Desde el Hospital de la prisión Combinado del Este en Ciudad Habana,
Normando Hernández González,
Grupo de los 75
Nº 17 de 2010
Frutos de una política inhumana.
El gobierno de Cuba comienza a recoger los frutos de una política destructiva contra una niñita. Logra que el sistema nervioso de la niña no aguante más y explote. El permanente hostigamiento al que está sometida Daniela, desde que cumplió un añito de nacida laceró su psiquis. Danielita está enferma psíquicamente, la atienden psicólogos quienes diagnostican que la niña tiene un desarrollo intelectual y moral superior al que corresponde a su edad, es decir, es una niña precoz. Recomiendan se le hable mucho del padre, mantenerla ocupada la mayor parte del tiempo posible y se realicen dinámicas familiares, o sea que tenga más contacto con su papá.
Indicación esta última que en la Cuba Castrista es pura fantasía, no obstante la madre de Daniela hace los trámites pertinentes, se entrevista con el director de la prisión de Kilo 7, en Camagüey, el teniente coronel Jesús Martínez Oduardo y nada. El militar ni siquiera recibió el resumen médico de la niña. El padre de Danielita desde la cárcel presiona, exige y logra que la psicóloga de la prisión haga una dinámica familiar. Dinámica que no cumplió objetivo, pues se realizó un día de visita.
Los reclamos de los padres no se hicieron esperar. La respuesta “oídos sordos”. El tiempo pasa y pasa y los tratamientos psicólogos no surten efecto, tampoco los delicados cuidados y esmerada enseñanza de la idolatrada madre, logran llenar el inmenso vacío de la ausencia del padre. Daniela no se adapta a estar separada de su papá, ahora la atienden por psiquiatría.
Asegura el psiquiatra, conocido por Pastor, que Daniela tiene un trastorno de inadaptación a la ausencia del padre. El especialista le indica tratamientos con psicofármacos y la niña no logra adaptarse a estar separada del papá. Le aumenta los psicofármacos y prolonga el tratamiento y Danielita no sale de su tristeza. La niñita se deprime y llora diariamente.
Daniela en verdad está enferma. Tiene enferma el alma, la melancolía la desgasta poquito a poquito. Daniela es una inadaptada a la ausencia del padre, porque éste le hace falta como el aire que respira, como la sangre que fluye por sus venas, como la fuerza que da vida a su corazón. Daniela no se adapta a la ausencia del padre, porque tiene sus sueños, sus fantasías, su idilio amor, su vida presa en una cárcel junto a su papá.
La afectación de la niñita es tan grande que también tiene lacerado su desarrollo físico. Daniela está por debajo del peso y la talla que corresponde al de su edad y además está desnutrida grado severo, tiene la digestión lenta y los medicamentos que debe tomar para la misma no los puede ingerir, porque hacen reacción extra piramidal con los psicofármacos.
Por el momento el regocijo del gobierno de los hermanos Castro es inmenso, ha logrado destruir de forma parcial a una niña, pero no se conforma, quiere más e implementan nuevas técnicas de inteligencia para acelerar la destrucción total de una inocente niñita, de un Angelito de Dios. Están desbocados, sin frenos, ¿hasta cuando mi Dios?
Ciudad de La Habana, 9. de febrero de 2010.
Normando Hernández González, prisionero de conciencia del Grupo de los 75, en la prisión de Camagüey y transitoriamente en el Hospital del Combinado del Este en Ciudad de La Habana.
Este artículo fue leído vía telefónica por su esposa Yaraí Reyes Marín.