Por: Arnaldo Ramos Lauzurique
(Preso de conciencia del Grupo de los 75 en la prisión Nieves Morejón de Sancti Spíritus, vice director del Instituto Cubano de Economistas Independientes, que basa sus trabajos de análisis sólo en la información oficial. Este documento tuvo que ser transcrito con lupa, por el pequeño tamaño de la letra con que pudo realizarlo para sacarlo de la prisión, ya que tiene más de 12 páginas)
III. La situación de las finanzas externas.
“Hay una tendencia cada vez más creciente al desbalance financiero externo”, declaró José Luis Rodríguez a los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Noticiero de TV 23.12.08 / 800 pm). Pero no hay que preocuparse, Raúl Castro sabe lo que hay que hacer; y declaró en la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular el 27.12.08: ”… nadie, ni un individuo ni un país, puede darse el lujo de gastar indefinidamente más de la que recibe por la venta de sus producciones o por los servicios que presta.” “Nuestro deber elemental es ajustar los gastos en divisas, a los volúmenes que estamos en condiciones de ingresar.” “No seria ético aumentar los gastos no productivos a costa de contraer deudas que tendrían que pagar nuestros hijos y nietos”. Y el 31.12.08 en entrevista concedida a Talía González recalcó: …. “seria dejarles a nuestros hijos y nietos una gigantesca deuda; no es ético, no hay derecho.”
¿Raúl Castro pretende ignorar 50 años de desbalances comerciales adversos, en que se han estado cubriendo los déficit de Cuenta Corriente con créditos que han contribuido a crear una de las deudas per cápita más grandes del mundo? ¿Estaría bromeando?
En los últimos 50 años -salvo en1960 con 28,4 millones y 1974 con 10,6 millones de dólares de superávit- en 48 de ellos, las importaciones han sido muy superiores a las exportaciones (Anuario Estadístico de Cuba 1988 pág. 410). De 1959 a 1989 -31 años- el desbalance total a precios corrientes fue de 18 856,1 millones de dólares. Para el periodo 1993 /1998 -6 años- se acumuló un déficit de 10 700 millones, un promedió de 1 783 millones por año; y para el más reciente periodo de 1999 a 2008 -10 años- se acumuló la gigantesca cifra de 46 000 millones de dólares, para un promedio de 4 600 millones por año; período que cerró 2008 con el record de 10 367 millones de déficit, año en que el déficit en Cuenta Corriente pudiera exceder los 4 000 millones de dólares.
En el periodo de 1900 a 1958 -59 años- solo hubo 5 años con pequeños desbalances comerciales adversos (1900 con 17,8 MMD; 1901 con 3,0 MMD; 1907 con 0,3 MMD; 1921 con 74,6 MMD y 1958 con 38,8 MMD). En los restantes 54 años el saldo fue favorable. Quiere ello decir, que pese a todas las deficiencias de aquella etapa, que no es necesario desconocer, existía una República económicamente viable (Anuario Estadístico de Cuba 1988 p 410).
Por ello, lo que le dijo Raúl Castro a Talía González debió expresarlo mejo, así: “LES HEMOS DEJADO A NUESTROS HIJOS Y NIETOS UNA GIGANTESCA DEUDA; NO ES ÉTICO, NO HAY DERECHO.”
Aunque el déficit comercial se acentuó en 2008 ya desde 2005 los desbalances comerciales han estado excediendo los 5 000 MMD.
Ello ha coincidido con crecimientos elevados del PIB de 11,8% en 2005; 12,5% en 2006 y 7,5% en 2007, que significa que el crecimiento solo se logra elevando las importaciones y que sin embargo las exportaciones solo crecen a ritmos agónicos.
De los dos renglones principales de exportación, el azúcar ha pasado por los años más bajos de producción, con niveles de exportación anuales que no han llegado a las 800 mil toneladas, y en cuanto al níquel, que es un gran consumidor de petróleo, sus resultados netos siempre son bajos y en 2008, con la brusca reducción de sus precios de venta, vio reducido sus ingresos brutos en unos 1 000 MMD.
La otra fuente importante de ingresos brutos es el turismo internacional, que requiere para su operación fuertes niveles de importaciones.
