El problema de la prohibición de los viajes de los norteamericanos a Cuba, es tema recurrente en cualquier lugar donde se hable de la política de ese país hacia la Isla. Desde muy temprano, “el Presidente enfermo”, lo utilizaba para sus arengas en contra de los Estados Unidos. Pero decía que los cubanos, sin embargo eran libres de viajar a donde quisieran. Releamos estos fragmentos de su discurso del 26 de julio de 1961, en la Plaza de la Revolución José Martí.
Vamos a abrir el candado de la historia:
“Estados Unidos, ha prohibido a los ciudadanos de ese país visitar a Cuba, y un número considerable de estudiantes norteamericanos que se proponía visitar a nuestro país fue advertido de que serían condenados a 5 000 pesos de multa y a cinco años de cárcel. Es decir que el “gran país líder del mundo libre y archidemocrático” no quiere permitir que sus estudiantes visiten a Cuba. No quieren permitir que los ciudadanos norteamericanos vengan por sí mismos para ver qué es lo que está ocurriendo en Cuba, y prohíben visitar a nuestro país”.
“Nosotros tampoco les prohibimos a los cubanos que vayan a Estados Unidos. Nosotros no le prohibimos a nadie que pueda conocer esas “maravillas” de Estados Unidos . Las líneas aéreas se mantienen funcionando entre Cuba y Estados Unidos y el Gobierno Revolucionario autoriza a los que deseen ir a Estados Unidos y a los que deseen quedarse incluso en Estados Unidos. No les crea obstáculos de ninguna índole. Es decir que al revés de lo que ellos hacen, que prohíben salir de Estados Unidos hacia Cuba, que prohíben visitar de Estados Unidos a Cuba, nosotros ni prohibimos visitar, ni prohibimos salir y quedarse en Estados Unidos ni pensamos hacerlo. Tenían miedo acaso los contrarrevolucionarios de que prohibiéramos salir de Cuba? Pues que no tengan ningún miedo, que aquí no se le prohibirá a nadie que quiera marcharse a disfrutar de las “maravillas” del imperialismo yanki. …”
“¿Que se quieren ir unos cuantos parásitos todos los meses?, pues ¡que se vayan unos cuantos parásitos todos los meses!”“No tema nadie que se le vaya a prohibir marcharse a Estados Unidos; todos los parásitos que quieran marcharse ¡que les vaya bien!, que ya tendrán tiempo de sobra para recapacitar, ya tendrán tiempo de sobra para echarle de menos a esta isla bella y maravillosa, ya tendrán tiempo para echarle de menos a nuestro sol, a nuestro aire, a nuestras playas y, sobre todo, ¡ya tendrán tiempo para echarle de menos al calor de una patria soberana y de una patria justa! , ¡ya tendrán tiempo de echarle de menos al orgullo y a la satisfacción de vivir con dignidad, en su propia patria!, ¡ya tendrán tiempo de echarle de menos al respeto que todo hombre y mujer goza en nuestro país, al lugar que cada hombre y mujer, por humilde que sea, goza hoy en nuestro país!. Y por eso, por eso, nosotros podemos tranquilamente decir que el que quiera marcharse se marche, pero nosotros podemos hacer eso si nosotros realmente establecemos en nuestro país condiciones absolutamente justas, de manera que el que se marche es porque quiere, que el que se marche no sea porque no le den oportunidad de vivir aquí y de trabajar, sino que se marche porque no quiera vivir honradamente, que se marche porque no quiera ganarse el pan trabajando honradamente, que el que se marche sea, sencillamente, porque no le da la gana de aprovechar la oportunidad que la patria le brinda. Y ese, si se quiere marchar, ¡que se marche!
¿Qué hizo cambiar estos planteamientos? ¿Por qué entonces todo el que quiere irse del país, tiene que solicitar al gobierno un permiso, que se manifiesta en la conocida tarjeta blanca? Y por qué hay miles y miles de personas dentro del país que tienen retenido este permiso, entre ellos los médicos y el personal técnico de la salud; el que en algún momento ocupó un cargo de dirección en el gobierno; los familiares de quienes salen al exterior en misiones oficiales y desertan; entre otros. Pero también están los disidentes, que quieren emigrar, se les impide trabajar y luego se llevan a prisión a asegurarlos, por peligrosidad predelictiva (porque no trabajan). Cuando quieren salir del país tienen que esperar todo el tiempo que el gobierno totalitario decida. ¡Y este es el gobierno que no viola los derechos humanos, y que no necesita un relator especial de la ONU!. Dentro de los colmos está el caso de la señora Hilda Molina Serantes, de 88 años de edad, (madre de la Dra. Hilda Molina Morejón -médico disidente-) que solicitó su pasaporte en mayo del 2006, y ni siquiera esto le han entregado. En un estado de salud deplorable, sentada en un sillón de ruedas, clama por este permiso humanitario, una persona no vinculada a la política, que quiere viajar a Argentina. Y no puede dejarse de mencionar el ejemplo de Normando Hernández González, preso político del Grupo de los 75, quien con serios trastornos digestivos, ha sido beneficiado con una visa humanitaria por el Gobierno de Costa Rica y no se le otorga una licencia extrapenal, para que pueda salir del país.
