Sin más opción
LA HABANA, Cuba, marzo, www.cubanet.org
-“No me queda opción, sino la de mudarme para el Manto Negro”, me dijo
el pasado viernes por la tarde Martha Beatriz Roque Cabello, cuando la
visité en su apartamento. “No voy a regresar a mi antiguo apartamento
porque allí estoy amenazada de muerte”, agregó.
La represión política en Cuba se realiza ahora de manera muy selectiva. Martha Beatriz sobrevive bajo la amenaza incesante de la policía política. Ahora ha tomado la decisión de abandonar la tranquilidad del apartamento donde reside desde hace unos escasos cinco meses para plantarse con sus muebles a la puerta de Manto Negro, como es conocida la prisión del Combinado del Este para mujeres.
Martha Beatriz es la única mujer del grupo de los 75 prisioneros políticos de la Primavera Negra de 2003, de la cual se cumplen diez años hoy precisamente, y se encuentra en libertad condicional por motivos de salud, bajo licencia extra penal.
Sucede que, a falta de autorización por el Departamento de la Vivienda para formalizar legalmente su traslado al actual apartamento, porque las autoridades del sector impiden la realización del trámite, ella plantea que no le quedará otro remedio que regresar a la prisión a vivir. Así terminaría con el hostigamiento que soporta por parte del régimen.
Resulta que en el apartamento de sala y un cuarto, ella hizo realizar una reconstrucción para ampliar su cocina y un baño. Para llevarlo a cabo, utilizaron el espacio que el pequeño patio interior de la vivienda poseía, sin traspasar los límites de la edificación en donde está el apartamento.
Al dirigirse a consumar los trámites mencionados, la repuesta fue negativa porque según las autoridades de la Vivienda, la distribución del apartamento fue modificada y no se corresponde con la descripción de la propiedad.
Para más detalles, sépase que se vio obligada a mudarse de su anterior apartamento, luego de una huelga de hambre, porque el hijo enloquecido de un vecino la amenazó con agredirla físicamente. El vecino, en quien ella confiaba la traicionó, para servir a la policía política.
Quizás usted no entienda nada de este proceso kafkiano, en el que la burocracia militar comunista aplasta a una mujer mayor de 65 años, diabética, cardíaca y mal alimentada. Pero si conoce que Martha Beatriz Roque Cabello tiene sobre sus hombros frágiles una condena de 20 años de prisión por luchar por la democracia en Cuba, estos datos someros podrán ilustrarlo un poco.
Aunque su estado de salud está comprometido por las enfermedades que la aquejan, a Martha Beatriz no le faltan energías para oponerse al régimen castrista. La fuente de donde se alimenta está garantizada por su fe católica en Dios, primero, y por igual en su desafío vertical contra la dictadura, una postura que le ha costado mucho mantener.
En correspondencia al mismo nivel de admiración que su persona despierta en muchos en Cuba, por su atención y su preocupación por los ciudadanos desamparados y la lucha permanente por la legalidad y la democracia, está el nivel de respuesta represiva del gobierno hacia ella.
Entonces, a partir de todos los datos ofrecidos se comprenderá mejor el porqué de su reacción y cómo sobrevive cada día esta mujer acosada, enfrentada al aparato represivo del totalitarismo cubano.
La represión política en Cuba se realiza ahora de manera muy selectiva. Martha Beatriz sobrevive bajo la amenaza incesante de la policía política. Ahora ha tomado la decisión de abandonar la tranquilidad del apartamento donde reside desde hace unos escasos cinco meses para plantarse con sus muebles a la puerta de Manto Negro, como es conocida la prisión del Combinado del Este para mujeres.
Martha Beatriz es la única mujer del grupo de los 75 prisioneros políticos de la Primavera Negra de 2003, de la cual se cumplen diez años hoy precisamente, y se encuentra en libertad condicional por motivos de salud, bajo licencia extra penal.
Sucede que, a falta de autorización por el Departamento de la Vivienda para formalizar legalmente su traslado al actual apartamento, porque las autoridades del sector impiden la realización del trámite, ella plantea que no le quedará otro remedio que regresar a la prisión a vivir. Así terminaría con el hostigamiento que soporta por parte del régimen.
Resulta que en el apartamento de sala y un cuarto, ella hizo realizar una reconstrucción para ampliar su cocina y un baño. Para llevarlo a cabo, utilizaron el espacio que el pequeño patio interior de la vivienda poseía, sin traspasar los límites de la edificación en donde está el apartamento.
Al dirigirse a consumar los trámites mencionados, la repuesta fue negativa porque según las autoridades de la Vivienda, la distribución del apartamento fue modificada y no se corresponde con la descripción de la propiedad.
Para más detalles, sépase que se vio obligada a mudarse de su anterior apartamento, luego de una huelga de hambre, porque el hijo enloquecido de un vecino la amenazó con agredirla físicamente. El vecino, en quien ella confiaba la traicionó, para servir a la policía política.
Quizás usted no entienda nada de este proceso kafkiano, en el que la burocracia militar comunista aplasta a una mujer mayor de 65 años, diabética, cardíaca y mal alimentada. Pero si conoce que Martha Beatriz Roque Cabello tiene sobre sus hombros frágiles una condena de 20 años de prisión por luchar por la democracia en Cuba, estos datos someros podrán ilustrarlo un poco.
Aunque su estado de salud está comprometido por las enfermedades que la aquejan, a Martha Beatriz no le faltan energías para oponerse al régimen castrista. La fuente de donde se alimenta está garantizada por su fe católica en Dios, primero, y por igual en su desafío vertical contra la dictadura, una postura que le ha costado mucho mantener.
En correspondencia al mismo nivel de admiración que su persona despierta en muchos en Cuba, por su atención y su preocupación por los ciudadanos desamparados y la lucha permanente por la legalidad y la democracia, está el nivel de respuesta represiva del gobierno hacia ella.
Entonces, a partir de todos los datos ofrecidos se comprenderá mejor el porqué de su reacción y cómo sobrevive cada día esta mujer acosada, enfrentada al aparato represivo del totalitarismo cubano.