Discurso pronunciado por Eriberto Liranza Romero el día 18 de marzo en la casa de Laura Pollán en la jornada por el séptimo aniversario de la Primavera Negra de 2003.
COLEGIO DE PEDAGOGOS INDEPENDIETES DE CUBA
No.46
Hermanas y hermanos, cuando nuestro país perece en el odio y la desidia, estamos siendo convocados por los más bellos sentimientos que ha sentido el ser humano, somos nosotros los que ante tanta maldad, aun podemos andar por estas calles con flores en nuestras manos, somos nosotros los que ante tanta violencia, clamamos a Dios para que nos devuelva la paz.
En esta ya séptima Primavera Negra, nuestro compromiso como Pedagogos Independientes es de continuar con nuestra lucha pacífica, hoy más presente que nunca, hemos venido denunciando los abusos contra nuestros hermanos injustamente encarcelados, lo hemos gritado a los cuatro vientos, otros hermanos que no son de esta causa han encontrado prisión por los mismos motivos, los de reclamar nuestros derechos, clamábamos al mundo “libertad, libertad, libertad”, pero pocos escuchaban nuestros ruegos, desde lejos observaban como el lobo devoraba a los corderos.
En medio de tantas espinas creció un vástago con fuerzas, un nuevo Titán de Bronce, una mano amiga, nos nació un hermano. No escatimó esfuerzos para convertirse en aquello que siempre soñó, un hombre libre, tanto dio que cuando todo lo hubo entregado, ofrendó su propia vida, ofrendó su aire, entregó su alma; pero no murió en vano, su dormir despertó al mundo, su noche terminó amaneciendo.
Orlando Zapata Tamayo, ya dejó de ser un nombre, ya es consigna, ya es clarín llamando a la batalla, es denuncia ante sus verdugos, y más que todo es entrega, es amor.
No permitamos que el dolor se convierta en amargura, a este tirano lo fortalece el miedo y la tristeza, vivamos el ejemplo de Zapata Tamayo como el evangelio vivo del que nos predicó Félix Varela, recuerden siempre que aunque sus asesinos quisieron ponerle en tinieblas, murió de cara al sol de su dignidad.
Hermanas y hermanos, que no piensen los que nos agreden que nos vamos a rendir, seguiremos en las calles reclamando libertad y democracia, el ejemplo de Zapata, Miguel y los que aún están condenados no nos permiten volvernos a un lado del camino, en este séptimo aniversario de la primavera negra, se puede ya divisar cómo se está aclarando nuestro futuro.
COLEGIO DE PEDAGOGOS INDEPENDIETES DE CUBA
No.46
Hermanas y hermanos, cuando nuestro país perece en el odio y la desidia, estamos siendo convocados por los más bellos sentimientos que ha sentido el ser humano, somos nosotros los que ante tanta maldad, aun podemos andar por estas calles con flores en nuestras manos, somos nosotros los que ante tanta violencia, clamamos a Dios para que nos devuelva la paz.
En esta ya séptima Primavera Negra, nuestro compromiso como Pedagogos Independientes es de continuar con nuestra lucha pacífica, hoy más presente que nunca, hemos venido denunciando los abusos contra nuestros hermanos injustamente encarcelados, lo hemos gritado a los cuatro vientos, otros hermanos que no son de esta causa han encontrado prisión por los mismos motivos, los de reclamar nuestros derechos, clamábamos al mundo “libertad, libertad, libertad”, pero pocos escuchaban nuestros ruegos, desde lejos observaban como el lobo devoraba a los corderos.
En medio de tantas espinas creció un vástago con fuerzas, un nuevo Titán de Bronce, una mano amiga, nos nació un hermano. No escatimó esfuerzos para convertirse en aquello que siempre soñó, un hombre libre, tanto dio que cuando todo lo hubo entregado, ofrendó su propia vida, ofrendó su aire, entregó su alma; pero no murió en vano, su dormir despertó al mundo, su noche terminó amaneciendo.
Orlando Zapata Tamayo, ya dejó de ser un nombre, ya es consigna, ya es clarín llamando a la batalla, es denuncia ante sus verdugos, y más que todo es entrega, es amor.
No permitamos que el dolor se convierta en amargura, a este tirano lo fortalece el miedo y la tristeza, vivamos el ejemplo de Zapata Tamayo como el evangelio vivo del que nos predicó Félix Varela, recuerden siempre que aunque sus asesinos quisieron ponerle en tinieblas, murió de cara al sol de su dignidad.
Hermanas y hermanos, que no piensen los que nos agreden que nos vamos a rendir, seguiremos en las calles reclamando libertad y democracia, el ejemplo de Zapata, Miguel y los que aún están condenados no nos permiten volvernos a un lado del camino, en este séptimo aniversario de la primavera negra, se puede ya divisar cómo se está aclarando nuestro futuro.
¡Viva Orlando Zapata Tamayo!
¡Viva Miguel Valdés Tamayo!
¡Libertad para los presos políticos!
¡Viva Miguel Valdés Tamayo!
¡Libertad para los presos políticos!
Ciudad de La Habana, 25 de marzo de 2010.