Desde la Prisión de Kilo 7 en Camagüey, informa Jorge Alberto Liriano Linares
“En abril del 2007 me amputaron la mano izquierda por el antebrazo, los médicos determinaron que había que amputar, debido a que había contraído gangrena, fue un accidente cuando trabajaba en la prisión Kilo 8 en una máquina prensadora de baldosas, desde entonces me orientaron un tratamiento de fisioterapia para la parte del brazo que me queda, pero nunca me han llevado al Hospital, a darme ese tratamiento, el resultado es que el mocho de brazo que me queda se me está secando. El Dr. Erlin Velásquez Navarro que recién me atendió, me dijo que si seguían incumpliendo con el tratamiento fisioterapéutico, muy pronto tendrían que volver amputar pues los tejidos carecen de circulación”.
“En aquella ocasión me prometieron una prótesis pues nunca me ilusione, pues en Cuba preso y perro son la misma cosa. Perdí la mano, pronto perderé el brazo o lo que me queda de él, y nunca me indemnizaron ni pagaron accidente de trabajo, aquí los presos carecen de eso trabajamos de gratis, es la única forma de ver el sol, respirar aire puro y comer un poco más de rancho”.
El anterior testimonio pertenece a un impedido físico que corre el riesgo de perder lo que le queda del brazo izquierdo: Yosvany Rodríguez Marrero de 35 años de edad, vecino del Central Noel Fernández, Batey el Manguito en el municipio camagüeyano, de Minas y cumple una sanción de 22 años de privación de libertad, por el supuesto delito de tentativa de robo con fuerza de un cerdo. A Rodríguez Marrero las autoridades que representan al gobierno cubano en la prisión Kilo 7, le niegan el servicio de fisioterapia es el precio que debe pagar por haber nacido y vivir sometido a un régimen dictatorial que no respeta los derechos y la integridad de los seres humanos.
“En aquella ocasión me prometieron una prótesis pues nunca me ilusione, pues en Cuba preso y perro son la misma cosa. Perdí la mano, pronto perderé el brazo o lo que me queda de él, y nunca me indemnizaron ni pagaron accidente de trabajo, aquí los presos carecen de eso trabajamos de gratis, es la única forma de ver el sol, respirar aire puro y comer un poco más de rancho”.
El anterior testimonio pertenece a un impedido físico que corre el riesgo de perder lo que le queda del brazo izquierdo: Yosvany Rodríguez Marrero de 35 años de edad, vecino del Central Noel Fernández, Batey el Manguito en el municipio camagüeyano, de Minas y cumple una sanción de 22 años de privación de libertad, por el supuesto delito de tentativa de robo con fuerza de un cerdo. A Rodríguez Marrero las autoridades que representan al gobierno cubano en la prisión Kilo 7, le niegan el servicio de fisioterapia es el precio que debe pagar por haber nacido y vivir sometido a un régimen dictatorial que no respeta los derechos y la integridad de los seres humanos.