De la Mesa de Trabajo de Martha Beatriz Roque No.31
Desde el Hospital de la prisión Combinado del Este en Ciudad Habana,
Normando Hernández González, Grupo de los 75.
El sueño de Daniela
El próximo 22 de marzo Daniela cumplirá 8 años de edad, de los cuales los 7 últimos han sido un calvario en su vida. La niña ha dormido en terminales de ómnibus, donde entre otras calamidades ha pasado sed y hambre. Durante años sólo vio al padre dos horas cada tres meses, para lo cual tenía que esperar horas y horas afuera de la prisión y en ocasiones no les daban la visita.
Es víctima de acoso y maltrato de obra y palabra a mano de sus compañeritos de aula y provocado sufrimiento su eterno compañero. Es tan intenso que laceró su desarrollo físico y psíquico. La política inhumana del gobierno cubano destruyó parcialmente a Daniela, pero no se olvide que sus intenciones es destruirla de forma total y que prepara las condiciones para poner tras las rejas: los ojos, el corazón, la vida de la niñita, es decir a su amada madre.
No se olvide que el objetivo del gobierno es destruir, de forma sutil y totalmente a una familia, a una niña, pero gracias a Dios hasta ahora no lo han conseguido. Daniela bajo la guía de su mamá es la mejor alumna de su curso, todas sus evaluaciones son de excelente con felicitaciones. Juega ajedrez y ha empezado a estudiar de forma autodidacta el idioma inglés. Comparte su merienda y juguetes con los niños que la acosan, no les guarda rencor y les ayuda en las labores escolares.
La niña tiene un sueño, un sueño que le permite resistir los ataques de que es víctima, que la mantiene ilusionada, respirando, con vida; un sueño que la esperanza, la hace feliz y que asegura muy pronto será realidad. Un sueño que no oculta.
Daniela sueña con ver a su papá de regreso al hogar, sueña con ser llevada de la mano del padre por las calles de su pueblo; con ser llevada de la mano del padre a la escuela y mostrarle a todos sus amigos y compañeros que ella también tiene un papá igual que todos los niños.
Acostumbrada a luchar contra todo y contra todos, Danielita también lucha por lograr su sueño. La niña es devota a la Virgen de la Caridad y todos los días se hinca de rodilla ante la Virgen y pide, fervorosamente, le devuelva al padre al seno familiar.
En cada contacto que Daniela tiene con su papito le dice: “Papá, yo todos los días rezo a Dios y le pido te traiga para mi casita. Tú vas a ver papá que muy pronto vas a estar conmigo. Todo lo que yo le he pedido a Dios me lo ha conseguido. Tú verás que también me concederá que tú estés a mi lado.”
Oremos, oremos junto a Daniela para que Dios escuche las súplicas de esta inocente niñita, que talmente parece haber nacido marcada por el sufrimiento. Oremos para que Daniela deje de sufrir, oremos para que se cumplan sus sueños.
Ciudad de La Habana, 8 de marzo de 2010.
Normando Hernández González, prisionero de conciencia del Grupo de los 75, en la prisión de Camagüey y transitoriamente en el Hospital del Combinado del Este en Ciudad de La Habana.
Este artículo fue leído vía telefónica por su esposa Yaraí Reyes Marín.
El próximo 22 de marzo Daniela cumplirá 8 años de edad, de los cuales los 7 últimos han sido un calvario en su vida. La niña ha dormido en terminales de ómnibus, donde entre otras calamidades ha pasado sed y hambre. Durante años sólo vio al padre dos horas cada tres meses, para lo cual tenía que esperar horas y horas afuera de la prisión y en ocasiones no les daban la visita.
Es víctima de acoso y maltrato de obra y palabra a mano de sus compañeritos de aula y provocado sufrimiento su eterno compañero. Es tan intenso que laceró su desarrollo físico y psíquico. La política inhumana del gobierno cubano destruyó parcialmente a Daniela, pero no se olvide que sus intenciones es destruirla de forma total y que prepara las condiciones para poner tras las rejas: los ojos, el corazón, la vida de la niñita, es decir a su amada madre.
No se olvide que el objetivo del gobierno es destruir, de forma sutil y totalmente a una familia, a una niña, pero gracias a Dios hasta ahora no lo han conseguido. Daniela bajo la guía de su mamá es la mejor alumna de su curso, todas sus evaluaciones son de excelente con felicitaciones. Juega ajedrez y ha empezado a estudiar de forma autodidacta el idioma inglés. Comparte su merienda y juguetes con los niños que la acosan, no les guarda rencor y les ayuda en las labores escolares.
La niña tiene un sueño, un sueño que le permite resistir los ataques de que es víctima, que la mantiene ilusionada, respirando, con vida; un sueño que la esperanza, la hace feliz y que asegura muy pronto será realidad. Un sueño que no oculta.
Daniela sueña con ver a su papá de regreso al hogar, sueña con ser llevada de la mano del padre por las calles de su pueblo; con ser llevada de la mano del padre a la escuela y mostrarle a todos sus amigos y compañeros que ella también tiene un papá igual que todos los niños.
Acostumbrada a luchar contra todo y contra todos, Danielita también lucha por lograr su sueño. La niña es devota a la Virgen de la Caridad y todos los días se hinca de rodilla ante la Virgen y pide, fervorosamente, le devuelva al padre al seno familiar.
En cada contacto que Daniela tiene con su papito le dice: “Papá, yo todos los días rezo a Dios y le pido te traiga para mi casita. Tú vas a ver papá que muy pronto vas a estar conmigo. Todo lo que yo le he pedido a Dios me lo ha conseguido. Tú verás que también me concederá que tú estés a mi lado.”
Oremos, oremos junto a Daniela para que Dios escuche las súplicas de esta inocente niñita, que talmente parece haber nacido marcada por el sufrimiento. Oremos para que Daniela deje de sufrir, oremos para que se cumplan sus sueños.
Ciudad de La Habana, 8 de marzo de 2010.
Normando Hernández González, prisionero de conciencia del Grupo de los 75, en la prisión de Camagüey y transitoriamente en el Hospital del Combinado del Este en Ciudad de La Habana.
Este artículo fue leído vía telefónica por su esposa Yaraí Reyes Marín.