Lunes, 03 de Diciembre de 2012 05:12
Cuba actualidad, La Víbora, La Habana, (PD) En diferentes momentos del día se consumen un conjunto de sustancias alimenticias líquidas o sólidas que conocemos como comida.
Ellas proveen de elementos para la normal nutrición del organismo y también permiten su conservación, pero el ser humano realiza esta ingestión varias veces en 24 horas, dependiendo el número y contenido de cada una de estas raciones de un conjunto de factores tales como: los ambientales (geográficos, estacionales,...) y los sociales (ideología, religión, educación, nivel económico,...); que pueden englobarse en uno solo, la cultura.
La primera deglución de alimentos que se hace en el día es el desayuno, el nombre deriva del hecho de que uno no come mientras duerme, por lo que al levantarse por la mañana se encuentra en ayunas, rompiéndose al tomar esta comida (des-ayuno). En nuestro país se acostumbraba a desayunar –en la gran mayoría de los hogares- con café con leche y pan con mantequilla, algo que dejó de hacerse hace más de medio siglo; primero por problemas de abastecimientos y después por falta de recursos económicos.
Quiere esto decir que surgió la libreta de racionamiento en 1962 y la leche se convirtió en un artículo de lujo, en su involución quedó hasta esta fecha solo para niños hasta los 7 años, el día que los cumplen se hacen adultos y dejan de tener acceso a este alimento. También algunas personas con dietas especiales pueden adquirirla a través de la cartilla. Unos años después se vendía en dólares, en las tiendas para extranjeros y diplomáticos; estando prohibido el uso de divisas para los naturales. Cuando dejó de estar penalizado el dólar, el tipo de cambio con el peso cubano convertible (1cuc= 24 cup) no le permite a un trabajador promedio tener acceso a las tiendas en que se compra con esta moneda, pues el salario convertido es de unos "tristes" 17 cuc.
El resto del desayuno –también racionalizado- es un dilema en los hogares. Diariamente se puede adquirir un pan pequeño por persona. En las casas donde hay niños, los adultos sacrifican su pan para que los infantes lo lleven de merienda al colegio. Por otra parte el café ligado con chícharo no alcanza para una coladita diaria durante toda la semana y ni pensar en adquirir un paquete en la "shopping", pues un kilogramo ronda los 6.50 cuc, en dependencia de la marca. De la mantequilla ni hablar, es un agente de lujo que pocas personas piensan en adquirir, e incluso hay niños y adolescentes que no la han probado alguna vez.
El almuerzo –por su parte- es una oportunidad de dar un aporte nutricional al cuerpo, pero supone una "interrupción" de las actividades laborales o educacionales a mediodía, la mayoría de los días de la semana. En general en las escuelas y los centros de trabajo esta comida está mal elaborada y con poca variación, pero en la generalidad de los hogares es algo que ya no se acostumbra a hacer, se suple por un pequeño refrigerio, que a veces es hasta un té de yerbas. De forma usual, lo mejor se guarda para la comida, cuando todos ya han regresado de sus quehaceres diarios.
Ello no quiere decir que los alimentos sean variados, se utilizan en los primeros días del mes el arroz y los frijoles que se compran a través de la cuota normada, pero ya después del día 15 no alcanzan y hay que salir a buscar qué cocinar. En estos momentos los precios se han elevado bruscamente, y esto reduce las posibilidades de adquisición de alimentos. Y es que precisamente la economía doméstica no alcanza para comer, que es la primera preocupación del cubano de a pie.
También hay que destacar que no solo los productos del agro tienen altos precios, pero también el régimen ha subido algunos alimentos que se venden en moneda convertible, lo que los hace cada vez más difíciles de obtener. Si bien es cierto que hay algunas ofertas en moneda nacional, lo que hace el trabajador promedio es comprar lo indispensable, como por ejemplo el aceite para cocinar, pues también tiene que pensar en los artículos de higiene y limpieza, que son indispensables en el hogar.
En fin, que la economía y la cocina no se llevan bien en este sistema.