Por: Martha Beatriz Roque Cabello.
En estos momentos, tres generaciones de cubanos que viven en la Isla, ignoran completamente el sabor de muchas comidas, tanto carne, como vegetales y frutas.
En la televisión cubana había un programa que se llamaba "Cocina al Minuto", cuya principal figura era Nitza Villapol (ya fallecida). Antes de 1959, esta "chef" de cocina anunciaba al elaborar sus recetas algunos productos que se comercializaban en aquel entonces en el país, como: aceite El Cocinero, vino seco El Mundo, frijoles Bola Roja, etc. Unos 30 años más tarde, a pesar de haber escrito un libro con platos de la comida criolla e internacional, Nitza Villapol se adaptó a las condiciones existentes en el país y cambió la carne de res por cáscara de plátano y hojas de tuna; así promovió recetas de picadillo y bisté, respectivamente.
Cuando existía la Flota Pesquera de Cuba, que incluso dio lugar a la creación del Ministerio de la Pesca, ambos desaparecidos; por la cuota normada de abastecimientos (entiéndase libreta de racionamiento) distribuían pescado, en particular merluza. Al inicio, la gente protestaba por ello e incluso no utilizaban su derecho a comprarla. En estos momentos, la merluza se vende solamente en divisas, a un costo entre 8 y 10 cuc el kilogramo.
Hace apenas unos años, el pescado que se ofertaba era jurel y chicharro, pero en estos momentos lo que está accesible en el mercado son los pescados de río: tilapia, tenca y claria, que no son precisamente agradables a todos los paladares.
Hay muchísimas personas que nunca han comido camarones, langosta u otras especies marinas como: pargo, cherna, atún, emperador, salmón, bonito, bacalao, caguama, sardinas, huevas de esturión (caviar), pulpo, ostiones, almejas, majúa, solo por mencionar algunas; y que además no tienen idea de que existan.
Durante los años 90, en pleno período especial, se vendía pan con tiñosa, como si fuera pollo, y las personas comían gatos y palomas –entre otros animales- como alternativa de carne.
En estos momentos, la mejor opción para ingerir proteínas a partir de la carne, es el cerdo, aunque una libra de bistec tiene el precio prohibitivo de 45 pesos (cup).
También en ocasiones algunas personas pueden comprar carnero, que no se oferta tan frecuentemente como el puerco, pero tiene también bastante demanda.
Hay otras carnes como: conejo, chivo, pato, guineo, pavo, oca, codorniz, caballo (tasajo), que solo podrían encontrarse en divisa, al igual que la de vacuno, que es extremadamente cara, incluyendo sus vísceras.
Podría señalarse también con respecto a la leche de vaca, que muchos cubanos nunca han probado un vaso de leche que no sea en polvo.
La leche de vaca que se vende en las tiendas de divisa tiene precios elevadísimos: un litro de leche President semi descremada vale 3.95 cuc. (98.75 cup).
El país dejó de producir el año pasado 39 millones de litros de leche, que hubo que reemplazar por importaciones.
La leche normada se les retira a los niños el mismo día que cumplen 7 años de edad.
De seguir la situación de ineficiencia en este sector, este año las importaciones para poder suministrar los bajos niveles planificados, estará por encima de los 15 millones de dólares. Baste señalar que sólo se está ordeñando alrededor del 30% de las vacas lecheras a nivel nacional.
Existen productos que se utilizaban para elaborar potajes de distintos tipos de frijoles, como son el tocino, el chorizo, el unto, el bacón y la morcilla que no figuran entre los ingredientes que en estos momentos se utilizan. Para un potaje de frijoles colorados, quizás se tenga un pedacito de carne de puerco o una pastillita de sopa, que le dará algún sabor.
Otros frijoles como los blancos, las lentejas, los garbanzos e incluso los de caritas, no se ven en las mesas del cubano promedio.
Tampoco existe en la cultura alimentaria, algún plato alcaparrado, ya que muchos no conocen ni siquiera la aceituna, las pasas y mucho menos las alcaparras.
Si se hiciera un recorrido profundo por lo que el cubano promedio actual no ha degustado nunca, sería necesario escribir un folleto.
Da lástima percibir como se han gastado todos estos años con las falsas promesas de justicia social y no se puede analizar ningún aspecto de la vida de un ciudadano de este país, sin percibir esta tragedia; claro, habría que excluir a los dirigentes y sus familiares, que le chupan la sangre al pueblo.
Cuando se lleve a cabo un cambio en Cuba, habrá que retomar los hábitos alimentarios. Muchos no gustarán de ellos, pero la suerte es que a lo bueno todo el mundo se acostumbra rápido.
La Habana, 18 de junio de 2012. Cubanet