En el texto anterior en negritas se resalta:¡El Gobierno Revolucionario no les crea obstáculos de ninguna índole!. Es solo una de las muchas mentiras que se han dicho durante este largo camino de 48 años.
Martha Beatriz Roque Cabello
“Estados Unidos, ha prohibido a los ciudadanos de ese país visitar a Cuba, y un número considerable de estudiantes norteamericanos que se proponía visitar a nuestro país fue advertido de que serían condenados a 5 000 pesos de multa y a cinco años de cárcel. Es decir que el “gran país líder del mundo libre y archidemocrático” no quiere permitir que sus estudiantes visiten a Cuba. No quieren permitir que los ciudadanos norteamericanos vengan por sí mismos para ver qué es lo que está ocurriendo en Cuba, y prohíben visitar a nuestro país”.
“Nosotros tampoco les prohibimos a los cubanos que vayan a Estados Unidos. Nosotros no le prohibimos a nadie que pueda conocer esas “maravillas” de Estados Unidos . Las líneas aéreas se mantienen funcionando entre Cuba y Estados Unidos y el Gobierno Revolucionario autoriza a los que deseen ir a Estados Unidos y a los que deseen quedarse incluso en Estados Unidos. No les crea obstáculos de ninguna índole. Es decir que al revés de lo que ellos hacen, que prohíben salir de Estados Unidos hacia Cuba, que prohíben visitar de Estados Unidos a Cuba, nosotros ni prohibimos visitar, ni prohibimos salir y quedarse en Estados Unidos ni pensamos hacerlo. Tenían miedo acaso los contrarrevolucionarios de que prohibiéramos salir de Cuba? Pues que no tengan ningún miedo, que aquí no se le prohibirá a nadie que quiera marcharse a disfrutar de las “maravillas” del imperialismo yanki. …”
“¿Que se quieren ir unos cuantos parásitos todos los meses?, pues ¡que se vayan unos cuantos parásitos todos los meses!”“No tema nadie que se le vaya a prohibir marcharse a Estados Unidos; todos los parásitos que quieran marcharse ¡que les vaya bien!, que ya tendrán tiempo de sobra para recapacitar, ya tendrán tiempo de sobra para echarle de menos a esta isla bella y maravillosa, ya tendrán tiempo para echarle de menos a nuestro sol, a nuestro aire, a nuestras playas y, sobre todo, ¡ya tendrán tiempo para echarle de menos al calor de una patria soberana y de una patria justa! , ¡ya tendrán tiempo de echarle de menos al orgullo y a la satisfacción de vivir con dignidad, en su propia patria!, ¡ya tendrán tiempo de echarle de menos al respeto que todo hombre y mujer goza en nuestro país, al lugar que cada hombre y mujer, por humilde que sea, goza hoy en nuestro país!. Y por eso, por eso, nosotros podemos tranquilamente decir que el que quiera marcharse se marche, pero nosotros podemos hacer eso si nosotros realmente establecemos en nuestro país condiciones absolutamente justas, de manera que el que se marche es porque quiere, que el que se marche no sea porque no le den oportunidad de vivir aquí y de trabajar, sino que se marche porque no quiera vivir honradamente, que se marche porque no quiera ganarse el pan trabajando honradamente, que el que se marche sea, sencillamente, porque no le da la gana de aprovechar la oportunidad que la patria le brinda. Y ese, si se quiere marchar, ¡que se marche!
¿Qué hizo cambiar estos planteamientos? ¿Por qué entonces todo el que quiere irse del país, tiene que solicitar al gobierno un permiso, que se manifiesta en la conocida tarjeta blanca? Y por qué hay miles y miles de personas dentro del país que tienen retenido este permiso, entre ellos los médicos y el personal técnico de la salud; el que en algún momento ocupó un cargo de dirección en el gobierno; los familiares de quienes salen al exterior en misiones oficiales y desertan; entre otros. Pero también están los disidentes, que quieren emigrar, se les impide trabajar y luego se llevan a prisión a asegurarlos, por peligrosidad predelictiva (porque no trabajan). Cuando quieren salir del país tienen que esperar todo el tiempo que el gobierno totalitario decida. ¡Y este es el gobierno que no viola los derechos humanos, y que no necesita un relator especial de la ONU!. Dentro de los colmos está el caso de la señora Hilda Molina Serantes, de 88 años de edad, (madre de la Dra. Hilda Molina Morejón -médico disidente-) que solicitó su pasaporte en mayo del 2006, y ni siquiera esto le han entregado. En un estado de salud deplorable, sentada en un sillón de ruedas, clama por este permiso humanitario, una persona no vinculada a la política, que quiere viajar a Argentina. Y no puede dejarse de mencionar el ejemplo de Normando Hernández González, preso político del Grupo de los 75, quien con serios trastornos digestivos, ha sido beneficiado con una visa humanitaria por el Gobierno de Costa Rica y no se le otorga una licencia extrapenal, para que pueda salir del país.
En el texto anterior en negritas se resalta:¡El Gobierno Revolucionario no les crea obstáculos de ninguna índole!. Es solo una de las muchas mentiras que se han dicho durante este largo camino de 48 años.
Martha Beatriz Roque Cabello