Lunes, 21 de enero de 2013. Escrito por: Martha Beatriz Roque
Cuba actualidad, Centro Habana, La Habana, (PD) Lo novedoso en la
verbosidad de todos los que hablan en nombre del régimen es la
actualización del modelo económico. Pero, cabría preguntar: ¿qué modelo
económico es ese que nadie conoció alguna vez? ¿Dónde se pueden
encontrar los principios del sistema que permitan tener una visión de
las líneas que lo componen?
Lo único bien definido para todos es que bajo este régimen
totalitario, nadie puede ser rico. Aunque se permitan pequeños
propietarios, el Estado todopoderoso es el dueño absoluto de todos los
bienes del país.
El Consejo de Ministros se reúne periódicamente y da una versión en
la prensa de los aspectos que analizó, todos vinculados con los
lineamientos del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba. Sin embargo
-si no fuera tan doloroso para el pueblo cubano, que sufre diariamente
por la ineficiencia del sistema- hay manifestaciones en la prensa que
mueven a risa.
El presidente y número uno en todo, Raúl Castro, destacó en una de
estas reuniones, el pasado 21 de diciembre: "Todo lo que hagamos para
eliminar trabas y ataduras a las fuerzas productivas resulta vital...
Tener en cuenta los errores cometidos, nos permitirá no volver a
incurrir en ellos".
Pero, ¿qué son las fuerzas productivas? Primero hay que decir que es
un concepto central en el marxismo y en contradicción con la concepción
histórica tradicional que situaba en primer lugar los hechos de los
personajes ilustres, el marxismo hace hincapié en la vida material de
las sociedades. O sea, que el primer hecho histórico es la producción
por los grupos humanos de su propia existencia social, para lo cual se
emplea cierto número de medios materiales. A esos elementos asigna el
marxismo el nombre de fuerzas productivas. Tales son las herramientas y
todas las fuerzas motrices utilizadas por el hombre (aire, agua,
electricidad, energía atómica, etcétera). Pero hay que incluir también
entre ellas todos los procedimientos laborales, el agrupamiento de los
obreros, la división del trabajo y su racionalización, entre otros.
Dentro de la concepción marxista, las fuerzas productivas están
necesariamente en conexión con un tipo determinado de relaciones entre
los hombres en la producción. El escaso desarrollo de las fuerzas
productivas y la concentración de los medios de producción en manos del
Estado, han traído como consecuencias la obstaculización del desarrollo
económico del país, acompañado todo ello de unas caóticas relaciones de
producción y de la mano de una "monoestructura" política e ideológica.
Entonces, ¿cómo eliminar las trabas y ataduras a las fuerzas
productivas, si son precisamente las que mantienen el sistema? Además,
los errores que se cometen tratando de transferir al mundo la idea de
"cambio", son siempre los mismos, basados en los frenos que se ponen a
todo tipo de libertad, ya sea social, política o económica.
Cualquier entidad económica que pertenezca al Estado está llena de
potencialidades, aunque se haya destruido en parte, como ha sucedido con
la industria azucarera. Pero, flexibilizar los objetos sociales, no es
algo que se haga sin perder el control total sobre cualquier empresa.
Aunque con palabras se diga que las actividades secundarias será el
director quien decide sobre ellas, porque en ningún caso podrá ejercer
su autoridad de modo contrario a la legislación vigente, lo que implica
que esta llamada flexibilización no eliminará los controles
centralizados para la comercialización de determinados productos y la
prestación de algunos servicios.
Esto se traduce en años de prisión para aquellos directivos que se
permitan el lujo de violar lo establecido para vivir algunos años bien,
junto con su familia.
El sistema empresarial no alcanzará la independencia y por
consiguiente no habrá ningún desarrollo de las fuerzas productivas; todo
seguirá igual: El Estado no consintiendo y los trabajadores no
haciendo, porque no se lo permiten.