Por: Martha Beatriz Roque Cabello
Una mirada 50 años atrás, nos horroriza al ver el atraso a que ha sido sometido el pueblo cubano. Sí, es cierto que había personas indigentes, ahora también las hay, y toda la sociedad, con excepción de la clase dominante, tiene necesidades insatisfechas acumuladas, no sólo materiales, también espirituales. En todo el mundo sucede esto, pero en Cuba, están vinculadas mayormente, con la realidad política.
Durante una pequeña encuesta, totalmente rudimentaria, sin ningún tipo de aleatoriedad y de hecho con un gran sesgo, se pudieron recoger criterios de cuarenta personas, (una muestra pequeña) todas nacidas con la “Revolución”, algunas de ellas pidieron no ser identificadas, por ese miedo que se sabe tiene el cubano promedio; es el policía interior que le advierte no hacer esto o lo otro. Como no se podían ofrecer todos los datos, sólo habrá nombre y edad en cada respuesta. Cuando lo expresado es igual a otra persona, no se utiliza, para poder apreciar mejor el abanico de ansiedades. Al final no es necesario ni sacar conclusiones, cada cual obtendrá la suya y quizás esto sea otra encuesta.
La pregunta que se le hizo a la persona fue la siguiente: ¿cuál es tu mayor frustración personal, vinculada a la situación política del país? Las respuestas fueron grabadas y transcritas literalmente.
Lissette (33 años). Nunca he podido ir a un cabaret, porque es en divisas, ni a una fiesta bonita, como soñaba cuando era joven, tampoco me he quedado en ningún hotel hospedada y pienso, desgraciadamente, que mis dos hijas cuando crezcan tendrán mi misma suerte.
Orestes (18 años). Todo el tiempo que tuve que espera que se muriera mi bisabuela para poder tener donde vivir, porque la familia de mi papá no quería a mi mamá y ella vivía aquí y yo con mi papá y mi bisabuela era muy majadera y yo veía sufrir mucho a mi mamá, como no hay posibilidad de tener casa he pasado todo este tiempo de aquí para allá y de allá para acá fíjate que ni novia me he querido echar, ¿pa' qué?
Vivian (41 años). No poder viajar y no tener incentivo en la vida de ningún tipo. No hay más na'.
Oscar (19 años). Todavía estoy terminando de estudiar, porque mi cumpleaños es a finales de enero y entonces entré tarde en la escuela, pero yo quisiera trabajar para vestirme a la moda, siempre estoy “cheo”, porque mi papá y mi mamá trabajan pero no ganan ni para comprarme un pitusa, por eso yo quiero tener lo mío para llevar a la “jevita” a pasear. Si hubiera empezado antes a estudiar ya hubiera terminado el tecnológico. ¡Ah! Ahora vamos a ver dónde me van a ubicar, porque yo no voy a ser trabajador social de esos.
Yaraí (35 años). El caso es que yo no he podido criar a mi hija con su papá, porque está preso, todo lo demás que pasa y cualquier cosa que me gustaría, no tiene importancia para mí.
Alejandro (17 años). Yo quería ser médico. Mi papá murió en un accidente de aviación y él era militante del Partido, pero no tuve quien empujara y no cogí Pre para estudiar la carrera. Me molesta mucho que los extranjeros vengan a Cuba a la escuela de medicina a estudiar y que uno que es cubano no pueda estudiar lo que quiere. Cuando me gradúe de Contabilidad, no sé en que voy a trabajar si no enseñan nada, política y más política.
Yalipse (38 años). Tengo un novio extranjero que viene cada dos o tres meses y me compra cosas, es un poco “agarrao”, y negrito, (no me importa) pero los días que está aquí me hospedo en una casa, duermo con aire acondicionado y vivo bastante bien. Me da pena con mi mamá que no puedo llevarle muchas cosas porque él no me deja. El tiempo cuando se va, vendo “jabitas” en la calle, compro cosas en una “shoping” que trabaja una amiga mía y después las revendo más caras. Mira ahora mismo, no hay velas en ningún lugar y cuando llegan a la tienda, los empleados sacan dos o tres cajitas y las otras las compramos nosotras y vamos por ahí a vender y nos buscamos unos quilos para sobrevivir. Yo estudié técnico medio en economía, pero por nada del mundo le trabajo a nadie por doscientos pesos. Me hubiera gustado tener dinero.
Roberto (39 años). Yo tuve mi frustración porque me botaron de los Testigos de Jehová, pero como me divorcié de la mamá de mis hijas, me tuve que ir a vivir con mi mamá y mi abuela y me hacen la vida un yogourt, y eso yo no lo soporto, yo no quiero trabajarle al gobierno por 20 pesos que no te permite evolucionar. Entonces como no quiero estar allí, me junté con una mujer que tiene casa, pero dos hijos insoportables, las mías son malas, pero estos le ganaron, entonces me paso el día por ahí para estar el menor tiempo posible en la casa, creo que cambié la vaca por la chiva.
Yoel (36 años). Lo que a mi me hubiera gustado es irme del país, estoy haciendo los papeles con los españoles, pero todo cuesta mucho, si se pudiera viajar libremente, yo iría a Miami a ver a mi mamá y volvería, pero a mí no me dan visa, y aquí está eso de si sales definitivo o de visita, nada que es una m…. todo.
Ciudad de La Habana, 6 de abril de 2009.
