Este preso quiso dar a conocer lo siguiente:
Desde el principio  del año 2011 no tan solo los cubanos americanos, sino también cualquier  norteamericano puede mandar la cantidad de dinero que le plazca a cualquier  conocido en la Isla.
Con un saldo comercial  deficitario, una deuda externa que representa el 27% del PIB, una inflación  del 5%, un estimado 40% de la capital Habana, pobre o muy pobre; una  economía en bancarrota, un país al borde del precipicio, ese dinero  fresco regalo del enemigo imperialista, unido a la remesa de los cubanos-americanos  será bienvenido y ayudará indubitablemente a la concretización de  la nueva reforma económica.
Esta liberalización  de la escaza economía estatal debería tener una notable incidencia  sobre el desarrollo de las fuerzas productivas y bienestar social. Pero  más bien que demorarme sobre la supuesta incidencia económica que  las medidas norteamericanas y las de la liberalización estatal economía  cubana traerán, me preguntaré por qué el tan orgulloso nacional socialismo  cubano tardó tanto tiempo en percatarse que la autarquía económica  conduce a la bancarrota.
La deficiente economía  estatal, o capitalismo de Estado, no desarrolla las fuerzas productivas.  Un trabajador sin estímulo en su trabajo, es un trabajador que no produce,  en fin no se entiende por qué.
Un primer elemento  de respuesta a esa pregunta se puede halla en el mando único de una  persona durante casi 5 décadas. Una sociedad gobernada de esa manera  pierde su sentido autocrítico, supedita su presente y futuro a una  visión unilateral de la realidad. Tan solo se puede autoregenerar perpetuando  su monoteísmo político y económico de forma lineal, no crece.
La segunda se desprende  de la primera, las supuestas teorías económicas independentistas o  de intercambio desigual, teoría esta última que presupone que los  intercambios comerciales benefician los centro países desarrollados  en detrimento de los periféricos países subdesarrollado; de lo cual  se desprende la necesidad de recolectar del sistema de libre intercambio  de bregarse sobre sí mismo la autarquía económica. Dichas teorías  se desvelaron erróneas de 1980 a 2007, gracias al neoliberalismo y  la globalización el PIB progresó a nivel mundial de 145%, un promedio  de 5,4%  cada año, reduciendo la mortalidad infantil y prolongando  la esperanza de vida en los países subdesarrollado, sacando a millones  de personas de la pobreza, incrementando las ventas por habitante en  China, India, Brasil, etc., y la emergencia económica y política de  dichas naciones en el ámbito internacional.
Lamentablemente las  dictaduras son las desgracias de los países subdesarrollados, las cuales  obstaculizan cuando no, retroceden su desarrollo económico y social;  a la par que violan los derechos humanos y libertades democráticas  de sus pueblos.
Las dictaduras parecen  incompatibles con las sociedades complejas de los países altamente  desarrollados, la democracia se impone. Tras las derrotas de los sistemas  totalitarios, tanto fascista militar como comunista ideológico, las  democracias vencedoras de la contienda -verdadera revolución del Siglo  XX- sigue su rumbo toda vela adelante. Aunque siga arremetiendo contra  su enemigo imperialista, el fasci-castrista poder político agacha la  cabeza y acepta humildemente la migaja de pan que este le ofrece de  momento, esperando días mejores. Pero el fracaso del supuesto socialismo  “made in Cuba”,  deja presagiar que aunque siga arremetiendo  contra su otro enemigo el neoliberalismo, este se infiltre por las grietas  abiertas dentro del sistema, por el mismo acosado sistema. Dichas grietas  se convertirán en la vida real, a medida que la colectividad tome conciencia  que el bienestar social de una economía orientada hacia el mercado  ofrece más beneficio que las privaciones y pauperización de una economía  estatal.
Para mi no hay pueblo  oprimido, hay tan solo pueblos que se dejan oprimir, lo que implica  que la libertad se conquista.
Los intentos revolucionarios  en Oriente Medio y el Mediterráneo lo demuestran, por eso me parece  imprescindible la mancomunión de las diversidades que componen la oposición  cubana, en torno a un objetivo preciso, capaces de darle contundencia  en el interior a  la vez que le den más credibilidad y legitimidad  como fuerza política en el exterior para hallar los medios adecuados,  con la coyunda del pueblo oprimido, para acabar con este anacronismo,  vestigio de una guerra fría que acabó hace 20 años el fasci-castrismo.
El mal momento por  el que está pasando cierta autocracia en Oriente Medio y en el  Mediterráneo y la heroica victoria de los pueblos egipcios y tunecino  lo demuestran. La libertad es circunstancial al ser humano, pero la  libertad se conquista, la libertad siempre tiene su precio. El pueblo  cubano tiene que liberarse de la cadena del yugo fasci-castrista para  dentro de la diversidad, pluralidad y libertades democráticas incorporarse  al conjunto de naciones, donde el individuo dejó de ser un esclavo  de un Estado totalitario, la democracia.
La Habana, 8 de abril  de 2011.
 
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