El 26 de Julio del 2006, pronunció su póstumo discurso público el “Presidente enfermo”. Al igual que en ocasiones anteriores, lo dedicó a las “maravillas” que la Revolución ha hecho en Granma y a comparar con el resto del mundo los logros de Cuba. Pero hay algunos de sus últimos planteamientos que sería interesante recordar. Vamos a abrir el candado de la historia, para traerlos a la memoria:
“No tengo que exagerar nada, porque las cosas que aquí señalo son difíciles de creer”
Sin lugar a dudas, las cifras y datos del crecimiento social y económico de la provincia de Granma, que fueron ofrecidos en el discurso, son muy difíciles de creer, ya que esta zona del oriente del país es una de las más afectadas por la pobreza existente y además por la gran cantidad de necesidades acumuladas, tanto desde el punto de vista social como personal.
“La tasa de desempleo de Granma era, en aquel momento, (se refiere al año 2002) de 10,7%; hoy se ha reducido al nivel de pleno empleo, 1,6%. Recuerdo que un poco antes se hablaba de un desempleo del 17% en Granma, o, por lo menos, en Manzanillo, cifra impresionante: muchas fábricas se habían parado en el período especial”.
Pero en ningún momento del discurso explica, cómo se llegó a reducir el nivel de desempleo en cuatro años, en un 15,4%.
“En aquel momento se trabajaba en el teatro de Manzanillo –cerrado por 30 años- ya concluido y que ha brindado 580 funciones para más de 120 000 espectadores”.
Este es uno de los “éxitos” alcanzados que se enumera en la oratoria, pero lo que no se explica es: ¿cómo se “logró” mantener 30 años cerrado un teatro que es uno de los pocos lugares de recreación en esa provincia?. Tampoco se ha revelado alguna vez, por qué se han cerrado los cines en Ciudad de la Habana, eran 179 y apenas quedan 3 decenas.
“A partir de aquellas ideas, también se incorporaron reclusos a los cursos de superación, de los cuales 243 han alcanzado el 12 grado y 140 se han graduado en los Joven Club de computación. En vez de violencia y droga, con lo cual no se puede reeducar a nadie, o mejor sería decir educar, porque aquel que va a parar a esa situación es, como norma, el que no recibió educación. Eduquemos y veremos como se reducen los que van a las prisiones”.
Según esta afirmación ha fallado la creación del hombre nuevo. Los presos políticos, que denuncian constantemente las situaciones de las prisiones, saben lo que es la violencia de los carceleros y los mal llamados, -por el propio Fidel Castro- “reeducadores”. Día a día se escuchan las voces -por teléfono- de los que desde las prisiones hacen historias aterradoras de presos golpeados y hasta muertos. Esto es parte de las violaciones de los derechos humanos, que han incrementado los que heredaron el poder hace un año.
Martha Beatriz Roque Cabello
“No tengo que exagerar nada, porque las cosas que aquí señalo son difíciles de creer”
Sin lugar a dudas, las cifras y datos del crecimiento social y económico de la provincia de Granma, que fueron ofrecidos en el discurso, son muy difíciles de creer, ya que esta zona del oriente del país es una de las más afectadas por la pobreza existente y además por la gran cantidad de necesidades acumuladas, tanto desde el punto de vista social como personal.
“La tasa de desempleo de Granma era, en aquel momento, (se refiere al año 2002) de 10,7%; hoy se ha reducido al nivel de pleno empleo, 1,6%. Recuerdo que un poco antes se hablaba de un desempleo del 17% en Granma, o, por lo menos, en Manzanillo, cifra impresionante: muchas fábricas se habían parado en el período especial”.
Pero en ningún momento del discurso explica, cómo se llegó a reducir el nivel de desempleo en cuatro años, en un 15,4%.
“En aquel momento se trabajaba en el teatro de Manzanillo –cerrado por 30 años- ya concluido y que ha brindado 580 funciones para más de 120 000 espectadores”.
Este es uno de los “éxitos” alcanzados que se enumera en la oratoria, pero lo que no se explica es: ¿cómo se “logró” mantener 30 años cerrado un teatro que es uno de los pocos lugares de recreación en esa provincia?. Tampoco se ha revelado alguna vez, por qué se han cerrado los cines en Ciudad de la Habana, eran 179 y apenas quedan 3 decenas.
“A partir de aquellas ideas, también se incorporaron reclusos a los cursos de superación, de los cuales 243 han alcanzado el 12 grado y 140 se han graduado en los Joven Club de computación. En vez de violencia y droga, con lo cual no se puede reeducar a nadie, o mejor sería decir educar, porque aquel que va a parar a esa situación es, como norma, el que no recibió educación. Eduquemos y veremos como se reducen los que van a las prisiones”.
Según esta afirmación ha fallado la creación del hombre nuevo. Los presos políticos, que denuncian constantemente las situaciones de las prisiones, saben lo que es la violencia de los carceleros y los mal llamados, -por el propio Fidel Castro- “reeducadores”. Día a día se escuchan las voces -por teléfono- de los que desde las prisiones hacen historias aterradoras de presos golpeados y hasta muertos. Esto es parte de las violaciones de los derechos humanos, que han incrementado los que heredaron el poder hace un año.
Martha Beatriz Roque Cabello