Una mirada 50 años atrás, nos horroriza al ver el atraso a que ha sido sometido el pueblo cubano. Sí, es cierto que había personas indigentes, ahora también las hay, y toda la sociedad, con excepción de la clase dominante, tiene necesidades insatisfechas acumuladas, no sólo materiales, también espirituales. En todo el mundo sucede esto, pero en Cuba, están vinculadas mayormente, con la realidad política.
Durante una pequeña encuesta, totalmente rudimentaria, sin ningún tipo de aleatoriedad y de hecho con un gran sesgo, se pudieron recoger criterios de cuarenta personas, (una muestra pequeña) todas nacidas con la “Revolución”, algunas de ellas pidieron no ser identificadas, por ese miedo que se sabe tiene el cubano promedio; es el policía interior que le advierte no hacer esto o lo otro. Como no se podían ofrecer todos los datos, sólo habrá nombre y edad en cada respuesta. Cuando lo expresado es igual a otra persona, no se utiliza, para poder apreciar mejor el abanico de ansiedades. Al final no es necesario ni sacar conclusiones, cada cual obtendrá la suya y quizás esto sea otra encuesta.
La pregunta que se le hizo a la persona fue la siguiente: ¿cuál es tu mayor frustración personal, vinculada a la situación política del país? Las respuestas fueron grabadas y transcritas literalmente.
Lissette (33 años). Nunca he podido ir a un cabaret, porque es en divisas, ni a una fiesta bonita, como soñaba cuando era joven, tampoco me he quedado en ningún hotel hospedada y pienso, desgraciadamente, que mis dos hijas cuando crezcan tendrán mi misma suerte.
Orestes (18 años). Todo el tiempo que tuve que espera que se muriera mi bisabuela para poder tener donde vivir, porque la familia de mi papá no quería a mi mamá y ella vivía aquí y yo con mi papá y mi bisabuela era muy majadera y yo veía sufrir mucho a mi mamá, como no hay posibilidad de tener casa he pasado todo este tiempo de aquí para allá y de allá para acá fíjate que ni novia me he querido echar, ¿pa' qué?
Vivian (41 años). No poder viajar y no tener incentivo en la vida de ningún tipo. No hay más na'.
Oscar (19 años). Todavía estoy terminando de estudiar, porque mi cumpleaños es a finales de enero y entonces entré tarde en la escuela, pero yo quisiera trabajar para vestirme a la moda, siempre estoy “cheo”, porque mi papá y mi mamá trabajan pero no ganan ni para comprarme un pitusa, por eso yo quiero tener lo mío para llevar a la “jevita” a pasear. Si hubiera empezado antes a estudiar ya hubiera terminado el tecnológico. ¡Ah! Ahora vamos a ver dónde me van a ubicar, porque yo no voy a ser trabajador social de esos.
Yaraí (35 años). El caso es que yo no he podido criar a mi hija con su papá, porque está preso, todo lo demás que pasa y cualquier cosa que me gustaría, no tiene importancia para mí.
Alejandro (17 años). Yo quería ser médico. Mi papá murió en un accidente de aviación y él era militante del Partido, pero no tuve quien empujara y no cogí Pre para estudiar la carrera. Me molesta mucho que los extranjeros vengan a Cuba a la escuela de medicina a estudiar y que uno que es cubano no pueda estudiar lo que quiere. Cuando me gradúe de Contabilidad, no sé en que voy a trabajar si no enseñan nada, política y más política.
Yalipse (38 años). Tengo un novio extranjero que viene cada dos o tres meses y me compra cosas, es un poco “agarrao”, y negrito, (no me importa) pero los días que está aquí me hospedo en una casa, duermo con aire acondicionado y vivo bastante bien. Me da pena con mi mamá que no puedo llevarle muchas cosas porque él no me deja. El tiempo cuando se va, vendo “jabitas” en la calle, compro cosas en una “shoping” que trabaja una amiga mía y después las revendo más caras. Mira ahora mismo, no hay velas en ningún lugar y cuando llegan a la tienda, los empleados sacan dos o tres cajitas y las otras las compramos nosotras y vamos por ahí a vender y nos buscamos unos quilos para sobrevivir. Yo estudié técnico medio en economía, pero por nada del mundo le trabajo a nadie por doscientos pesos. Me hubiera gustado tener dinero.
Roberto (39 años). Yo tuve mi frustración porque me botaron de los Testigos de Jehová, pero como me divorcié de la mamá de mis hijas, me tuve que ir a vivir con mi mamá y mi abuela y me hacen la vida un yogourt, y eso yo no lo soporto, yo no quiero trabajarle al gobierno por 20 pesos que no te permite evolucionar. Entonces como no quiero estar allí, me junté con una mujer que tiene casa, pero dos hijos insoportables, las mías son malas, pero estos le ganaron, entonces me paso el día por ahí para estar el menor tiempo posible en la casa, creo que cambié la vaca por la chiva.
Yoel (36 años). Lo que a mi me hubiera gustado es irme del país, estoy haciendo los papeles con los españoles, pero todo cuesta mucho, si se pudiera viajar libremente, yo iría a Miami a ver a mi mamá y volvería, pero a mí no me dan visa, y aquí está eso de si sales definitivo o de visita, nada que es una m…. todo.
Ciudad de La Habana, 6 de abril de 2009.