Con fecha 3 de setiembre del presente año, se enviaron sendas cartas al presidente de Cuba, Raúl Castro Ruz y al de Estados Unidos de América, George W. Bush; solicitándoles se permitiera la ayuda humanitaria al pueblo cubano, por los daños ocasionados por el ciclón Gustav. Lamentablemente, no se recibió una respuesta positiva de ninguna de las dos partes.
Hoy, diez días después, y tras el paso del huracán Ike, que ha devastado una gran parte del territorio nacional, ambos gobiernos se intercambian Notas Verbales, en las que solo se ha podido mostrar el agradecimiento por las expresiones de pesar, pero el pueblo –que está sufriendo las consecuencias- no ha obtenido nada.
Aunque no se ha decretado el país en “Estado de Emergencia”, según establece el Artículo 67 de la Constitución de la República, son desastrosos los perjuicios que ha sufrido la agricultura, con cultivos permanentes demolidos en casi su totalidad; puede calificarse de grave la situación del sistema electroenergético nacional y la severa afectación a otras ramas de la economía. Estando las reservas estatales, en manos de las Fuerzas Armadas, el país se encuentra en un ambiente de militarización. Sin embargo, en contradicción con las imágenes que se muestran de desolación, destrucción y desastre; la propaganda política refleja constantemente “la capacidad de respuesta en la recuperación y el agradecimiento a la dirección del gobierno y del Partido Comunista”.
La Agenda para la Transición quiere fijar su posición con respecto a la situación de crisis que sufre el país, por la lamentable pérdida de vidas humanas y bienes materiales; así como la falta de alimentos, medicinas, agua potable y otros artículos de primera necesidad, que incluyen la vivienda. Para los miembros de la Junta de Coordinadores de nuestra entidad, la politización de la ayuda humanitaria a los damnificados, es inaceptable, venga de donde venga. Ante todo tiene que estar el pueblo cubano, que es el que resiste la catastrófica influencia de los fenómenos naturales y las carencias acumuladas de los 50 años del gobierno que ha involucionado la sociedad cubana y no le ha permitido siquiera tener una vivienda decorosa. Prácticamente el país ha sido barrido, ¿dónde vivirán los cubanos? ¿En los túneles construidos para la “Guerra de todo el pueblo”? Para los que se han utilizado numerosos recursos, durante años, y ahora se puede afirmar que se han convertido en la “Guerra contra todo el pueblo”.
Si para la oposición interna resultaba difícil la realización de actividades antes de los daños ocasionados por estos huracanes, con las serias necesidades en este momento creadas, para ellos y sus familiares, y sin recibir asistencia del gobierno que los ha calificado de “vendepatrias y mercenarios”, tendrán que enfrentar tiempos muy difíciles, por lo que consideramos deben obtener ayuda humanitaria con premura, por ser parte del pueblo cubano y para poder continuar con su lucha pacífica.
Por lo que en estos momentos se convierte en prioridad de la Agenda para la Transición, el trabajo nacional e internacional, para conseguir la ayuda humanitaria al pueblo de Cuba, dejando bien claro que nuestra sufrida nación, bajo el yugo totalitario, se tendrá que apretar el cinturón y adaptarse a las situaciones que se avecinan, si no hacemos algo por rescatarla de tan sumisas circunstancias.
Hoy, diez días después, y tras el paso del huracán Ike, que ha devastado una gran parte del territorio nacional, ambos gobiernos se intercambian Notas Verbales, en las que solo se ha podido mostrar el agradecimiento por las expresiones de pesar, pero el pueblo –que está sufriendo las consecuencias- no ha obtenido nada.
Aunque no se ha decretado el país en “Estado de Emergencia”, según establece el Artículo 67 de la Constitución de la República, son desastrosos los perjuicios que ha sufrido la agricultura, con cultivos permanentes demolidos en casi su totalidad; puede calificarse de grave la situación del sistema electroenergético nacional y la severa afectación a otras ramas de la economía. Estando las reservas estatales, en manos de las Fuerzas Armadas, el país se encuentra en un ambiente de militarización. Sin embargo, en contradicción con las imágenes que se muestran de desolación, destrucción y desastre; la propaganda política refleja constantemente “la capacidad de respuesta en la recuperación y el agradecimiento a la dirección del gobierno y del Partido Comunista”.
La Agenda para la Transición quiere fijar su posición con respecto a la situación de crisis que sufre el país, por la lamentable pérdida de vidas humanas y bienes materiales; así como la falta de alimentos, medicinas, agua potable y otros artículos de primera necesidad, que incluyen la vivienda. Para los miembros de la Junta de Coordinadores de nuestra entidad, la politización de la ayuda humanitaria a los damnificados, es inaceptable, venga de donde venga. Ante todo tiene que estar el pueblo cubano, que es el que resiste la catastrófica influencia de los fenómenos naturales y las carencias acumuladas de los 50 años del gobierno que ha involucionado la sociedad cubana y no le ha permitido siquiera tener una vivienda decorosa. Prácticamente el país ha sido barrido, ¿dónde vivirán los cubanos? ¿En los túneles construidos para la “Guerra de todo el pueblo”? Para los que se han utilizado numerosos recursos, durante años, y ahora se puede afirmar que se han convertido en la “Guerra contra todo el pueblo”.
Si para la oposición interna resultaba difícil la realización de actividades antes de los daños ocasionados por estos huracanes, con las serias necesidades en este momento creadas, para ellos y sus familiares, y sin recibir asistencia del gobierno que los ha calificado de “vendepatrias y mercenarios”, tendrán que enfrentar tiempos muy difíciles, por lo que consideramos deben obtener ayuda humanitaria con premura, por ser parte del pueblo cubano y para poder continuar con su lucha pacífica.
Por lo que en estos momentos se convierte en prioridad de la Agenda para la Transición, el trabajo nacional e internacional, para conseguir la ayuda humanitaria al pueblo de Cuba, dejando bien claro que nuestra sufrida nación, bajo el yugo totalitario, se tendrá que apretar el cinturón y adaptarse a las situaciones que se avecinan, si no hacemos algo por rescatarla de tan sumisas circunstancias.
Por el Secretariado Pro Tempore de la Agenda para la Transición,
Vlarimiro Roca Antúnez
Ciudad de La Habana, 12 de setiembre de 2008.