Los aficionados al fútbol en Cuba –que realmente son muchos-, tuvieron la oportunidad de ver a los fans españoles apoyando a su equipo en la recién finalizada Euro Copa. A pesar de que se estaba realizando en Kiev, Ucrania, el estadio se veía lleno de naturales de la “Madre Patria”, la mayoría con trajes alegóricos de color rojo y amarillo. Al final del juego, disfrutaron de la victoria junto con su equipo.
Desgraciadamente, los cubanos que gustan de los deportes no pueden seguir por el mundo los eventos en los que participan equipos de la Isla. Tienen que conformarse con verlos a través de la televisión, si es que tienen televisor. A pesar de ser este un país receptor de turismo, los naturales no lo pueden practicar, debido, no solo a la miseria, sino a la falta de libertad para viajar.
De continuar el régimen totalitario, en unos pocos años no habrá cubanos participando en competencias internacionales, ya que el nivel deportivo ha caído de una forma vertiginosa.
Aunque el “Reflexionante en Jefe” esté anunciando que Alberto Juantorena tiene edad y salud y es el prototipo ideal para que presida el Comité Olímpico Cubano, que es lo mismo que decir que hay que quitar a su actual presidente, José Ramón “El Gallego” Fernández, porque carece de dos cosas, o más bien de tres: edad, salud y prestigio deportivo, este posible cambio no va a resolver la pérdida de glorias deportivas y el derrumbe que han sufrido la mayoría de las disciplinas competitivas.
Las actividades deportivas de base tienden a cero en Cuba. Los lugares de entrenamiento están totalmente abandonados. Aunque ahora el régimen intente restablecer los juegos escolares, los niños no tienen lugares donde practicar deportes, y lo hacen en el medio de las calles, con el peligro de sufrir accidentes.
En estos momentos, cuando recién comienzan las vacaciones de verano, no hay lugares de expansión y recreación para que los muchachos jueguen y practiquen cualquier tipo de deporte. La mayoría de los parques están enyerbados, descuidados, sin el necesario mantenimiento. Las playas están lejos y el transporte es muy escaso, lo que no permite el acceso de las mayorías.
Entonces, si no hay forma de que se practiquen aquí los deportes desde edades tempranas, ¿cómo será posible obtener talentos que puedan ir subiendo de nivel hasta llegar a formar los equipos nacionales?
La pelota, que es el juego por excelencia para todas las edades y los sexos, también ha perdido mucha calidad. Y esto hace que los fanáticos dejen de prestarle interés, aunque se puede decir que hay un momento en el año en que aún resulta el único entretenimiento a nivel del país. Los comentaristas deportivos y el pueblo, en general, coinciden en que hay que cambiar la estructura de la Serie de Pelota, de forma que se haga más ágil y permita al público disfrutar de lo que fue en un momento “locura” nacional.
Un problema que repercute constantemente en los equipos de cualquier disciplina es el hecho de que algunos jugadores, cuando salen fuera del país, se quedan en los lugares donde compiten, no quieren regresar. Y como es natural, en cuanto tienen la oportunidad, se dirigen a Miami. Esto ocurre a pesar de que los atletas son sometidos a una constante vigilancia.
Una de las piedras preciosas de la corona de supuestos logros de la Revolución (ciertamente debería llamarse “la Involución”) fue el deporte. Los muy altos gastos socio-económicos que se invirtieron para formar jugadores de alto rendimiento, fueron a costa del sacrificio del pueblo. Y se puede decir que se perdió la mayoría de estos esfuerzos, tan costosos para miles de familias en el país, que viven en la mayor de las pobrezas y que no tienen esperanza de que su situación mejore.
¿En qué lugar quedará Cuba en las Olimpiadas? Eso ni se predice ni se comenta. Parece ser otro “Secreto de Estado”. No hay solución, no hay modo de recuperar lo perdido, no hay salida. Después de tantos años acostumbrados a vivir a la sombra de otros países, no hay forma de que se obtenga la luz propia.
La Habana, 9 de julio de 2012. Cubanet
Desgraciadamente, los cubanos que gustan de los deportes no pueden seguir por el mundo los eventos en los que participan equipos de la Isla. Tienen que conformarse con verlos a través de la televisión, si es que tienen televisor. A pesar de ser este un país receptor de turismo, los naturales no lo pueden practicar, debido, no solo a la miseria, sino a la falta de libertad para viajar.
De continuar el régimen totalitario, en unos pocos años no habrá cubanos participando en competencias internacionales, ya que el nivel deportivo ha caído de una forma vertiginosa.
Aunque el “Reflexionante en Jefe” esté anunciando que Alberto Juantorena tiene edad y salud y es el prototipo ideal para que presida el Comité Olímpico Cubano, que es lo mismo que decir que hay que quitar a su actual presidente, José Ramón “El Gallego” Fernández, porque carece de dos cosas, o más bien de tres: edad, salud y prestigio deportivo, este posible cambio no va a resolver la pérdida de glorias deportivas y el derrumbe que han sufrido la mayoría de las disciplinas competitivas.
Las actividades deportivas de base tienden a cero en Cuba. Los lugares de entrenamiento están totalmente abandonados. Aunque ahora el régimen intente restablecer los juegos escolares, los niños no tienen lugares donde practicar deportes, y lo hacen en el medio de las calles, con el peligro de sufrir accidentes.
En estos momentos, cuando recién comienzan las vacaciones de verano, no hay lugares de expansión y recreación para que los muchachos jueguen y practiquen cualquier tipo de deporte. La mayoría de los parques están enyerbados, descuidados, sin el necesario mantenimiento. Las playas están lejos y el transporte es muy escaso, lo que no permite el acceso de las mayorías.
Entonces, si no hay forma de que se practiquen aquí los deportes desde edades tempranas, ¿cómo será posible obtener talentos que puedan ir subiendo de nivel hasta llegar a formar los equipos nacionales?
La pelota, que es el juego por excelencia para todas las edades y los sexos, también ha perdido mucha calidad. Y esto hace que los fanáticos dejen de prestarle interés, aunque se puede decir que hay un momento en el año en que aún resulta el único entretenimiento a nivel del país. Los comentaristas deportivos y el pueblo, en general, coinciden en que hay que cambiar la estructura de la Serie de Pelota, de forma que se haga más ágil y permita al público disfrutar de lo que fue en un momento “locura” nacional.
Un problema que repercute constantemente en los equipos de cualquier disciplina es el hecho de que algunos jugadores, cuando salen fuera del país, se quedan en los lugares donde compiten, no quieren regresar. Y como es natural, en cuanto tienen la oportunidad, se dirigen a Miami. Esto ocurre a pesar de que los atletas son sometidos a una constante vigilancia.
Una de las piedras preciosas de la corona de supuestos logros de la Revolución (ciertamente debería llamarse “la Involución”) fue el deporte. Los muy altos gastos socio-económicos que se invirtieron para formar jugadores de alto rendimiento, fueron a costa del sacrificio del pueblo. Y se puede decir que se perdió la mayoría de estos esfuerzos, tan costosos para miles de familias en el país, que viven en la mayor de las pobrezas y que no tienen esperanza de que su situación mejore.
¿En qué lugar quedará Cuba en las Olimpiadas? Eso ni se predice ni se comenta. Parece ser otro “Secreto de Estado”. No hay solución, no hay modo de recuperar lo perdido, no hay salida. Después de tantos años acostumbrados a vivir a la sombra de otros países, no hay forma de que se obtenga la luz propia.
La Habana, 9 de julio de 2012. Cubanet