Por: Martha Beatriz Roque Cabello
Los mal llamados logros en Cuba, se han vuelto un bumerán, imposibles de mantener y también irreversibles en sus daños. Sólo habría que pasarle una vista por encima a las joyas de la corona: la salud, la educación y el deporte, esos tres puntos de referencia que han sido usados durante tanto tiempo para decir que “Cuba, es la más mejor”.
En la década de los 90, del pasado siglo, los médicos querían tener derecho al consultorio de la familia, pues en los altos se construía la casa para ellos y en algunos casos, menos populares, en un tercer piso la de la enfermera. Con el envío de galenos para todos los países en América Latina, los consultorios comenzaron a quedar vacíos, no había profesionales de la salud para llenar todos los espacios y ahí comenzó el deterioro. Después llegó el mal tiempo, la temporada ciclónica del pasado año, hizo que se entregaran a personas con problemas de viviendas, algunos de los que estaban en desuso; otros permanecieron así y los necesitados se han encargado de vaciar su carpintería, tomar los lavamanos, las tazas del inodoro, etc. En fin, que el programa del “Médico de la Familia” fue sacrificado a favor del “internacionalismo de la salud”, que provee al país de recursos políticos a nivel internacional. Si se tomara una radiografía de la situación de este proyecto, se podría constatar que está casi destruido.
De la misma forma y por iguales motivos, se han perdido todos los trabajos de la medicina preventiva, tales como: la prueba citológica, la atención a la embarazada, el seguimiento de los bebés cuando nacen, las vacunas, etc. Todos estos controles de la salud, subordinados al Médico General Integral que atendía en los barrios cada uno de estos programas.
Por otra parte, a la educación le han querido dar un giro de 360 grados. Recuperar de alguna forma las clases de historia y la gramática española, volver a los antiguos tiempos de enseñanza y sobre todo sacar a los alumnos de pre universitario de las escuelas en el campo. Que según planteaban era una “máxima martiana”. Pero el problema mayor son los educadores, y es que nadie quiere ser maestro, porque en esta especialidad sólo es factible robar tizas y no se pueden poner en la mesa, ni hay quienes las quieran comprar. Además los aumentos salariales que han tenido son insuficientes. También el gobierno tiene recursos para llevar personas a las aulas, el totalitarismo dispone aún de las personas, pero sabe perfectamente que el magisterio es una profesión que necesita ser ejercida con amor y deseos, y aquellos que son llevados a las aulas con chantajes de cualquier tipo, como por ejemplo poder estudiar en la universidad, no practicarán la profesión como se necesita y por consiguiente tampoco se podrá revertir este problema.
¿Y qué pasó con los deportistas? Se acabaron los logros deportivos, como también han quedado prácticamente destruidas las instalaciones en las que se practicaban los diferentes deportes y de donde salía la cantera para aspirar a las medallas en los juegos internacionales. Este es un punto muerto totalmente, los que se mantengan en las diferentes disciplinas se irán también quedando poco a poco en cualquier país, cuando salgan a competiciones. No es necesario explicar lo que todo el mundo sabe, porque la prensa internacional se encarga de publicar los que “desertan” de las delegaciones deportivas.
Tampoco se puede contar con el hecho de que la gente vuelva a trabajar, son bien pocos los que quieren desempeñar actividades productivas, sobre todo en el campo. Pero el giro de tuerca que ha dado Raúl Castro en la agricultura, dificulta más la producción, el deseo de controlarlo todo y no permitir que alguien del pueblo pueda tener dinero, es un atentado contra la posibilidad de producir alimentos.
Sin embargo, existen convenios elípticos entre algunos trabajadores y el gobierno, y a éstos se les permite robar, y es porque haber comida o no, tiene importancia, pero no tanta como que se paralice la ciudad por falta de transporte, o que los turistas extranjeros no tengan cómo moverse. Estos son motivos más que suficientes para que, por ejemplo los taxistas vivan por encima del nivel promedio.
Los mecanismos existentes son bien conocidos, por ejemplo un taxista de la única empresa actual existente “Cubataxi”, tiene que aportar a la gerencia, hasta 60 cuc (peso cubano convertible) diariamente, como resultado de sus servicios. Un auto de alquiler tiene asignada una pareja de choferes, lo que implica que trabajan un día si y otro no. También “voluntariamente” deben aportar un cuc para la Salud, como parte de la propina que reciben. En general tienen otros gastos, que ellos consideran llegan hasta 7 cuc en cada jornada de trabajo, ya que hay que “mojar” al despachador, al que suministra la gasolina, al jefe de turno, al recaudador, a los inspectores en la calle y muchas veces hasta a la policía.
Por su parte los “taxistas” tienen la responsabilidad de mantener el auto funcionando, algunos ya no son confortables para nada, pero sencillamente caminan. Ningún chofer va a los talleres del estado a reparar el carro, porque saben bien que se lo “canibalean”, que es lo mismo que decir le roban las piezas, ellos tratan por todos los medios de comprarlas, entre la pareja que trabaja el equipo y arreglarlo por fuera. Por ejemplo, abastecer de gas freón a los aires acondicionados de los autos, tiene un costo de 20 cuc, los Mercedes Benz y otras marcas que tienen tarifas bien caras, tratan de mantener el servicio con este nivel.
El gobierno sabe que así sucede, y se hace de la vista gorda, porque le es indispensable que se preste este servicio, lo que implica que también será muy difícil volver de regreso al control total de esta micro empresa. En fin que la marcha atrás en cualquiera de los casos es bien difícil para la dictadura.
Ciudad de La Habana, 24 de agosto de 2009