También se encontraba el "Héroe de la República", René González, uno de los 5 espías que fueron condenados en los Estados Unidos de América; al que le entregaron un carné de afiliado, aunque es en estos momentos estudiante de Economía.
Sin embargo, entre los presentes no se encontraba el presidente saliente, Roberto Verrier y tampoco fue mencionado en algún momento por los medios de prensa: desapareció de la escena sin dejar ni rastros. Así funcionan las cosas en este país.
Los miembros de la organización durante los debates previos al Congreso, realizaron 220 propuestas que fueron entregadas a la Comisión Permanente para la Implementación de los Lineamientos del VI Congreso del Partido Comunista. Se plantea que estas recomendaciones son producto de los estrechos vínculos que existen entre la ANEC y las estructuras gubernamentales directamente implicadas en las transformaciones de la economía.
Habría que preguntarse: ¿cuántos economistas y contadores de los que participaron en las reuniones anteriores al Congreso plantearon honestamente lo que pensaban? ¿Alguno se atrevería a decir que lo que necesita el país es una verdadera apertura económica?
Acostumbrados a ver a los miembros de la Asamblea Nacional del Poder Popular, levantar la mano al unísono y aprobarlo todo sin siquiera añadir una coma a un documento, parece que la respuesta a estas dos interrogantes está muy clara: Nadie se atrevería a plantear lo que piensa y mucho menos a explicar que desde el punto de vista económico, el país necesita una inyección de verdaderas libertades, para obtener el capital necesario que le permita el desarrollo.
Después de haber sido sancionado –recientemente- a 9 años de privación de libertad un inversionista canadiense en Cuba que -dicho sea de paso- cooperó con las autoridades exponiendo otros casos de corrupción de extranjeros y nacionales; muy pocos se aventurarán a tener este mismo destino, por lo que esta supuesta medida ejemplificante, como le gustaba decir a Fidel Castro, tiene muchos ángulos negativos.
El lenguaje virtual con el que se ha definido el trabajo de los economistas no convence a nadie, ya que ellos están conscientes que no tienen ningún protagonismo en la actualización del modelo económico, no son más que títeres en el establo que tiene montado el régimen para protagonizar su "show" propagandístico de cambios al estilo "raulista".
No obstante, quedó clara en la intervención de Marino Murillo Jorge, hoy el zar de la economía, que para poder asesorar al sistema en la toma de decisiones, deben aprovechar los postulados teóricos y el pensamiento acumulado, que traducido al lenguaje del "cubano de a pie", quiere decir que no se pueden salir de la cartilla socialista y de la concentración y centralización del poder en manos de la dictadura.
Según se pudo constatar, en las palabras de la ministra de Finanzas y Precios, Lina Pedraza, todas las propuestas de soluciones que allí se discutieron y las recomendaciones que se hicieron, abarcan las formas previstas en las directivas aprobadas por el Partido y ratifican el papel de la planificación socialista.
El desarrollo de las fuerzas productivas del país, para utilizar el mismo lenguaje filosófico que tiene el sistema, no se obtiene con conferencias, con lineamientos o con planes para el futuro. Hay que liberarlas para que se decidan a producir, para que permitan el crecimiento económico y social a un ritmo de verdadero avance.