Por: Martha Beatriz Roque Cabello
El “Compañero Fidel” -como ahora se le llama- máximo dirigente del país, primer secretario del Partido Comunista de Cuba, ha vuelto a reflexionar (ante cualquier duda remitirse al artículo 5 de la Constitución de la República).
El encuentro durante su visita a Cuba, con la Excelentísima Señora Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina, revivió sus consideraciones escritas el 21 de enero; con la hora exacta como siempre, 6 y 30 pm. Este pequeño detalle, que para algunos pasa inadvertido, es como si le dijeran a todos: “Hasta esa hora estaba vivo”.
En el corto artículo ya estaba presente el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. Lo elogió diciéndole honesto, para después poner el primer pero ¿cómo podría un sistema despilfarrador y consumista por exigencia preservar el medio ambiente?, refiriéndose a la intervención que hiciera Obama el día de su toma de posesión. Esta afirmación teórica sobre el capitalismo, permite pensar que en ese momento tenía en la mano algún libro de marxismo, o como dijera con posterioridad estaba revisando algunos discursos y materiales elaborados por él a lo largo de más de medio siglo.
Al día siguiente titula sus reflexiones: “El undécimo presidente de Estados Unidos”. Retoma los elogios, se refiere a su rostro, como inteligente y noble, pero vuelve a hacer una pregunta que responde a su doctrina filosófica: “Qué hará pronto cuando el inmenso poder que ha tomado en sus manos sea absolutamente inútil para superar las insolubles contradicciones antagónicas del sistema?”
El sistema es ése que queda totalmente prohibido por la Ley en Cuba, cuando afirma: “El socialismo y el sistema político y social revolucionario establecido en esta Constitución, probado por años de heroica resistencia frente a las agresiones de todo tipo y la guerra económica de los gobiernos de la potencia imperialista más poderosa que ha existido y habiendo demostrado su capacidad de transformar el país y crear una sociedad enteramente nueva y justa, es irrevocable, y Cuba no volverá jamás al capitalismo”.
Pero sorprende el ex presidente enfermo, cuando plantea que no quiere interferir ni estorbar a los compañeros del Partido y el Estado en las decisiones constantes que deben tomar. Y, finalmente hace la predicción de que no durará vivo cuatro años, o al menos no estará apto para meditar.
Ya el 29 de enero, a las 6 y 17 pm, el Obama de unos días atrás, dejó de existir, se convirtió de pronto en genocida. El conflicto pudo ser cualquiera, pero para dentro del país escogió la Base Naval de Guantánamo y para el exterior a Israel. Ese día dejó de pensar en cual ha sido la política trazada por los que dirigen el país a partir de los Consejos de Estado y de Ministros, e incluso la Asamblea Nacional del Poder Popular, y contradictoriamente comienza a buscar un punto de desacuerdo con el nuevo Presidente, ya que está descifrando su pensamiento.
El 4 de febrero incumple su palabra de reducir las Reflexiones, tal y como se lo había propuesta en el presente año, y toma completa la segunda página del diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba. De nuevo abre con sus disquisiciones filosóficas sobre el capitalismo.
Utiliza las preguntas, anteponiendo a ellas el hecho de que Obama debería responderlas. Pero este señor presidente de apenas tres semanas en el poder, tiene encima la crisis económica internacional, varias guerras, la mala elección de los miembros de su gabinete, entre otras cosas; para ocuparse de responder situaciones del pasado, algunas de ellas ocurridas cuando era un niño.
Sin embargo, está muy presente el ataque al mercado y a los mecanismos que utiliza el sistema capitalista, lo que en pocos días se han vuelto obsesionantes.
El Presidente de los Estados Unidos de América, según esta Reflexión tiene contradicciones entre la política y la ética y Fidel Castro tiene el derecho de decirlo pues es un viejo político y luchador.
Cada día son menos los que leen estas “divagaciones”, que son utilizadas como una forma de entretenimiento. No se puede considerar serio un Estado en el que sus dirigentes dicen una cosa un día y otra el siguiente; y tampoco si como está sucediendo unos tienen un criterio y otros mantienen una diferencia.
Es que, si Barack Obama es una expectativa para el pueblo de Cuba, en las soluciones de los graves problemas económicos, sociales y políticos existentes, esto tiene que desaparecer y mientras más rápido mejor. Porque ¿a quién se le va a echar la culpa de lo mal hecho si se restablecen relaciones con los Estados Unidos de América, si se levanta el embargo, o si al menos se quitan las restricciones del 2004? Esto haría que se perdiera el enemigo y es una solución no deseable para el régimen en estos momentos, es por eso que hay que cuestionar todo lo que hace el recién estrenado inquilino de la Casa Blanca.
Ciudad de La Habana, 8 de febrero de 2009.