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Por: Martha Beatriz Roque Cabello
Existe una costumbre generalizada de elaborar -por parte del gobierno- noticias triunfalistas. En estos días en que el país sufre dolorosamente la catástrofe del huracán Ike, los medios de encargan de hacer propaganda sobre los buenos resultados obtenidos hasta el momento, en todos los aspectos de la vida social, económica y política del país.
Pero “el colmo” de estas victoriosas soluciones expuestas en la prensa, fue el artículo “Hacer casa de la palma caída ¿Cómo hacerlo bien y rápido?” , que publicó el periódico Granma (Órgano oficial del Partido Comunista de Cuba) el día 10 de octubre, en sus páginas 4 y 5.
Se informa en la primera plana, que unas 200 mil palmas derribadas por los huracanes, serán aprovechadas para la confección de tablas que permitirán restauras viviendas y otras instalaciones, gracias a una iniciativa camagüeyana, para facilitar el corte longitudinal de esos árboles.
En el artículo se exhibe la foto del frente de una casa, que comienzan a construir con tablas de palma, para la cual se han hecho “planos”. Pero lo más indignante es que utilizan a la esposa y a las dos hijas del constructor, nombrado Jacinto Roque Olazábal, que serán los infelices moradores de tan denigrante vivienda, en el siglo XXI; para mostrar que están contentas con esta infernal solución.
La iniquidad llega al exagerado con la siguiente comparación: “…la madera, cuidadosamente cepillada, …exhibir una tonalidad dorada parecida a la del cedro y una textura suave, que una buena pintura en el futuro pudiera preservar por largo tiempo”.
¿Hasta que extremo quieren manipular la mente de los que sufren, comparando las tablas con el cedro? ¿Quién proporcionará la posibilidad de comprar una buena pintura? ¿Cuánto tiempo tendrá que vivir en pueblo cubano en este tipo de casa?
De lo que sí están seguros todos los nacionales, es que los altos dirigentes del gobierno no tienen que construir casas de palma y que sus puertas y ventanas son de maderas preciosas, así como la pintura que le dan a sus interiores y exteriores es de primera calidad. ¡Y qué hablar de aquellos que tienen piscinas en sus lujosas residencias! El mantenimiento está totalmente asegurado.
Esto llega también a los dirigentes municipales y provinciales que viven en las mejores residencias de los pueblos y que pueden formar parte del Consejo de Defensa, en el momento de los ciclones, porque no tienen de qué preocuparse.
Mientras se trata de hacer ver que no está pasando nada, y se puede asegurar que a muchas personas y gobiernos se consigue dar esta imagen, la mayoría de los damnificados ni siquiera han visto la ayuda de la limpieza de los lugares donde están los escombros y los disidentes que quedaron en esta situación son discriminados y relegados a una cola inexistente por el solo hecho de no pensar como el gobierno.
La posibilidad de comprar materiales de la construcción tiende a cero. Ni el mercado negro en estos momentos es capaz de abastecerlos. Los grandes planes de producción de cemento y áridos, no aparecen por ningún lugar. El gobierno ha anunciado que hay problemas con la producción de materiales para la construcción, entre otras cosas por afectaciones del ciclón. El cemento en las tiendas de divisas, cuando lo abastecen, tiene un costo de 6.60 cuc, equivalente a 8.25 USD, la bolsa, inalcanzable para el bolsillo del cubano promedio.
Incluso, para solucionar los problemas de la construcción que tiene el propio estado en sus empresas, tiene que mover a aquellos que aún, por un motivo u otro, son fieles al sistema, ya que tal y como dijera el presidente Raúl Castro, nadie quiere trabajar en la construcción.
Se van alejando los días del ciclón y en un momento dejará de estar esta situación fresca, en la memoria de los que pueden ayudar. Para los que fueron afectados, quedará lo mismo que siempre el desasosiego y la falta de futuro, es por eso que muchos ven como solución el Estrecho de la Florida. Pero esto también sería una solución para la dictadura, que podría sacar un poco de vapor de la olla de presión en la que se ha convertido la sociedad, con todas las carencias y necesidades. El cubano promedio pasa hambre y de no solucionarse algunos de estos problemas, habrá hambruna.
El efecto dominó que ha causado la subida del combustible, en el momento en que en el mundo los precios bajan, ha traído serias consecuencias en los alimentos, independientemente de las restricciones de los precios y el hostigamiento que tiene la policía en estos momentos, con los que tratan de comerciar con la oferta y la demanda. La solución gubernamental, la misma de siempre, la prisión.
Por su parte el Peso Cubano Convertible es una moneda de acero fortificada, no la daña nada, ni 5 mil millones de dólares en pérdidas, ni el problema financiero internacional. Con la seguridad que tiene el gobierno de su poder político, poco le interesa la situación económica. Pero en estos momentos tiene que preocuparse por el problema social, que comienza a inquietar a muchos.
Después de 50 años de totalitarismo, lo que le queda al pueblo cubano es volver a la era de la palma, construyendo los bohíos que prometieron desaparecer del paisaje campestre del país.