LA HABANA, Cuba.- La justificación que resulta más recurrente para el régimen, dada la difícil situación que vive el país, es “el bloqueo”; pero eso no quiere decir que sea la única, en estos días hemos sentido la reacción de los medios sobre otro tema lenitivo: la sequía. Tanto la prensa plana, como el radio y la televisión, se han hecho eco de forma constante —en diferentes tipos de noticieros— de la falta de agua.
Para que se tenga una idea de la magnitud del problema que se está tratando, de los 168 municipios que hay en el país, 139 sufren la categoría de sequía hidrológica (asociada a las lluvias) que representa el 82,7% del territorio nacional, aunque se plantea que 53 de ellos están catalogados de grado extremo, en particular la peor situación la tienen las provincias orientales.
Se ha planteado que esta disminución hidrológica está influida por el cambio climático que ha transformado el patrón, lo que hace que desciendan los acumulado anuales y no se espera que haya alguna mejoría hasta que comience la temporada lluviosa, porque en estos meses descarga el nublado menos y con la característica que las zonas que reciben el beneficio están en el litoral y los llanos.
Como es natural, los voceros del régimen han anunciado las medidas que se toman para mitigar las afectaciones, entre ellas: la interconexión de los 3 acueductos de la ciudad de Santiago de Cuba, de los cuales 2 están en estado crítico y los embalses solo al 21,9%, en específico se menciona que la presa Parada está agotada casi de forma total.
También para las provincias occidentales se señalan inversiones en ejecución, el Dique Sur “dicen” volverá a tener sus parámetros técnicos en los 51,7 Km de longitud desde Majana en Artemisa, hasta la provincia de Mayabeque. Aunque se hace sobre el que existía que se terminó en la década del 90, los especialistas han declarado que se construye con la calidad requerida; los cubanos tenemos una frase recurrente: “que los compre quien no los conoce”.
Sin lugar a dudas esta falta de agua –que es la más mala en los últimos 5 años- tendrá un duro impacto a nivel social, afectará a las familias, la agricultura y alguna actividad industrial. Desde el punto de vista económico, se convierte en una razón para argumentar la falta de producción.
No obstante, la señora Inés María Chapman Waugh, presidenta del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, hizo un llamado para enfrentar las indisciplinas y negligencias con respecto al cuidado del preciado recurso. Anunció también, que se está montando una planta desalinizadora de 50 litros por segundo en Santiago de Cuba.
Mientras esta “dirigente” hace sendas declaraciones, en esa provincia oriental, el ciclo del agua está a 20 días y se mantiene en todas las temporadas, no importa si las presas están llenas o no. En particular en el reparto donde vivo en la capital, dan el servicio un día sí y otro no, con 5 horas de abastecimiento, desde la 1 pm hasta las 6 pm; pero la mayoría de las veces no cumplen con el horario, porque comienzan el suministro tarde y lo suspenden temprano y siempre que ha habido un cambio en los horarios, ha sido para recibir menos servicio, no importa si es el período seco o lluvioso.
Como siempre se insta al pueblo al ahorro, y pero en las calles se pueden ver los salideros de agua, en cualquier lugar la capital en ese sentido, por ser la más poblada, se ha sacado el premio gordo. A lo que habría que adicionar, que cada vez que rompen una calle para arreglar cualquier problema del acueducto, después de terminado su trabajo, la dejan sin pavimentar y ello ha hecho de nuestra ciudad un trillo en el campo, afectando a todos los choferes de vehículos que se quejan del desgaste que ello implica para su transporte.
Este sufrido pueblo se puede sentar a esperar que las soluciones que se han dicho se van a buscar, si es cierto que lo hacen, no sean como las brillantes ideas del “difunto Comandante”, que ordenó la desastrosa inversión que resultó la Presa de Paso Seco, que es un monumento a lo que no se debió hacer.