Los ingresos por servicios profesionales, en especial los médicos, se han visto disminuidos en los dos últimos años, al reducirse la cantidad de médicos en el exterior en alrededor de 7 000, debido a la crítica situación que presentaba internamente el servicio.
Todo ello significa un elevado déficit en Cuenta Corriente, y José Luis Rodríguez declaró (Juventud Rebelde 28.12.08) que los recursos para satisfacer las necesidades de importación y el pago de los compromisos internacionales representaron en 2008, el 8% del PIB, es decir, unos 5 015 MMD, por lo que si se consideran unos 800 millones de dólares por remesas familiares, significaría un déficit por cubrir de unos 4 200 MMD, que implicaría nuevas deudas.
Las nuevas deudas no serían como dijo Raúl Castro, para los hijos y nietos, sino para los biznietos, tataranietos y choznos.
IV La campaña contra los que no estudian ni trabajan.
El régimen siempre ha incluido entre sus pretendidos logros el haber eliminado el desempleo. Los tradicionales bajos índices de desocupación de estos 50 años se han basado en dos soportes, uno el exceso de personal en casi todos los centros de trabajo y el otro, que el nivel de desocupados se mida por la cantidad de personas que buscan empleo, dato difícilmente comprobable en Cuba.
No preocupan los cientos de miles de personas emplantillados, cobrando sin realizar una labor útil, especie de “botelleros metamorfoseados”, que se diferencian de los botelleros tradicionales en que deben concurrir diariamente a un centro laboral. Sin embargo se ha emprendido una labor muy activa contra las 210 000 personas que no estudian ni trabajan (Trabajadores 29.12.08), que puede ser el preludio de una especie de nueva “Ley contra la vagancia” (Ley 1231, de marzo de 1971), que fue derogada en febrero de 1979.
En aquella época (1970) el índice de desempleo fue de solo 1,32%, con un total de 34 700 desocupados y 2 598 600 trabajadores empleados (Anuario Estadístico de Cuba 1988 pág.208). Exceptuando a estudiantes en edad laboral, amas de casa y personas en otros quehaceres del hogar, el resto de las personas en edad laboral que no trabajaban, ascendían por esa fecha a 107 200, que de incluirse entre los desocupados y en la Población Económicamente Activa (PEA) hubiera elevado la tasa de desempleo a 5,18%. Contra esas 107 200 personas actuaba la Ley Contra la Vagancia.
La campaña actual se intensificó desde diciembre de 2007, pero se hizo más virulenta a raíz de la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, del 27 de diciembre de 2008. Raúl Castro, Osvaldo Martínez, Alfredo Morales Cartaya, Salvador Valdés Mesa, y José Luis Rodríguez, no han vacilado en calificar esas personas de sector parasitario y en pretextar una supuesta irritación de los trabajadores en contra de su existencia. En distintos escritos de una pretendida “opinión pública” que Granma publica los viernes, se les califica de zánganos, vagos, marañeros y otros calificativos similares, y se expresa que sobornan impunemente, se enrolan en cualquier campaña turbia y que ”…le hacen el juego al mercenario interno y al enemigo exterior” (Granma 12.01.09). De incluirse esas 210 000 personas entre los desempleados y en la PEA, la tasa de desempleo llegaría apenas al 5,6%.
Sin embargo, el ministro de Comercio Interior, Mario Murillo ha declarado (Bohemia 12.09.08, pág.32) que esa actividad pudiera funcionar con solo la mitad de sus 309 000 trabajadores, por lo que sobran en ese solo organismo unas 154 500 personas, que cobran innecesariamente y que podrían elevar la tasa de desempleo al 8, 34%.
Una de las “opiniones” publicadas en Granma afirma: “…de los que trabajamos, solo lo hacemos de manera efectiva muy parcialmente, pues de las 8 horas laboramos 5 y las 3 restantes se dedican a resolver asuntos personales…” (Granma 16.01.09), por lo que en base a ello se pudiera calcular que sobran en el país alrededor de 1 830 000 trabajadores, lo que pudiera elevar el desempleo al 41,0% de la PEA.
Lo anterior pudiera parecer exagerado, aunque tal vez no está muy lejos de la realidad para la sociedad competitiva que será necesario lograr tan pronto concluya este régimen ineficaz, por lo que habrá que preparar con antelación las medidas adecuadas para solucionar el enorme nivel de desocupación que sobrevendrá cuando ello ocurra.
