Por: Martha Beatriz Roque Cabello
La sociedad española vivió a finales del siglo XIX los denominados ‘años bobos’, período que se bautizó así, porque la clase burguesa y los nuevos ricos, con un gran desarrollo, se hicieron presentes de forma ostentosa. Aunque no es el caso específico de la sociedad cubana, podrían también estos primeros años del siglo XXI denominarse “años tontos”, porque ciertamente se han perdido (sin contar con los 41 del siglo XX). Una muestra de ello ha sido la Sesión Extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que se llevó a cabo el pasado día 7 de agosto. En ella participó toda la dirección del Estado, el Gobierno y los principales actores de la política, la economía y la cultura nacional.
Esta reunión puede considerarse como una práctica de la realidad virtual, porque les permitió a todos estos diputados e invitados, reaccionar ante un mundo simulado por su interlocutor. Es como si un arquitecto, estuviera llevando a su cliente a visitar una nueva casa antes de que se construya.
Se creó allí un mundo virtual y se manejaron situaciones -sin siquiera sentirlas- cosa que ciertamente es muy difícil, ya que hay que generar toda una serie de fuerzas que permitan que la persona sea capaz de creer lo que está diciendo.
Durante la intervención inicial del diputado Fidel Castro, la mayoría de los oyentes deben haber quedado atónitos cuando dentro del contexto de su discurso dijo: que los asesores del presidente Barack Obama, comienzan a comprender la necesidad de ayudarlo y puso como ejemplo, el hecho de que Gerardo González, uno de los cinco espías condenados en los Estados Unidos de América, hubiera sido dejado de torturar, al sacarlo del hueco; cosa que no había sucedido en 12 años.
Añadió que el próximo paso sería que Adriana (la esposa de Gerardo) lo pudiera visitar o su liberación, o ambas cosas. Inmediatamente después de esta alusión, siguió su perorata sobre la guerra, afirmando que Irán no cederá.
Como respuesta a una de las preguntas que se le hicieran, volvió a manifestar que los espías retornarán a Cuba mucho antes del mes de diciembre, lo que ratifica la idea de algunos analistas de que hay conversaciones con el gobierno estadounidense. Determinados sectores piensan en un cambio por los presos políticos cubanos y otros por los ciudadanos norteamericanos encarcelados en el país. Puede ser un dislate por parte del ex mandatario (ex enfermo), pero el modelo de oratoria empleado en el país, durante todos estos años, es equivalente a que: “una misma mentira repetida varias veces, se convierte casi que en una verdad, o al menos en algo que se maneja sin cuestionar”.
Los que están conscientes de que Estados Unidos de América es un país de leyes, no conciben que puedan liberarse personas vinculadas al asesinato de ciudadanos americanos y mucho menos que el Presidente utilice su poder para hacerlo, como se ha venido diciendo en los últimos tiempos por parte de Ricardo Alarcón.
Entre los desaciertos que se pudieron constatar durante las varias intervenciones que realizó el diputado Fidel Castro, estuvo la crítica improcedente a Pablo Odén Marichal, al que rectificó, diciéndole que la bomba de Hiroshima fue arrojada bajo la presidencia de Harry Truman y no de Franklin Delano Roosevelt. Sin embargo, esto no era a lo que se refería el miembro del Consejo de Iglesias cuando pidió la palabra. Él explicó que el 6 de enero de 1941, Roosevelt había pronunciado un discurso y citó sus palabras, lo que está dentro del contexto histórico, ya que la sucesión de Truman, que era vicepresidente, ocurre después del fallecimiento de Roosevelt en abril de 1945; por lo que no cometió ningún error.
Explicó el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba: “El presidente Obama tiene tantas ocupaciones que no se ha dado cuenta todavía de su responsabilidad”; lo que es aplicable a lo que sucede en este Parlamento cubano, que en medio de una grave crisis económica, social y política en el país, se proyecta hacia afuera, como si nada estuviera pasando. Algo tremendamente decepcionante para el pueblo y que se hace muy difícil de entender.
No obstante, los medios hablaron de la inmensa reacción internacional que tuvo esta reunión, se mencionó la cifra de más de 1000 fuentes noticiosas al respecto. Por su parte internamente se realizaron encuestas a diferentes ciudadanos, ni una sola respuesta negativa, todo el mundo está encantado de ver nuevamente en la televisión y en la prensa escrita la imagen del Comandante en Jefe y lo más importante es reconocer su visión y alto conocimiento de lo que pasa en el mundo, alguien dijo: “el máximo líder internacional”.
Para los que disienten, esta fue una reunión de profetas, magos, adivinadores, todo lo pensable en ese sentido, menos lo que realmente son, los legisladores y responsables del correcto desarrollo de las políticas económicas y sociales del país, algo que nunca acaban de hacer.
Ciudad de La Habana, 9 de agosto de 2010.