LA HABANA, Cuba, 26 de marzo de 2013, Martha Beatriz Roque Cabello/ www.cubanet.org.-
El pasado 18 de marzo se conmemoró el X Aniversario de la Primavera
Negra, que llevó a prisión a 75 disidentes. Un grupo de 15 miembros de
la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios fuimos a exigir el cese del
hostigamiento contra mi persona, frente a la Unidad de la Policía
ubicada en la calle Zanja; allí permanecimos por 48 horas, hasta que la
policía política dio evidencias de que se solucionarían los problemas.
Pero el régimen nunca puede perder, por lo que todos estábamos preparados para cualquier agresión, ya que durante esos dos días, más de 100 efectivos de la Seguridad del Estado estaban en el lugar, incluyendo a las mal llamadas “Marianas”, que acostumbran a golpear a las Damas de Blanco,.
Al día siguiente encontraron un pretexto: crear un problema con los vecinos de mi apartamento colindante. La persona mayor que lo habita, un señor llamado Molina, se paró en la puerta de mi casa y me insultó porque estaba cambiando un toma corriente que hizo chispas con el agua. La cantidad de malas palabras y la falta de respeto nos dejaron a todos boquiabiertos, pero nada le dijimos.
Más tarde, una residente en su casa, que al parecer es la hija, me llamó a la puerta y quería que entrara a su apartamento. Le expliqué que cualquier cosa que hubiera sucedido se iba a reparar sin ninguna dificultad, ya que hubo que hacer este cambio urgente, pues podía haber cogido fuego el edificio; pero ella insistía y se fue poniendo furiosa.
Ivis María Rodríguez González, presidenta de la Fundación Madres, Familia y Futuro la estaba filmando, pues de los insultos del anterior miembro del domicilio no teníamos pruebas. Ella se le tiró encima para quitarle la cámara. Ivis entró en mi casa para protegerse y tanto la agresora como el esposo lo hicieron también; pero no sin antes su cónyuge, de nombre Juan Carlos, haberme propinado un golpe en la espalda con el puño y el brazo, que me sentó.
En la trifulca, el esposo de Ivis, nombrado Fermín Zamora Vázquez, trató de protegerla, pero lo tomaron entre Molina, Juan Carlos y otro señor del apartamento 1, que es quien coordina las “actividades revolucionarias” del edificio. Lo tiraron al piso y le dieron patadas.
También tratando de separar a las mujeres, Yadira Rodríguez Bombino y Tania de la Torre Montesinos, recibieron lesiones.
Se personó la policía en el lugar y determinó que se habían cometido tres delitos: robo con fuerza, violación de domicilio y lesiones. Fue a la vivienda de los atacantes y se negaron a devolverle la cámara. Lo que implica que también puede considerarse un desacato o desobediencia, pero el agente no los acusó.
Tres perseguidoras se presentaron, pero el agresor se iba con un capitán de la policía en una motocicleta y mientras estábamos esperando llegaron 4 oficiales de la Seguridad del Estado, entre ellos los dos jóvenes que -con muy malas formas- me hostigan en el edificio. Les dieron besos al matrimonio (les colocaron una medalla virtual a cada uno) y subieron hacia su apartamento, donde tenían la cámara.
Ellos dijeron que recibieron también lesiones, pero nosotros no les pudimos dar ni una nalgada. ¡Todo estaba preparado! Nos llevaron al hospital e hicieron los correspondientes certificados médicos. El jefe de la policía del municipio Centro Habana me informó que ellos no fueron dictaminados con lesiones por los médicos. En el caso particular de Fermín Zamora Vázquez lo remitieron al máxilo/facial, el que le explicó que existía la posibilidad de tener que operarlo, aunque también tiene una fisura entre la ceja y el ojo.
En varias ocasiones pregunté por la cámara fotográfica y me dijeron que no la habían querido devolver, pero no hubo un registro en la casa de los agresores para buscarla, porque todos (la policía, nosotros, ellos) sabíamos que la tenía la Seguridad del Estado, la que borró la evidencia grabada y también rompió el equipo, como es costumbre. Los sujetos de la riña no pudieron haberlo hecho, porque no tuvieron tiempo ni los medios técnicos para ello.
Me hicieron entrega de la cámara fotográfica con un documento que plantea su descripción y tiene añadido a mano: “Nota: falta la grabación de la evidencia de los hechos (por cierto con falta de ortografía) y no graba las fotos.” “No queda sujeto a proceso judicial y puede disponer de los mismos.” Lo que implica que la cámara dejó de ser evidencia. El documento está firmado por el mayor Esteban Pérez Moreno.
Durante el tiempo que estuvimos en la Estación de Policía, los dos atacantes principales se paseaban por toda la Unidad como si no hubiesen hecho algo. Mientras tanto, en mi casa, Molina se asomaba por la ventana de la sala e insultaba a Tania de la Torre Montesinos, que se había quedado para cuidar la vivienda.
Todos sabemos que no habrá ni juicio, y que en cualquier momento volverán a hacer lo mismo, para ante los reclamos que puedan hacerse, tener el pretexto de explicar que soy una persona mal llevada con los vecinos, que no cumplo con las regulaciones del edificio, etc., etc. Estos métodos son bien conocidos para toda la oposición interna.
Importante tomar esta situación -y otras que se han presentado en estos días en el país- para poder llevar a cabo la tan solicitada unidad de la disidencia. Si todos los que quieren una organización única con un solo líder, apoyan, valdría mucho más que cualquier intento de consenso, ya que sería una prueba hacia el régimen y también hacia el exterior que hay una colaboración entre todos los que nos oponemos al sistema; algunos con el lápiz y el papel, la tecnología, los medios; otros que no tienen estos recursos, saliendo a la calle a enfrentar a la policía política y recibiendo golpizas y hostigamiento. En fin, cada uno a su forma, como lo estime pertinente, que eso es la democracia; pero sería bueno que hubiera al menos una solidaridad.
