En la Biblia, el último libro canónico del Nuevo Testamento es el Apocalipsis. Contiene las revelaciones escritas por Juan, referentes al fin del mundo. Entre los elementos de las escenas del Juicio Final, están los cuatro jinetes, cuyos caballos encarnan: la guerra, las epidemias, el hambre y la muerte. En síntesis, los males de este mundo.
Todo ello tiene una caracterización simbólica y una predicción de acontecimientos referida al final de los tiempos. Es por eso que cuando suceden situaciones espantosas, que amenazan o implican exterminio y devastación, la gente aunque no haya leído la Biblia, las compara con algo apocalíptico.
Algunos piensan que es esto lo que está sucediendo en Cuba en estos momentos. El jinete del hambre, recorre toda la Isla, desde la Punta de Maisí hasta el Cabo de San Antonio, como es natural afectando al mayor estrato poblacional, que es la gente pobre, y a algunos -que ya suman decenas de miles- cuya situación económica, más que pobre, puede calificarse de paupérrima. Se salvan del hambre los grupos que forman la cúpula en el poder, su familia y beneficiados, también los que han hecho dinero a través de la corrupción, los que han tenido la suerte de conseguir con su trabajo un pequeño capital y el grupo de cubanos que recibe dinero suficiente de sus familiares en el exilio.
El corcel de la epidemia, hizo su llegada a la provincia Granma, con la aparición del cólera, en los municipios de Manzanillo, Niquero, Yara, Bayamo, Contramaestre y Bartolomé Masó, reportándose oficialmente 3 fallecidos, cuando por primera vez se dio la noticia en el periódico Granma. Han pasado casi 15 días y no se ha vuelto a dar información alguna a nivel nacional, solo en la televisión local provincial se emite un parte diario, en el que se puede apreciar el aumento de los casos y la desfavorable situación higiénica y epidemiológica de esa zona al este del país.
Sin embargo el ministro de Salud Pública, Dr. Morales Ojeda está supervisando obras en Abreus, Cienfuegos. El vicepresidente -de todo- José Ramón Machado Ventura, que en estos momentos sustituye a Raúl Castro que se encuentra fuera del país, está en Guantánamo chequeando las obras para la actividad conmemorativa del 26 de julio. En síntesis, los altos niveles de dirección del régimen no parecen estar preocupados con lo que pueda suceder por el cólera, o quizás están muy ocupados, tratando de ocultar lo que está pasando, no solo a los cubanos sino también al resto del mundo, ya que podría aparecer con más brío el jinete de la muerte.
Específicamente, el director de Acueductos del municipio Manzanillo, en la misma provincia Granma, explicó que la situación con el agua es crítica (allí se distribuye este líquido como promedio cada 4 días). Han tenido que cerrar 4 pozos estatales y 9 privados, por estar contaminados, planteó también que hay obstrucciones en las redes y salideros, precisamente por la falta de mantenimiento y de remplazo de los tramos en mal estado, que no se ha llevado a cabo desde hace más de 40 años.
Por otra parte se está recomendando a los pobladores de esta provincia, no salir de la localidad donde viven, para que de esta forma no trasladen la bacteria del cólera hacia otras provincias. No obstante, aunque no hay cifras oficiales, se conoce de diferentes municipios en el país en los que hay numerosos casos registrados de vómitos y diarreas, incluyendo algunos en la capital.
Con la salida del país de numerosos médicos enviados a prestar servicio en el extranjero en las llamadas misiones internacionalistas, ha quedado un vacío grande, no solo en la medicina asistencial y preventiva, sino en todos los aspectos de la salud. Cada día se hace más difícil poder comprar una medicina o hacerse un chequeo en cualquiera de los hospitales y policlínicos de la isla.
En todo esto se puede apreciar la acumulación de la desidia de los más de 50 años que lleva el régimen en el poder, que se hace irreversible en estos momentos. Lo que implica la situación de Granma puede extenderse a otras provincias y también pueden presentarse epidemias de otras enfermedades, entre ellas el dengue, que ya es endémico en el país.
El caballo que representa la guerra no ha aparecido aun, pero puede llegar en la forma de un conflicto civil. El gobierno debe tener mucho cuidado, porque en situaciones tan tensas como la que está viviendo el pueblo de Cuba en estos momentos cualquier cosa puede suceder. Nadie quisiera que la situación llegase al extremo de un estallido popular de violencia, pero el régimen es terco y no está dispuesto a ceder el poder.
La Habana, 12 de julio de 2012. Cubanet