Por: Martha Beatriz Roque Cabello
Durante los últimos días, se han estado llevando a cabo las conferencias provinciales previas al X Congreso del Sindicato de los Trabajadores de la Salud. Las actividades en cada territorio son presididas por el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros José Ramón Machado Ventura; el ministro del ramo Dr. Roberto Morales Ojeda; el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, Salvador Valdés Mesa y los correspondientes primeros secretarios del Partido Comunista de la localidad en que se efectúa la reunión. Una celebración es copia dela anterior.
Años atrás, cuando una y otra vez el discurso oficial se refería a los “logros” de la Revolución, se mencionaba en primer lugar la salud pública, se planteaba que la medicina en la Isla había llegado a la perfección. Una y otra vez se exhibían los índices que la comparaban con cualquier otra en el mundo, en particular con los Estados Unidos de América y se acentuaban los niveles técnicos y científicos alcanzados para la práctica de la atención médica.
Pero ahora el lenguaje es otro. Es muy difícil reconocer que la provincia Habana -por ejemplo- ha aumentado su índice de mortalidad infantil en lo que va de año, con respecto a similar período anterior. Se plantea la necesidad de hacer sostenibles los servicios médicos y sobre todo bajarse de la nube de pensar en la tecnología de punta. Por el contrario, hay que dar una correcta utilización a los medios diagnósticos y se impone el rescate del método clínico como necesidad fundamental y vía efectiva en el tratamiento de los pacientes; además se tienen que recuperar alternativas terapéuticas de la medicina tradicional y la medicina verde.
El nuevo invento es un proceso de regionalización de los servicios, con el fin de usar mejor los recursos, pero el paciente deberá resolver como pueda, ya que el movimiento en el interior del país se hace difícil, sobre todo para aquellos que viven en lugares intrincados y para recibir servicios médicos especializados deben trasladarse al municipio cabecera.
Pero ¿dónde quedaron los consultorios del médico de la familia? Muchos de ellos echándose a perder, otros habitados por personas que tenían necesidades perentorias de vivienda, en fin el proyecto está prácticamente desactivado, de igual forma el llamado programa de medicina preventiva.
En particular en la provincia Santiago de Cuba, existe un alto nivel de infestación del mosquito Aedes aegypti, lo que deja mucho que desear de la eficiencia que alcanzan contra la vigilancia epidemiológica y la lucha antivectorial. Igual que siempre, los responsables son los trabajadores de la campaña y tienen que eliminar el riesgo que puede provocar una epidemia. La actitud negligente e irresponsable de los que permitieron acumular escombros y desechos sólidos en la Textilera Celia Sánchez Manduley fue criticada; lo que no se supo fue cuántos responsables fueron sancionados y qué hacía la Dirección del Ministerio correspondiente que no se enteró.
La consigna oficial es que persisten problemas que dependen de los trabajadores del Sector, y se recalca que muchos de los señalamientos que se han recogido en estas reuniones no son nuevos, perpetuándose por falta de exigencia y control. Entonces ¿son responsables los asalariados o los dirigentes?
Como todo un “defensor” de los “proletarios” y en particular los 600 mil de la salud, Salvador Valdés Mesa, se pone en estas asambleas su uniforme de miembro del Buró Político y recuerda que la medicina no va a estar excluida del proceso de ordenamiento que se lleva a cabo en el país. El sindicato tiene ante sí el desafío que representa el proceso de racionalización de las plantillas, urge evaluar los servicios que demandan fuerza de trabajo. Esto traducido a un lenguaje entendible, quiere decir que quedarán sin empleo numerosos trabajadores de este sector.
Baste señalar que se mencionó el caso de la actual provincia Habana, que con los miembros de su estructura actual, podrá cubrir las necesidades de las dos nuevas provincias: Mayabeque y Artemisa, y aún así le sobrarán plazas. Si esta proporción se aplica al total de trabajadores del sector del país, los excedentes sumarían más del 50%.
Se ha planteado que existe descontento por parte de la población con relación al sistema de salud y a la prestación de servicios, incluyendo la ética médica. Para el ciudadano promedio resulta muy difícil llegar al Cuerpo de Guardia de un hospital y tropezar con un estudiante de medicina extranjero, que apenas entiende la idiosincrasia del cubano y que no tiene nivel de decisión siquiera para ordenar una radiografía, o quizás no la tiene asignada. Estos deben ser los lastres que según el propio Partido Comunista ponen en peligro la sostenibilidad de la medicina, pero cuando el próximo mes de octubre se celebre el Congreso, los problemas, según sus promotores quedarán solucionados, igual que siempre.
Ciudad de la Habana, 13 de setiembre de 2010.