Pero al régimen sólo le interesan las 210 000 personas que se escapan de su control y que no son precisamente zánganos, algo a lo que se refiere la supuesta opinión pública: “…los que no trabajan no son realmente vagos, la inmensa mayoría de ellos los encontramos haciendo marañas con los propios productos que nuestro pueblo …produce” “…,hay algunos que están en otra categoría, pero hacen el mismo daño y son los llamados merolicos, trabajadores por cuenta propia, que desde el punto de vista legal trabajan, pero …” (Se da a entender que explotan a la población ), …“aquí están albañiles, carpinteros, plomeros, electricistas, etc.” (Granma 23.10.09).
Esto evidencia que es la actividad independiente lo que preocupa al régimen.
La elevación a 5 años la edad y los años de servicio para la jubilación, está en línea con ese propósito, ya que trata de restar personas activas que pueden desenvolverse al margen del Estado.
Esta campaña constituye el ejemplo más palpable de que al régimen no le interesa verdaderamente la economía, la eficiencia, ni el nivel de vida de la población, sino el control de la gente, para poder perpetuar el sistema.
V El ciclón del 26, los huracanes de 2008, y la vivienda.
Eran las dos de la madrugada de un viernes 13 de agosto, cuando vio la luz la catástrofe más nefasta que ha sufrido Cuba, el ciclón de 1926, que empezó a azotar el territorio nacional, con toda su fuerza destructiva el primero de enero de 1959. Y cuando ya fenecía, otro huracán llegó, en septiembre de 2008, a completar su ruinosa obra, muy especialmente en las viviendas.
La devastación causada por los huracanes, y en especial Ike, es ampliamente conocida y es de lamentar aún más, que la destrucción de viviendas sea mucho mayor que la que correspondería, de haberse hecho realidad esta vieja promesa:
“Hay en Cuba doscientos mil bohíos y chozas; cuatrocientos mil familias del campo y de la ciudad viven hacinados en barracones, cuarterías, y solares…” “Un gobierno revolucionario resolvería el problema de la vivienda…” “Hay piedra suficiente y brazos de sobra para hacerle a cada familia cubana una vivienda decorosa.”
Hace 55 años Fidel Castro hizo esa promesa en su alegato de defensa por el ataque al Cuartel Moncada, y 50 años han transcurridos desde que estuvo en capacidad de cumplirla.
Las viviendas de tipología I, de cubiertas de hormigón (placa) y paredes de mampostería son las adecuadas para resistir los huracanes (TV cubana 07.09.08/5:00 pm), sin embargo los huracanes Gustav y Ike dañaron 530 758 viviendas (Granma 27.12.08), el 15,2% del fondo habitacional del país -casi su sexta parte- muchas de ellas con pérdidas parciales y totales de techos y de ellas 67 000 fueron derrumbes totales (Granma 02.10.08).
Las numerosas imágenes que brindó la televisión cubana sobre la destrucción a lo largo del país dejaron ver un predominio de ranchos de madera y casas con cubiertas ligeras, fundamentalmente de tejas de asbesto cemento.
El predominio -casi absoluto- de las cubiertas ligeras en la destrucción de techos se demuestra debido a que: “…para devolverles las cubiertas a las viviendas afectadas por Gustav y Ike se requieren más de 22 millones de m2 de tejas” (Bohemia 24.10.08, pág. 31). Ello significa, que teniendo en cuenta el tamaño promedio de las casas de 70 m2 de teja, entre 270 000 y 350 000 viviendas equivalentes fueron afectadas, los perjuicios parciales en las cubiertas, significa que casi la totalidad de los daños fueron principalmente en techos de fibras blandas.
Un ejemplo de la situación de las cubiertas lo ofrece la provincia de Matanzas, no azotada directamente y que sufrió pocos daños, donde hay 71 000 casas con techos ligeros (Noticiero de TV 30.09.08/1:00pm) lo cual representa un tercio de un fondo aproximado de 211 000.
Por otra parte, el 70% de las viviendas devastadas por Ike eran de madera (Noticiero de TV 27.09.08/800pm).
