchos los niños. Entonces un fotógrafo que estaba allí aprovechó la oportunidad….
A las alturas del primer artículo, en el año 1988, ya el niño era un hombre de 28 años, militante de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), ingeniero eléctrico y había cumplido misión en la República Popular de Angola, por lo que poseía la medalla de Combatiente Internacionalista.
Veinte años después, trabajando como especialista del Grupo Industrial ALCUBA, con 48 años de edad, una barba cana y grandes entradas en la frente, relata sus relaciones con el espía Gerardo y se atreve a decir: “…Gera es eso: la representación de todos los cubanos, la encarnación de lo que Fidel nos ha enseñado toda la vida”… ¡Fabulosa lección la que le muestra Gerardo al pueblo de Cuba!
El lector se preguntará ¿y a qué viene toda esta historia?
Habría que empezar por decir, que el “niño de la foto”, hoy hecho hombre, es Ángel Ernesto de la O Levy, como es natural, su segundo nombre en honor al Che. Este hombre estuvo en brazos de “Lucifer”, con la venia de la opinión publicada en Granma, por Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, que espero que sea porque piense, que le pidió perdón a Cristo en el momento de su muerte, y dejó de ser agnóstico y asesino.
De la O reside en la calle Norte No.174, entre 7ma. Y 9na., Reparto “El Alkazar”, Arroyo Naranjo. Él es, nada más y nada menos, que el miembro de la Brigada de Respuesta Rápida que el día 25 de abril de 2006, se trasladó en su auto, un panel gris plateado, (asignado por la empresa en que labora), hasta mi casa, con el fin de intervenir en el “Acto de Repudio”, que tuvo lugar para no permitirme salir a participar en una video conferencia.
Recuerdo que eran como las 6 pm, y los miembros de la Brigada, que como él, casi todos eran importados de otros municipios, conjuntamente con los retirados y militantes del Partido Comunista en la zona, formaron un grupo en el pasillo de mi vivienda para no dejarme salir. Me arrastraron por el piso, me dieron patadas, golpes en el estómago y cuando volví a la puerta de mi domicilio, después de gritar varias veces ¡Abajo Fidel!, la vecina del último apartamento, nombrada Marta María Sánchez Vázquez, me propinó una bofetada.
Para el ahijado –pródigo- del Che, eso no fue suficiente, vino corriendo hasta mi puerta, y en el momento en que entraba a mi apartamiento, se introdujo también y me dio un fuerte puñetazo en el pómulo, que me afectó el ojo.
Todo pasó de una forma muy rápida, pero en presencia de mi hermana mayor de 78 años, la que quedó muy perturbada por los sucesos.
Como es natural, y costumbre del gobierno, el ahijado de brazos del Che, negó que me hubiera pegado, pero la prensa pudo dejar constancia de los hechos, y por ahí deben estar todavía las fotos que me tomaron en aquel momento.
No tuve la oportunidad, de retratar al agresor, pero la vida no es más que un día tras de otro, y de ahí que la propia prensa oficialista esté mostrando el rostro del “Combatiente Internacionalista”, que utiliza sus puños para pegar a una mujer sexagenaria.
Claro, ahora sabemos, por estos dos artículos de prensa, que ha tenido muy de cerca relaciones con dos terroristas ¿qué más se podría esperar?
Ciudad de La Habana, 12 de julio de 2008.