Por: Martha Beatriz Roque Cabello
Los chinos son bien conocidos internacionalmente por lo sabio de sus proverbios, uno de ellos dice: "Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa." Esto viene muy bien aplicado a las mal llamadas “Reflexiones” de Fidel Castro, ya que mientras se enfoca en lo que sucede fuera de la Isla, en nuestro pedacito de tierra da órdenes que contradicen toda su verborrea sobre la justicia. Hay que recordar que los presos de conciencia del Grupo de los 75, son prisioneros personales del ex presidente enfermo y que es él quien decide todo lo que con ellos se relaciona, incluyendo las Damas de Blanco.
Si bien en la actuación de la sociedad se refleja la vida de la gente, en Cuba hay estratos sociales muy diferentes, pero sólo una parte de los que más necesidades pasan se presta a realizar los llamados “Actos de Repudio”, que según plantea la dictadura son la muestra del pueblo “aguerrido”. Solo participando en vivo en una de estas desagradables situaciones, se puede constatar, a que niveles mezquinos, muy bajos y ruines, llegan los que se convoca para formar parte de estos espectáculos. Palabras no hay para describirlos.
Al celebrarse el 8vo. Aniversario de la Primavera Negra, estas dignas mujeres, esposas y familiares de los presos políticos y otras que las apoyan, fueron objeto de sendos mítines de repudio, los dos días que estuvieron homenajeando a los que sufrieron injustamente largas condenas, y en particular a los dos que quedan en las ergástulas castristas: José Daniel Ferrer y Félix Navarro; así como al ya desaparecido Miguel Valdés Tamayo. Como es natural en todas las jornadas estuvo presente el espíritu del asesinado Orlando Zapata Tamayo.
Es denigrante poder constatar la falta de respeto de esta gentuza a los símbolos patrios. Al parecer para ellos el Himno Nacional se convierte en cualquier otra música si es cantado por las Damas de Blanco, no existe una gota de respeto por las notas de esta composición musical emblemática que identifica a los cubanos y que se supone que una entre sí a quienes la interpretan.
Otro tanto sucede con la bandera. Desde la azotea de la casa de Laura Pollán, sede donde se reúnen estas mujeres, cuelgan una gran bandera, la que atan por el medio a un punto de la acera de enfrente y la utilizan como toldo para el sol, con el fin de protegerse de las largas horas que pasan con sus gritos, ofensas y consignas bien gastadas. La bandera en cuestión, está rasgada y así la exponen, con algunos parches mal cosidos. Allí están los altos oficiales de la Seguridad del Estado que permiten esta vejación, con una total falta de ética. Incluso la mantienen izada después de las 6 de la tarde.
Pero si del conjunto de normas morales que rigen la conducta humana se trata, habría que explicar que Belkis Cantillo, esposa del aún preso de conciencia de los 75, José Daniel Ferrer, de Palma Soriano, provincia de Santiago de Cuba, se sintió indispuesta, con un dolor y síntomas similares a los de la apendicitis. En dos ocasiones sufrió desmayo y varias mujeres trataron de sacarla para llevarla al hospital. El oficial de la policía política que estaba en la puerta lo impedía, pues requirió que se quitara la ropa blanca. ¿Cómo desvestir y volver a vestir a una mujer desmayada y con un agudo dolor?
De la misma forma, varios jóvenes de los que estaban al frente del “perrero”, dando muestras de ser fascistas decían: “No va a salir a ningún lugar, porque los hospitales son del pueblo, de los revolucionarios y a ustedes no les tocan”.
Finalmente accedieron a llevarla, con la condición de que fuera sola. La ingresaron en el hospital Calixto García y se pudo tener contacto para saber de ella, gracias al excarcelado Arnaldo Ramos Lauzurique, también de los 75, al cual detuvieron tratando de llegar a la actividad y lo enviaron a su casa. Por suerte el diagnóstico fue un severo cólico nefrítico.
Después de estas más de 20 horas de candanga de los días 18 y 19, las Damas de Blanco pudieron posteriormente asistir a la Misa Dominical de la Iglesia de Santa Rita y como acostumbran desfilar por la 5ta. Avenida, en número de 26. Quizás agotadas por el acoso, pero valientes y enérgicas igual que siempre, dando un ejemplo de resistencia para todo el pueblo.
Estas personas que se prestan para asistir a estos mítines de repudio y practicar todo tipo de bajeza a la que se les azuza, son para el gobierno como un paralelepípedo de base que los aguanta como si estuvieran sobre un pedestal para mostrar hacia dentro una fuerza que no tienen, con un costo político irrelevante en el exterior, porque el totalitarismo está desenmascarado; la anciana jerarquía lo sabe, pero en definitiva la solución para ellos es sostenerlo de alguna manera.
La Habana, 21 de marzo de 2011.