La poca preparación habitacional para resistir los huracanes, independientemente del tipo de vivienda, lo ofrece como ejemplo la capital, donde 172 000 viviendas se encontraban en regular y mal estado hace dos años (Tribuna de la Habana 12.03.06) lo cual representaba un tercio del total de las 540 000 que disponía la ciudad (Trabajadores 21.02.05).
Los bohíos son aún una realidad en los campos de Cuba. Según el censo de 2002 alcanzaban el 5,7% del fondo habitacional (Granma 26.07.07), lo que equivale a unos 200 mil, cifra similar a la que Fidel Castro denunció en 1953. No es pues de extrañar tamaña destrucción, cuando la situación habitacional del país no está preparada para resistir fenómenos de tal naturaleza destructiva.
Esa situación resulta contradictoria en un país que llegó a crear capacidades para producir 5 millones de toneladas de cemento anuales y donde la industria de materiales de la construcción alcanzó altos niveles. Fabulosas cantidades de cemento, piedra, arena y demás materiales de construcción sirvieron para construir miles de kilómetros de túneles (lo cual confirmó Raúl Castro en una entrevista en Brasil –Granma 17.12.08). Así como fortificaciones, taladrar montañas, unir cayos con cientos de kilómetros de terraplenes y edificar cientos de centros agropecuarios y otras instalaciones, muchas de las cuales nunca funcionaron. Pero en esa fiebre constructiva la vivienda no era prioritaria.
En 2005, ante la grave situación, se trazó el plan de incrementar la terminación de viviendas y lograr 100 000 anuales a partir de 2006; y 50 000 en 2005. En 2005 se terminaron 39 261, en 2006 fueron 110 000, aunque 33 000 de ellas ya estaban habitadas con anterioridad y le faltaban solo detalles para su terminación (Granma 05.08.06), en 2007 solo se concluyeron 52 607; y en 2008 se terminaron 42 000 (Juventud Rebelde 16.12.07). En total en 4 años de 2005 a 2008, de un plan inicial de 350 000 únicamente se terminaron 243 868 para un 69,68%. Si se excluyen las 33 000 ya habitadas desde años antes de 2006, las realmente concluidas fueron 210 868 para un cumplimiento del 60,25% del plan inicial.
Se hace evidente que el problema de la vivienda, no solo no se resuelve, sino que se agudiza cada vez más.
Resulta contradictorio que con el deterioro ya analizado del fondo habitacional, que el 51,1% de los 9 722 millones de dólares de los daños totales de los huracanes (Trabajadores 29.12.08) correspondan a viviendas 4 966,9 millones. Para llegar a esa cifra habría que valorar las 67 000 viviendas destruidas totalmente, cuyo 70% eran de madera, con predominio de ranchos rústicos, al costo real de 65 000 pesos, correspondientes de viviendas de tipología I (Trabajadores 20.11.06), lo cual ascendería a 4 355 millones; valorar 22 millones de m2 de tejas, que responderían a la cantidad de 11 125 158 tejas de 1,75 x 1,13 m (1,9775 m2 c/u) a los precios que se venden a la población de $11,40 cada una (Noticiero de TV 22.09.08/1:00 pm), que significaría 126,8 millones de pesos y destinar aún 485,1 millones a otros materiales y gastos.
Valorando las 67 000 viviendas totalmente destruidas al precio máximo de 8 000 pesos por una vivienda de tipología III, de techo blando, de fibra; su costo total seria de 536 millones de pesos y el daño total en viviendas sólo ascendería a 1 147,9 millones, en lugar de 4 966,9 millones, por lo que el efecto total de los huracanes nada más llegaría a 5 903 millones, en lugar de 9 722 millones.
No es posible enjuiciar la valoración del resto de los daños ocasionados por el huracán pero en cuanto a las viviendas no cabe duda que están sobrevaloradas.
Se podría argumentar que la valoración se hizo teniendo en cuenta el valor de las viviendas que se harán para reponer las destruidas, pero eso es dudoso, ya que se ha divulgado -sin embargo- que en Santa Cruz del Sur, se han estado construyendo facilidades temporales como viviendas, para reponer las casas dañadas y que a lo largo del país se está haciendo un amplío uso de las tablas de palma real para reemplazar viviendas, lo que ofrece dudas acerca de su mejoramiento.
VI ¿EPÍLOGO?