Desde la Prisión Kilo 7 en Camagüey, reporta José Alberto Liriano Linares.
Ya voy a cumplir 3 años en espera de que me operen, cada vez que vengo a una consulta me dicen lo mismo , como es posible, que para los venezolanos, bolivianos y otros ciudadanos extranjeros existe la posibilidad de operarlos de la vista y a mí que soy cubano no se me puede operar. Tres años esperando por un milagro, una operación milagrosa para un recluso cubano que sufre de catarata en los ojos, es el colmo de la desvergüenza ¡Doctora!”. Así se pronunció el preso común Jorge Rodríguez Recio, de 38 años de edad quien cumple 12 años de sanción, por el delito de hurto en la Prisión Provincial Kilo 7, dirigiéndose a la doctora Elisabeth Gamboa, jefa de los Servicios Médicos del MININT (Ministerio del Interior) que concedía consulta médica en su barraca.
Rodríguez Recio lleva 3 años exigiendo a las autoridades penitenciarias y al personal de la salud que lo ha atendido, su necesidad de ser operado de la vista, que según plantea siempre le dan la misma respuesta: “Tienes que esperar, pues la operación Milagro tiene prioridad y aquí en Camagüey esas operaciones se la están realizando a pacientes extranjeros. Tienes que tener calma, recuerda que tú eres un preso”.
Todo indica que el Gobierno Cubano -como dice el refrán popular- es candil de la calle y obscuridad de la casa. Nadie niega la importancia y prevalencia de la solidaridad humana, máxime cuando se trata de catástrofes naturales o conflictos humanos. Pero esa solidaridad no debe hacerse a costa de eliminar o afectar los servicios de la ciudadanía. Nada la calidad empieza por la casa.
Rodríguez Recio lleva 3 años exigiendo a las autoridades penitenciarias y al personal de la salud que lo ha atendido, su necesidad de ser operado de la vista, que según plantea siempre le dan la misma respuesta: “Tienes que esperar, pues la operación Milagro tiene prioridad y aquí en Camagüey esas operaciones se la están realizando a pacientes extranjeros. Tienes que tener calma, recuerda que tú eres un preso”.
Todo indica que el Gobierno Cubano -como dice el refrán popular- es candil de la calle y obscuridad de la casa. Nadie niega la importancia y prevalencia de la solidaridad humana, máxime cuando se trata de catástrofes naturales o conflictos humanos. Pero esa solidaridad no debe hacerse a costa de eliminar o afectar los servicios de la ciudadanía. Nada la calidad empieza por la casa.