La Habana, 24 de marzo de 2013
Martha Beatriz Roque Cabello
Pero el régimen nunca puede perder, por lo que todos estábamos preparados para cualquier agresión, ya que durante esos dos días, más de 100 efectivos de la Seguridad del Estado estaban en el lugar, incluyendo a las mal llamadas “Marianas”, que acostumbran a golpear a las Damas de Blanco,.
Al día siguiente encontraron un pretexto: crear un problema con los vecinos de mi apartamento colindante. La persona mayor que lo habita, un señor llamado Molina, se paró en la puerta de mi casa y me insultó porque estaba cambiando un toma corriente que hizo chispas con el agua. La cantidad de malas palabras y la falta de respeto nos dejaron a todos boquiabiertos, pero nada le dijimos.
Más tarde, una residente en su casa, que al parecer es la hija, me llamó a la puerta y quería que entrara a su apartamento. Le expliqué que cualquier cosa que hubiera sucedido se iba a reparar sin ninguna dificultad, ya que hubo que hacer este cambio urgente, pues podía haber cogido fuego el edificio; pero ella insistía y se fue poniendo furiosa.
Ivis María Rodríguez González, presidenta de la Fundación Madres, Familia y Futuro la estaba filmando, pues de los insultos del anterior miembro del domicilio no teníamos pruebas. Ella se le tiró encima para quitarle la cámara. Ivis entró en mi casa para protegerse y tanto la agresora como el esposo lo hicieron también; pero no sin antes su cónyuge, de nombre Juan Carlos, haberme propinado un golpe en la espalda con el puño y el brazo, que me sentó.
En la trifulca, el esposo de Ivis, nombrado Fermín Zamora Vázquez, trató de protegerla, pero lo tomaron entre Molina, Juan Carlos y otro señor del apartamento 1, que es quien coordina las “actividades revolucionarias” del edificio. Lo tiraron al piso y le dieron patadas.
También tratando de separar a las mujeres, Yadira Rodríguez Bombino y Tania de la Torre Montesinos, recibieron lesiones.
Se personó la policía en el lugar y determinó que se habían cometido tres delitos: robo con fuerza, violación de domicilio y lesiones. Fue a la vivienda de los atacantes y se negaron a devolverle la cámara. Lo que implica que también puede considerarse un desacato o desobediencia, pero el agente no los acusó.
Tres perseguidoras se presentaron, pero el agresor se iba con un capitán de la policía en una motocicleta y mientras estábamos esperando llegaron 4 oficiales de la Seguridad del Estado, entre ellos los dos jóvenes que -con muy malas formas- me hostigan en el edificio. Les dieron besos al matrimonio (les colocaron una medalla virtual a cada uno) y subieron hacia su apartamento, donde tenían la cámara.
Ellos dijeron que recibieron también lesiones, pero nosotros no les pudimos dar ni una nalgada. ¡Todo estaba preparado! Nos llevaron al hospital e hicieron los correspondientes certificados médicos. El jefe de la policía del municipio Centro Habana me informó que ellos no fueron dictaminados con lesiones por los médicos. En el caso particular de Fermín Zamora Vázquez lo remitieron al máxilo/facial, el que le explicó que existía la posibilidad de tener que operarlo, aunque también tiene una fisura entre la ceja y el ojo.
En varias ocasiones pregunté por la cámara fotográfica y me dijeron que no la habían querido devolver, pero no hubo un registro en la casa de los agresores para buscarla, porque todos (la policía, nosotros, ellos) sabíamos que la tenía la Seguridad del Estado, la que borró la evidencia grabada y también rompió el equipo, como es costumbre. Los sujetos de la riña no pudieron haberlo hecho, porque no tuvieron tiempo ni los medios técnicos para ello.
Me hicieron entrega de la cámara fotográfica con un documento que plantea su descripción y tiene añadido a mano: “Nota: falta la grabación de la evidencia de los hechos (por cierto con falta de ortografía) y no graba las fotos.” “No queda sujeto a proceso judicial y puede disponer de los mismos.” Lo que implica que la cámara dejó de ser evidencia. El documento está firmado por el mayor Esteban Pérez Moreno.
Durante el tiempo que estuvimos en la Estación de Policía, los dos atacantes principales se paseaban por toda la Unidad como si no hubiesen hecho algo. Mientras tanto, en mi casa, Molina se asomaba por la ventana de la sala e insultaba a Tania de la Torre Montesinos, que se había quedado para cuidar la vivienda.
Todos sabemos que no habrá ni juicio, y que en cualquier momento volverán a hacer lo mismo, para ante los reclamos que puedan hacerse, tener el pretexto de explicar que soy una persona mal llevada con los vecinos, que no cumplo con las regulaciones del edificio, etc., etc. Estos métodos son bien conocidos para toda la oposición interna.
Importante tomar esta situación -y otras que se han presentado en estos días en el país- para poder llevar a cabo la tan solicitada unidad de la disidencia. Si todos los que quieren una organización única con un solo líder, apoyan, valdría mucho más que cualquier intento de consenso, ya que sería una prueba hacia el régimen y también hacia el exterior que hay una colaboración entre todos los que nos oponemos al sistema; algunos con el lápiz y el papel, la tecnología, los medios; otros que no tienen estos recursos, saliendo a la calle a enfrentar a la policía política y recibiendo golpizas y hostigamiento. En fin, cada uno a su forma, como lo estime pertinente, que eso es la democracia; pero sería bueno que hubiera al menos una solidaridad.
La Habana, 24 de marzo de 2013
Martha Beatriz Roque Cabello